Reconocen a los rebeldes libios como «autoridad gobernante legítima»

El Grupo Internacional de Contacto para Libia, del que forma parte España, ha decidido reconocer a partir de ahora al Consejo Nacional de Transición (CNT), que aglutina a los rebeldes al régimen de Muamar Gadafi, como la «autoridad gobernante legítima» en el país y ha fijado una ‘hoja de ruta’ que contempla, además de la salida del líder libio, Muamar Gadafi, la elaboración de una nueva Constitución y la celebración de elecciones parlamentarias.

Así ha quedado recogido en la declaración final de la cuarta reunión del Grupo, del que forman parte unos 40 países junto con la ONU, la Liga Arabe y la Unión Africana, que se ha celebrado hoy en Estambul y en la que, como ya viene siendo habitual, se ha reiterado la necesidad de un alto el fuego inmediato y el respaldo a las «aspiraciones legítimas» de los libios.

Nuevamente, sus integrantes han insistido en que «el régimen de Gadafi ya no tiene ninguna autoridad legítima en Libia y que Gadafi y algunos miembros de su familia deberían marcharse», si bien en esta ocasión se ha introducido un elemento novedoso: los rebeldes son ya la única autoridad reconocida en el país.

«De ahora en adelante y hasta que haya una autoridad interina en marcha, los participantes han acordado tratar al Consejo Nacional de Transición como la autoridad gobernante legítima en Libia», señala el documento. Asimismo, han elogiado el papel de los rebeldes en pro de un «proceso de transición» en el país y su voluntad de que éste sea lo más integrador posible.

Por otra parte, los miembros del Grupo de Contacto han fijado una serie de «principios» para guiar los esfuerzos en pro de una salida de Gadafi del poder y para que se pueda llevar a cabo un proceso de transición política en Libia. Así, señalan que el líder libio «debe dejar el poder en virtud de una serie de pasos definidos que serán anunciados públicamente», si bien no se aclara si éste debe abandonar el país.

Igualmente, reclaman que se haga justicia por las «atrocidades» cometidas en el conflicto «pero sin represalias» y que el proceso de transición sea «incluyente», con la presencia también de antiguos miembros del régimen de Gadafi, la oposición y otros elementos de la sociedad libia. Este proceso, añaden, «debería llevar a la reconciliación nacional».

En otro orden de cosas, ha pedido que sea el enviado especial de la ONU para Libia, Abdel al Jatib, el que asuma un papel central de mediación, junto con organizaciones como la Unión Africana y la Liga Arabe, con el fin de buscar mecanismos que permitan que las partes lleguen a un acuerdo para una transición política.

A este respecto, han defendido el «papel central» de la ONU a la hora de «facilitar el diálogo y apoyar un proceso de transición política» integradora y han pedido que se coopere con Al Jatib y se coordinen con él los esfuerzos para «encontrar una solución a la crisis».

FINANCIACION

Por último, los miembros del Grupo de Contacto han incidido en la necesidad de hacer llegar más fondos al CNT para «aliviar su necesidad urgente de dinero en efectivo para mantener los servicios públicos y las condiciones básicas de vida» en la zona del territorio libio bajo su control.

Para ello, «el Grupo y el CNT han acordado trabajar juntos sobre la disposición de los bienes libios en el extranjero para su uso durante este periodo de transición en beneficio del pueblo libio».

En este sentido, se ha animado a los participantes a que traten de dar asistencia financiera, respetando sus respectivas leyes, con mecanismos que permitan al CNT exportar hidrocarburos, descongelando los bienes del régimen por el bien de los libios o «usando estos fondos como garantía para dar ayuda financiera al CNT».

Igualmente se ha animado a los países que congelaron bienes a Gadafi a que «abran líneas de crédito al CNT que correspondan a entre el 10 y el 20 por ciento de los fondos congelados aceptándolos como colaterales».

Finalmente, el Grupo de Contacto ha acordado que su quinta reunión se celebrará en Nueva York, al margen de la 66 sesión de la Asamblea General de la ONU, el próximo mes de septiembre, «o antes si fuera necesario».

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