No más Mentiras

Antonio García Fuentes

Juan Carlos I… «El regalo que nos dejó Franco»

Juan Carlos I… “El regalo que nos dejó Franco”

A lo largo del tiempo y de la decadencia de España, en el nuevo período de “libertades y progreso”, que se nos dijo en aquel ya “lejano entonces”; he ido recogiendo noticias publicadas, sobre este nefasto “Borbón”, que cuando se escriba su verdadera historia, no va a quedar muy “separada” de su pariente, “el rey Felón” (Fernando VII); estimo es cierto esa maldición que asola España, desde hace muchos siglos ya; puesto que desde que los denominados “Reyes Católicos” (Isabel de Castilla y Fernando de Aragón) que pretendieron consolidar una nación (aún no consolidada debido a los cancerígenos separatismos); pasando por el único Borbón a destacar, cual fuera Carlos III y lo que aportaran las dictaduras de Miguel Primo de Rivera y Francisco Franco Bahamonde y que sobre todo, “lo de sangre y todo tipo de atrocidades que debido a una nefasta II República, que fue derramada sobre dicha base y guerra civil que provocaron “hunos y otros”; “apenas nada se puede señalar de la horrible historia de esta, “no nación, ni país, puesto que sigue agrietado y sin muchas tejas en sus tejados, por cuanto la lluvia nos cae a todos “los de siempre”; por ello he “entresacado este a pesar de todo “largo dosier”, para que el que se atreva a leerlo y luego meditarlo, piense en el presente y en el negro porvenir que les espera a los que vivan (yo con mis 83 agostos, espero ya estar muerto bastantes años antes) de no “responsabilizarse cada cual en lo que tiene que hacer”, puesto que nunca se deben dejar “sueltos” a los políticos; ni las nefastas “camarillas de ladrones y bandidos que en connivencias siempre con el poder, han asolado durante tantos siglos a España y lo siguen haciendo hoy aún”; es por lo que termino, recordando lo que le dedicó, a España, un famoso alemán, que fue nada menos, el que logró unir “la gran Alemania que luego fue; o sea, Otto Von Bismark, el “Canciller de Hierro”; que dijo en el siglo diecinueve sobre España… “España es el país más fuerte de los de todo el mundo… los españoles llevan siglos tratando de destruirla; y no lo consiguen”. Sí, tristemente no se equivocó en nada.
Señalemos finalmente, que el “huido rey”; pues nadie lo echó de aquí, sigue viviendo como un rey, si bien, en una especie de “real convento rodeado de palmeras y no sabemos si también de “huríes”; custodiado por miembros de la guardia real “de su hijo” y puede que con todos los gastos o la mayoría de ellos, pagados por los de siempre, o sea, el siempre indefenso pueblo español.
¿Y que todos estos “hechos por los aún vivitos y coleando” no sean juzgados en los tribunales de los lugares donde proceda? Pobre Humanidad.
(SIGUE UN LARGO DOSIER)

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y
http://www.bubok.es/autores/GarciaFuentes

Torre del Mar (Málaga): 20 de Julio del 2021


DOSIER QUE SE CITA:

“Antonio García Trevijano escribió entre otras muchas cosas sobre Juan Carlos de Borbón: “Desde que fracasó el golpe de Estado del 23-F, promovido por el propio Monarca con los auspicios del PSOE, se sabía que el Rey ya no podría ser imparcial en la contienda de los partidos estatales por alcanzar y mantener el supremo poder. – La seguridad de poder convertir en dinero el favor Real. La de traficar su influencia en instituciones políticas, Monarquías petrolíferas y centros financieros de la sociedad civil. La de cultivar amistades expertas en especulaciones. – No se necesita inteligencia, prudencia o habilidad, pero sí cinismo y deslealtad, para acumular una gran fortuna personal, mediante la selección de amigos transitorios que hagan negocios fraudulentos por cuenta del Rey y que, si el fraude es descubierto, acepten el escaso riesgo de ir a la cárcel en nombre propio, para salvar a la Corona, como ha sucedido en los llamativos casos conocidos de la opinión. La impunidad del Rey no se extiende a sus amistades peligrosas, a sus asociados en la corrupción. Aunque el número de los delitos descubiertos es sólo indicio revelador de los Realmente cometidos y encubiertos por los gobiernos anteriores”. (Ver en Internet hay abundante material)
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CASA REAL SUS NEGOCIOS SUS RECOMENDADOS SUS BUITREOS

Aparte de lo que se publicara en el libro: “El negocio de la libertad” (Jesús Cacho – Editorial: Foca ediciones: 1999/2000 Y POSTERIORES, y en las que en total se editan más de cien mil ejemplares y sin que se haya seguido proceso por dilación, pese a los “personajes” que allí se señalan como corruptos)… en el mismo, aparece el Rey, como “receptor” de un crédito a interés “cero”, que le hacen “unos príncipes o reyes árabes”, de una cantidad fabulosa y a devolver tras un largo periodo de tiempo: ello y es claro, para que con “el movimiento” de ésta gran fortuna, el rey de España, se vaya haciendo la suya particular. También se habla de “otras muchas cosas “(juergas incluidas) del monarca y sus vástagos y allegados. Como por ejemplo, “la forma de financiarse el nuevo y lujoso yate que se manda construir”.
Luego ha aparecido en la lista de las “grandes fortunas del mundo”, por lo que se deduce que ha empleado influencias y “dinero de vete a saber qué procedencias”, para lograr tan alta valoración dineraria; puesto que como rey, apenas “si tenía una pequeña fortuna de lo heredado de su empobrecido padre”, que hemos de recordar, lo mantenía Franco en su residencia de ESTORIL; o sea que lo manteníamos los españoles.
Se han publicado muchas otras noticias del “peso de la corona” para colocar a hijos y yernos y la última, la copio a continuación.

Por lo breve: Diario Hispanidad: 12 Junio 2006
Urdangarín hace bueno a Marichalar: tercer intento, vía Telefónica, de que el esposo de la Infanta Cristina se haga un patrimonio
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Un viejo rey devorado por su pasión por las mujeres y el dinero
Así describe el diario ‘Le Monde’ a Juan Carlos I: «Un viejo rey devorado por su pasión por las mujeres y el dinero» (Mayo del 2020). En un artículo titulado ‘Maleta de billetes en Suiza, sociedad opaca en Panamá: Juan Carlos, el desconcierto de España’, el diario francés hace un exhaustivo repaso de los escándalos que rodean al rey emérito sin escatimar ningún detalle.
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Felipe VI, un rey en peligro
(Artículo de Jesús Cacho) Publicado el 17 de Marzo del 2020 en el periódico “Vozpópuli”
Tendría su aquel que después de una tan larga como atribulada relación con los Borbones, los españoles fueran a destronar al único Borbón limpio del que han dispuesto en siglos
https://www.vozpopuli.com/opinion/felipe-rey-juan-carlos-herencia-articulo-jesus-cacho_0_1337267993.html

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PUBLICADO 17.03.2020
Corría el otoño de 1999 y un día recibí una llamada de Federico Jiménez Losantos. Quería entrevistarme en su programa nocturno La linterna, de la cadena COPE. Yo acababa de publicar El negocio de la libertad con la editorial Foca, propiedad de Ramón Akal, un editor más allá de lo intrépido hasta bordear lo temerario, porque la editorial Plaza y Janés (grupo Berstelsmann), con la que había firmado un contrato al efecto, se negó a publicar el libro una vez terminado so pena de que me aviniera a censurar cerca del 50% del texto original que había remitido a Barcelona. “No queremos problemas”. Tan asustados debían estar con lo que allí se contaba que accedieron de buena gana a perder el sustancioso anticipo que me habían adelantado y a regalarme el manuscrito, del que tan buen uso haría luego el valiente Akal.
• Los escándalos de corrupción que salpican a la Corona y han llevado al Rey a romper con Juan Carlos ILos escándalos de corrupción que salpican a la Corona y han llevado al Rey a romper con Juan Carlos I
• BLANQUEO DE CAPITALES
Los técnicos de Hacienda piden que se investigue a Juan Carlos I por fraude fiscal y blanqueo de capitales
Federico me dedicó 45 minutos de generosa entrevista, pero yo abandoné la sede de la calle Alfonso XI cariacontecido: habíamos recorrido de punta a cabo los aspectos más descollantes del texto sin una sola mención para el capítulo 9 (‘Los amigos de la desmesura’), la madre del cordero, donde se relataba, con lujo de detalles desconocidos hasta entonces, el serial de corrupciones dinerarias en que desde hacía tiempo andaba embarcado Juan Carlos I, el rey apandador de esta pobre España nuestra. Ni mentarlo. Todo lo que hemos sabido en fecha reciente, más de 20 años después, ya estaba en ese libro. Naturalmente no operaciones tan recientes como la comisión del AVE entre La Meca y Medina (Arabia Saudí), construido por empresas españolas. En El negocio de la libertad estaba la sustancia de un régimen cuyas élites habían decidido hacer de la libertad un negocio, desde Felipe González a Juan Carlos de Borbón, pasando por el gran tycoon del sistema, Jesús Polanco.
Nuestras élites habían decidido celebrar la epifanía de la reconciliación entre vencedores y vencidos entregándose a una frenética orgía de corrupción, a robar, a robar, que el mundo se va a acabar, empezando por el Jefe del Estado en la cúspide misma del sistema y siguiendo por los jefes de tribu, Felipe en el PSOE, Aznar en el PP, Pujol en Cataluña y la cofradía conventual y carlista del PNV en el País Vasco. Todos supieron desde el principio a qué dedicaba su tiempo libre el ahora Emérito. Todos sabían que cobraba comisiones casi hasta por dar la mano. Se lo lanzó con desprecio Felipe al honesto Sabino Fernández Campo (Página 381 de El negocio de la libertad), entonces jefe de la Casa Real, un día que el Monarca le sometió a una antesala prolongada antes de recibirlo en Zarzuela.
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CON LUPA
Manuel Prado o el valido
Prado y Colón de Carvajal, fallecido, Juan Carlos, monarquía
@Jesús Cacho – 06/12/2009 (El Confidencial)

La vida y fortuna de Manuel Prado y Colón de Carvajal, fallecido ayer en su casa de Sevilla a los 78 años de edad, dio un salto adelante con motivo de la invasión de Kuwait por Sadam Husein, lo que motivó la intervención norteamericana y británica para expulsar a las tropas iraquíes del emirato y volver a instalar a la familia Al Sabah en el trono. Solo al final de la guerra se supo que, además de los pozos de petróleo, habían ardido algo así como 55.000 millones de pesetas de la época que la Kuwait Investment Office (KIO) mantenía en las cuentas de su filial española, el Grupo Torras. Ocurrió que una buena parte de aquella suma se utilizó para el pago de favores políticos realizados en pro de la liberación del emirato, en concreto para permitir que los aviones de la USAF pudieran utilizar las bases españolas para repostar en sus viajes al Medio Oriente. Al menos esa fue la excusa que los trincones de turno pusieron para sacarle los dineros a KIO. La nueva rama de los Al Sabah que tras la retirada iraquí se instaló en el emirato pronto se dio cuenta del timo y procedió a querellarse en Londres y Madrid contra el presidente de KIO, Fahad Mohamed Al Sabah, miembro de la familia reinante, contra su primer ejecutivo, Fouad Khaled Jaffar, y contra el presidente de Torras en España, Javier de la Rosa, quien, en declaración jurada ante la Corte de Londres, reconoció haber entregado a Manuel Prado hasta 160 millones de dólares, de los que el aludido reconoció en sede judicial haber recibido 100 –en dos entregas de 80 y 20-, algo así como 15.000 millones de pesetas de la época, recepción que justificó como “el pago de dictámenes y trabajos de asesoría por él realizados para De la Rosa”. Testigo del episodio en las alturas fue Sabino Fernández Campo, el ex jefe de la Casa del Rey recientemente fallecido, a quien un día el Rey Juan Carlos I pidió que acudiera al piso que De la Rosa solía utilizar durante sus estancias en Madrid, un hermoso penthouse en el 47 del Paseo de la Castellana, para que transmitiera al catalán el siguiente escueto mensaje:
-Vas a ir a ver a Javier de la Rosa a este número de la Castellana y le vas a decir que, de parte del Rey, todo está arreglado y que muchas gracias.
-Pero bueno –quiso saber Sabino, despistado- ¿no hay que decir de qué se trata?
-No, nada. Tú limítate a transmitirle lo que te he dicho.
Dicho y hecho. Fernández Campo cumplió su misión, certificando que el dinero había llegado a su destino. La gente más enterada de entre el madrileñeo nuestro de cada día se las prometía felices maquinando cómo se las iban a ingeniar los tribunales de Justicia para hacer como que juzgaban sin que saliera a relucir la figura que bajo ningún concepto podía salir a la palestra. ¡Ingenuos! Tras años de dilaciones, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presidida por Javier Gómez Bermúdez, condenó en junio de 2006 a Javier de la Rosa a cinco años y dos meses de prisión por un delito continuado de apropiación indebida y otro de falsedad documental en las operaciones Pincinco (300 millones de dólares que volaron durante la Guerra del Golfo, incluidos 80 de los 100 pagados a Prado) y Oakthorn (préstamo de 105 millones). Por los mismos delitos fue también condenado a tres años y ocho meses el abogado de Torras, Juan José Folchi; a un año y seis meses el ex consejero delegado, Jorge Núñez, y a otro año por apropiación indebida el ya citado Manuel Prado, nacido en Quito y con residencia en Suiza, pasaporte diplomático e intendente real, cargo que tradicionalmente designa a la persona encargada de manejar los dineros privados del Rey.
La Audiencia Nacional lo consideró culpable de un delito de apropiación indebida como receptor de un pago de 11,4 millones de euros
Todos los condenados plantearon recurso de casación ante el Supremo, cuya Sala de lo Penal dio a conocer su fallo en septiembre de 2007, ampliando la condena para De la Rosa -siete años de prisión- y Núñez –cinco años-, mientras confirmó las de Folchi, y el añito a Manolo Prado. Siete años para el dante y uno para el tomante. Prado no ingresaría en la cárcel esta vez. Lo había hecho ya en abril de 2004, la de Sevilla, para cumplir dos años de prisión por su implicación en la llamada operación Wardbase, primera pieza separada del gran árbol del escándalo KIO. La Audiencia Nacional lo consideró culpable de un delito de apropiación indebida como receptor de un pago de 11,4 millones de euros (1.900 millones de pesetas) procedentes de Torras. Dos meses después se le concedió el segundo grado por razones humanitarias. En febrero de 2008 fue de nuevo condenado por la Audiencia Nacional a tres meses de prisión por apropiación indebida en la descapitalización de Grand Tibidabo.
Asentado Juan Carlos en la cúpula de la monarquía parlamentaria surgida a la muerte de Franco, Manuel Prado se iba a dedicar en cuerpo y alma a cuidar la fortuna del Rey, dispuesto el Monarca a abandonar para siempre su complejo de pobre, a olvidar las apreturas que de niño vivió en Estoril y después experimentó en sus años de juventud bajo la tutela de Franco. ¡Juro por Dios que nunca volveré a ser pobre! Tamaña determinación haría al entonces presidente Felipe González exclamar un día ante Sabino Fernández Campo, mientras esperaba en la antecámara para ser recibido por el Rey en uno de sus habituales despachos: “¡Y dile a Manolo que se conforme con el 2%, porque cobrar el 20% es una barbaridad…! Aludía el sevillano a las supuestas comisiones del petróleo importado por España de algún país árabe. Mucho antes, finales de 1973, el joven Príncipe había dirigido una cariñosa carta a Henry Ford II, presidente de la multinacional del automóvil del mismo nombre, recomendando encarecidamente a su amigo Manuel Prado como la persona idónea para facilitar los trámites legales necesarios para que la Ford se estableciera en Almusafes.
NOTa:(Los textos copiados por mí son una mínima parte del artículo, que es “largo y podrido por la corrupción que señala” ¡Y ni lo procesaron antes con el libro que se cita ni entonces! ¿Por qué? Sencillo, no dice nada que no se pudiera demostrar en un tribunal y en cualquier “sitio”. AGF).
Asunto: RV: libro de Ana Romero sobre Juan Carlos Borbón- OTRO BORBÓN
Para: Jjusto Díaz de Rábago

Final de Partida; La crónica de los hechos que llevaron a la abdicación de Juan Carlos I. Por Ana Romero. La Esfera de los Libros, Madrid, 2015.Pag 156 y siguientes….. El problema surgió para el monarca de España ante la opinión pública cuando empezó a arraigar la sospecha de que había un provecho personal propio en sus intermediaciones comerciales. Hace más de veinte años, y por pura casualidad, sus relaciones con los monarcas musulmanes plantearon un interrogante por primera vez. Ocurrió en 1992, cuando en Estados Unidos se publicó el diario de Asadollah Alam, un elegante y aristocrático iraní que fue jefe de gabinete —ministro de corte— del sah de Persia entre 1966 y 1977.Alam, que veía cada mañana al sah y discutía con él todos los asuntos del día, tanto políticos como familiares, murió en 1978 de cáncer. Sus papeles fueron enviados a Suiza y su viuda solo empezó a editarlos a partir de 1987. Finalmente, aparecieron recogidos bajo el título de The shah and I: the confidential diary of Iran’s royal court, 1969-1977. Muy preocupados por el auge del comunismo, en sus diarios incluyó Alam una carta del rey Juan Carlos al sah fechada el 22 de junio de 1977 en la que pedía dinero para defenderse contra el «peligro marxista» que representaba el PSOE. Con un lenguaje muy de la época, el joven monarca español, que llevaba apenas año y medio en el trono, reclamó a su «hermano» Mohammed Reza Pahlevi la concesión de «diez millones de dólares» como «contribución personal» del sah al «fortalecimiento de la monarquía española» amenazada por un PSOE que don Juan Carlos definió como un «partido marxista». (¿Cuántas cartas y a cuantos “reinos”, envió este gran sinvergüenza y cuánto recibió en total, no aquí en España, sino en lugares de vete a saber qué paraísos fiscales? AGF
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El rey Juan Carlos I hizo su fortuna vendiendo armas
El rey Juan Carlos I fraguó su fortuna con la venta de armas a países árabes junto a Colón de Carvajal y Khashoggi
‘Público’ ofrece una serie de informaciones exclusivas que revelan los cimientos ocultos de la fortuna del rey emérito: no se asientan en las comisiones por un porcentaje del crudo importado como se hizo creer, sino en el tráfico de armas. Ésta es la verdadera historia de un fraude gigantesco y de quienes lo administraron.
Juan Carlos I con el recién coronado rey Salman bin Abdulaziz, durante el viaje privado que hizo a Arabia Saudí en 2015 para felicitar al que, siendo príncipe y gobernador de Riad, le prestó los primeros 100 millones de dólares sobre los que levantó su fortuna. — SAUDI PRESS
Antes de subir al trono, el heredero a la Corona borbónica designado por el dictador Francisco Franco ya está obsesionado con acumular una gran fortuna, la que su padre nunca llegó a tener. Para conseguirlo, Juan Carlos de Borbón promociona por todos los medios a Manuel Prado y Colón de Carvajal, su mejor amigo desde principios de los años sesenta, para que le haga rico por cualquier vía, sea suplicando dádivas de las otras casas reales —no sólo en las europeas— o sacando tajada de las relaciones económicas internacionales del Estado: en 1974 envía una carta a Henry Ford II —nieto del fundador de la famosa empresa automovilística— recomendándole a Prado como gestor de la entrada del coloso automotriz Ford en España.
Nada más ceñirse la corona, Juan Carlos I nombra (en 1977) senador por designación real a este descendiente directo de Cristóbal Colón, y lo hace embajador especial plenipotenciario («Ambassador At Large») permanente de España, así como administrador solidario al 50% –como pantalla de su propia participación– de todos sus negocios, empezando por el más rentable que hay: la venta de armas.
Para leer el resto del artículo de CARLOS ENRIQUE BAYO @TABLEROGLOBAL, seguir enlace. https://www.publico.es/politica/exclusiva-juan-carlos-i-rey-juan-carlos-i-fraguo-fortuna-venta-armas-paises-arabes-colon-carvajal-khashoggi.html
CARTA DEL CORONEL MARTINEZ INGLÉS AL MAGISTRADO JUEZ DEL JUZGADO CENTRAL DE
INSTRUCCIÓN

Martínez Inglés cita a declarar como testigos a Tejero, Alfonso Armada y
Bárbara Rey


El ex coronel del Ejército, historiador y articulista de VMPress, Amadeo
Martínez Inglés ha remitido un escrito dirigido al Juez del Juzgado Central
de Instrucción número 002 de la Audiencia Nacional en el que rebate, punto
por punto, la implicación como imputado en un presunto delito contra la
corona por su artículo “¿Por qué te callas?” publicado en numerosos medios
digitales y que tuvo una gran difusión. En este escrito solicita sean
llamados a declarar como testigos la actriz Bárbara Rey, el ex teniente
coronel Tejero y el ex general Alfonso Armada, entre otras personas que
poseen amplios conocimientos sobre los presuntos delitos cometidos por el
rey Juan Carlos I. Por su interés, reproducimos el escrito de Martínez
Inglés al juzgado.


AL ILMO MAGISTRADO-JUEZ DEL JUZGADO CENTRAL DE INSTRUCCIÓN NÚMERO DOS DE LA
AUDIENCIA NACIONAL


Don Amadeo Martínez Inglés, coronel del Ejército diplomado de Estado Mayor,
escritor e historiador militar, se dirige a VS en relación con la cédula de
citación recibida en su domicilio con fecha 23-03-2012 en base a las
diligencias previas que, en providencia de 21.03.12, ha abierto ese Juzgado
por un presunto delito CONTRA LA CORONA, exponiéndole las siguientes
consideraciones:


PRIMERA.- Como coronel de Estado Mayor, historiador militar y profesor de
esta última materia en la Escuela de Estado Mayor del Ejército español me
he dedicado durante más de treinta años, concretamente desde mediados de
los años ochenta del pasado siglo, a estudiar e investigar la vida del
actual rey de España Juan Carlos I tanto en su ámbito personal como en el
público e institucional.


SEGUNDA.- Como consecuencia de esas investigaciones y estudios
profesionales pronto llegarían a mi conocimiento abundantes indicios
racionales de la comisión por parte del monarca español de variados
presuntos delitos tales como (por orden cronológico): “homicidio
imprudente” o “fratricidio premeditado” (esta disyuntiva nunca la han
dilucidado los jueces que deberían haberlo hecho); “alta traición a la
nación española”, al haber pactado en secreto en noviembre de 1975 con el
Departamento de Estado norteamericano la entrega unilateral a Marruecos y
Mauritania de la antigua provincia española del Sahara Occidental;
“cobardía ante el enemigo”, al retirar en esa fecha de manera humillante y
sin combatir las fuerzas militares españolas de ese territorio ostentando
la Jefatura Suprema de las FAS; “genocidio de la antigua población del
Sahara español en grado de colaborador necesario” (más de tres mil
víctimas) al haberla entregado al rey alauí Hassan II totalmente indefensa;
“golpismo de Estado”, al haber autorizado a sus militares cortesanos
(Armada y Milans del Bosch) la planificación, preparación y ejecución de la
maniobra político-militar desarrollada en España la tarde/noche del 23 de
febrero de 1981, conocida popularmente como “la intentona involucionista
del 23-F”; “terrorismo de Estado”, al tener previo conocimiento, como
comandante en jefe de las FAS, de la guerra sucia que preparaban los
servicios secretos militares y de la seguridad del Estado contra ETA (GAL)
y no haber impedido su puesta en marcha; “malversación de caudales
públicos” de los denominados “fondos reservados” adscritos a Defensa,
presidencia del Gobierno e Interior, al conocer y no desautorizar el pago a
determinada vedette del espectáculo español por las prestaciones sexuales
que le había realizado durante más de quince años y que ella, en 1996,
amenazaba con hacerlas públicas a través de documentos audiovisuales de su
propiedad; “corrupción generalizada”, al recibir durante décadas regalos
multimillonarios procedentes tanto del exterior como de la propia España:
yates, fincas de recreo, petrodólares en forma de créditos a fondo
perdido…etc, etc; “enriquecimiento ilícito” como consecuencia de todo lo
anterior y de oscuros negocios de todo tipo que en los últimos años han
trascendido a la opinión pública española a través de libros y documentos
nunca desmentidos oficialmente hasta convertir a su familia en una de las
mayores fortunas del mundo (la 134, con 1790 millones de euros en su
haber).


TERCERA.- Como consecuencia de todo lo anterior, señor magistrado juez del
Juzgado Central número 002 de la AN, el 23 de septiembre de 2005, y ante la
incompetencia constitucional que presentan los tribunales españoles (y de
todo el mundo) para juzgar los presuntos delitos cometidos por el actual
rey de España, Juan Carlos I, envié al presidente del Congreso de los
Diputados un exhaustivo informe (40 páginas) sobre las muy claras y
decisivas responsabilidades del monarca en la ya señalada “intentona
involucionista del 23-F”, solicitándole la creación de una Comisión
parlamentaria que depurara esas presuntas responsabilidades tanto en el
terreno personal como en el histórico e institucional. Posteriormente, el
25 de enero de 2006, remití el citado informe al presidente del Gobierno de
la nación, al del Senado y a los de las más altas instituciones del Estado:
Consejo de Estado, Tribunal Constitucional, Consejo General del Poder
judicial…etc, etc.


Asimismo, en años posteriores (12 de febrero de 2007, 4 de abril de 2008, 8
de octubre de 2008 y 13 de diciembre de 2011) seguí enviando al Congreso de
los Diputados periódicos y detallados informes que he ido extendiendo y
ampliando a la totalidad de los presuntos delitos cometidos por el actual
jefe del Estado español. Del remitido con fecha 4 de abril de 2008, y con
casi un año de retraso, recibí acuse de recibo por parte de la Cámara Baja
del Parlamento español comunicándome que había sido trasladado a la
Comisión de Peticiones de la misma para su oportuno “estudio y
tramitación”.


CUARTA.- El 8 de septiembre de 2008, y en relación con el “homicidio
imprudente” (así lo admitió en su día su noble autor y su familia) o
“flagrante asesinato” (eso deberían haberlo ya dilucidado los jueces
portugueses o los militares españoles, ya que en marzo de 1956 “el
caballero cadete Juanito” era un profesional de las FAS españolas) cometido
por el actual rey de España Juan Carlos I a las 20,30 horas del día 29 de
marzo de 1956 en la finca denominada “Villa Giralda” de Estoril (Portugal),
me permití enviar al Fiscal General de Portugal (Procurador-Geral da
República) un prolijo estudio profesional (sin duda el único estudio
balístico que existe en relación con este caso) sobre las condiciones y las
circunstancias en las que se desarrolló el supuesto accidente familiar que
le costó la vida al infante Alfonso de Borbón a manos de su hermano mayor
Juan Carlos, solicitándole la apertura de una investigación judicial al
respecto. El Fiscal General del Estado portugués admitió a trámite el
informe y prometió “que o caso vai ser analisado”. A los pocos días, por
presiones del Gobierno español según medios portugueses, me comunicó su
archivo debido al tiempo transcurrido y a la complejidad de abrir en esos
momentos un caso judicial tan delicado.


QUINTA.- Pues bien, señor magistrado de la Audiencia Nacional, cuando este
historiador militar que se dirige a VS a través de las presentes líneas
creía que, tras la admisión a trámite de sus reiteradas denuncias contra el
todavía rey Juan Carlos I por parte del Congreso de los Diputados, iba por
fin a poder exponerlas con todo lujo de detalles ante los señores diputados
de la Cámara Baja, resulta que lo que recibe (a horas intempestivas y a
través de una patrulla de la policía municipal que no se recata en mostrar
a los vecinos todo su poder institucional e intimidatorio, seguramente para
asustar al coronel que suscribe ¡qué risa!) es una cutre cédula de citación
(una muy mala fotocopia torcida, casi ilegible y con abundantes errores que
pone en evidencia la miseria y postración en la que se debate hoy en día la
justicia española) para que acuda el 16 de abril, a las 10,30 horas, al
digno Juzgado del que VS es titular a fin de declarar como imputado en un
presunto delito CONTRA LA CORONA ¡Toma ya! ¡Aquí tenemos otra vez la España
cañí! ¡El historiador/mensajero a los tribunales por haber osado meterse
con el supremo y divino rey de los españoles (de algunos españoles, cada
vez menos)! Y para más inri ¡para eso vivimos en un Estado democrático y de
derecho! Por un artículo publicado en la prensa digital (en la otra, en los
medios de comunicación tradicionales del Estado, le tienen censurado desde
hace años para que no dañe la impoluta imagen del rey sin par que nos puso
el dictador Franco) sustentado, además, sobre la base de su libertad de
expresión y de décadas de estudios, investigaciones y denuncias que ha
puesto a disposición, una y otra vez, de las más altas instituciones del
Estado.



SEXTA.- Mi, al parecer, demoníaco artículo, señor Juez, dejando de lado el
estilo duro, bronco, intempestivo y, seguramente, impertinente, en el que
ha podido ser redactado (cada escritor escribe como quiere ¡faltaría más!
en un país libre, democrático y de derecho) solo refleja la verdad, una
verdad a la que este escritor ha tratado de llegar con su esfuerzo y
dedicación durante más de treinta años. Y que, repito una vez más, desde al
año 1994 ha puesto numerosas veces, mucho antes de que este artículo “Por
qué te callas” viera la luz digital, a disposición del pueblo español en
general y de las más altas instituciones del Estado (Las Cortes y el
Gobierno de la nación) en particular.


Entrando en un apresurado análisis de autor debo decirle señor magistrado
del JUCINAN 002 (perdone, señoría, pero es que los militares de Estado
Mayor somos muy amigos de las siglas, seguramente porque en la guerra el
enemigo nunca nos da el tiempo suficiente para escribir en omán paladino
todo lo que quisiéramos), por si no se ha leído despacio mi artículo que me
temo que no dada la cédula de citación que ha tenido a bien enviarme, que
éste presenta tres núcleos o almendras literarias bien diferenciadas:


1ª).- Un ataque, reconozco que inmisericorde y duro pero veraz y ajustado
históricamente, contra la dinastía borbónica, de cuya muy baja catadura
moral, profesional y social pocas personas en este país tienen dudas. ¿O
acaso Felipe V no fue un loco y egoísta que para ceñir la corona española
sumió a este país en una guerra cruel y despiadada que provocó miles de
muertos y la perdida sensible de territorios patrios? ¿Y Fernando VII no
fue un traidor de tamaño natural, un gran felón como, afortunadamente,
reconoce la historia de España? ¿E Isabel II no tuvo bastante de ninfómana
o meretriz regia, como propaló su propio pueblo? ¿Y su esposo oficial,
Francisco de Asís de Borbón, alias el “Paquita” y “el Puntillas”, no fue
toda su vida marital un cabrón consentido? ¿Y el nefasto rey Carlos IV, un
cobarde y un traidor a su patria? ¿Y Alfonso XIII, el abuelo del actual
titular de la dinastía, un putero de las noches madrileñas y un borracho
perpetuo? ¿Y el conde de Barcelona, padre del Juan Carlos I al que le soltó
aquella frase lapidaria de “Júrame que no lo has hecho a propósito” cuando
lo encontró sobre el cadáver de su hermano Alfonso la tarde del fatídico 29
de marzo de 1956, no se pasó media vida a bordo de su yate trasegando
ginebra a espuertas? Y el rey actual, que primero mata a su hermano,
traiciona a su padre y besa el culo a Franco para conseguir ceñir la corona
de España y después abandona a Adolfo Suárez a manos de los militares y
borbonea con éstos para mantener como fuera su estatus regio ¿ha hecho algo
aparte de preparar golpes de Estado, fornicar a destajo a cargo de los
fondos reservados, navegar en el Fortuna y en el Bribón, cazar osos
(borrachos o con tasa de alcoholemia legal), esquiar en Baqueira Beret,
pasarse los veranos a cuerpo de rey en Marivent y labrarse un afortuna
apañadita?
2ª).- Una revista rápida y fugaz de los presuntos delitos cometidos por el
rey Juan Carlos I, antes y después de subir al trono. Que, como ya le he
expuesto, los he denunciado repetidas veces durante los últimos ocho años a
las más altas instituciones del Estado y que no es cuestión de volver a
repetir.


3ª).- Una clara y nueva acusación contra el monarca español por su
actuación en el “caso Urdangarín” puesto que, conociendo desde el año 2006
(la misma Casa Real lo ha admitido) los oscuros manejos (presuntos delitos)
de su famoso yerno, se calló (por eso titulé mi artículo” ¿Por qué te
callas?). Señor Juez, usted seguramente sabe de esto más que yo, que para
eso es un señor magistrado de la Audiencia Nacional (antes TOP), pero esta
actuación de nuestro amado rey en defensa de su familia (¿de su corona, tal
vez?) podría ser constitutiva de un nuevo presunto delito de encubrimiento.
¿O no?


SÉPTIMA.- De todo lo anterior se desprende, señor magistrado, que mi
artículo titulado “¿Por qué te callas?” de delictivo no tiene nada de nada.
Es un trabajo serio y profesional, aunque duro en las formas, que recoge
una vez más y de forma un tanto airada (los tiempos no están para
genuflexiones versallescas) lo que vengo diciendo desde hace años en
multitud de libros, artículos y conferencias. Además, su señoría conoce
mucho mejor que este antiguo uniformado, la “Exceptio veritatis”, el escudo
jurídico que protege la verdad del ataque inmisericorde de los poderosos e
impide que pueda ser considerada un delito. Sea quien sea el autor de los
hechos denunciados.


Y por otra parte ¿qué es eso de un delito CONTRA LA CORONA? Yo,
personalmente, demócrata, progresista y republicano hasta la médula, no
reconozco corona alguna. Ni española ni de ningún otro confín del mundo. En
un Estado moderno, democrático y de derecho, todos los ciudadanos debemos
tener los mismos derechos y ser iguales ante la ley. Sin privilegios de
ninguna clase, como por otra parte santifica la muy mejorable constitución
del 78. En España ya ha habido movimientos políticos y sociales para
erradicar de nuestro ordenamiento jurídico estos anómalos y extemporáneos
delitos contra la corona. Pero de momento siguen ahí esperando el momento
propicio para defenestrarlos. Por cierto ¿Por qué no existen en nuestras
leyes delitos similares contra la presidencia del Gobierno, contra el
ministerio de industria o contra el defensor del pueblo, por referirme solo
a algunas de nuestras muy numerosas instituciones democráticas? Todas las
personas que representan al pueblo soberano (bien es verdad que el rey
actual solo representa al dictador Franco, que fue quien lo puso en la
jefatura del Estado con arreglo a su particular derecho testicular) pueden
(y deben) ser objeto de crítica por parte de los ciudadanos (que no
súbditos). Así que dejémonos, de una vez, de delitos “contra la corona”,
señor magistrado. Por cierto, y perdone por la pequeña insolencia de la
pregunta: ¿El señor Urdangarín, forma parte o no de la corona española
contra la que yo, presuntamente, he delinquido? Porque, vamos, tendría
bemoles la cosa…


OCTAVA.- Y ya para terminar este largo escrito, señor magistrado-juez del
JUCINAN 002, me permito significarle que así como su señoría, debido a su
cargo, ostenta ese preeminente tratamiento de VS, el coronel, escritor e
historiador que suscribe, debido fundamentalmente a su empleo en el
Ejército español y a las múltiples condecoraciones que posee, algunas de
ellas con categoría de gran cruz o placa, tiene también derecho al
tratamiento de VE (excelentísimo señor), circunstancia ésta que le refiero
sin un ápice de personal vanidad, muy dormida después de más de cincuenta
años de luchar en este mundo cruel, pero con toda mi determinación de que
sea respetado. Y mucho más después de la clamorosa falta de respeto por su
parte al enviarme una cédula de citación que no es de recibo, propia más
bien de Somalia o de cualquier otro país tercermundista.


Y es que ese tratamiento y el empleo de coronel del Ejército español que
poseo, señor magistrado, no llegaron a mí a través de una rifa. Ya en 1958
y con un poco más de 20 años de edad (cuando su señoría, con todos los
respetos, seguramente se meaba todavía en sus pantalones) tuve que jugarme
decenas de veces la vida luchando por defender este país de las huestes de
Hassan II, que habían invadido la “provincia española” de Ifni, realizando
misiones cuasi suicidas tras las líneas enemigas al frente de un puñado de
soldados voluntarios de elite. Sin vanidad alguna, debo decírselo de nuevo,
fui propuesto para la medalla al mérito militar y en mi hoja de servicios
se reconoció mi valor en acción de guerra.


Después, y a lo largo de casi cuarenta años, seguí arrostrando los claros
peligros de mi profesión, tanto en unidades paracaidistas como en las
nómadas del desierto del Sahara. He estudiado años y años sin parar estando
en posesión de tres diplomas de Estado Mayor (uno de ellos extranjero) y de
prácticamente todos los diplomas de especialización de mi Ejército. Y,
buscando siempre “los puestos de mayor riesgo y fatiga” como recomiendan
los reglamentos militares españoles, hasta pedí dos veces ir voluntario al
país vasco (cuando muy pocos compañeros lo hacían) donde, vestido con el
uniforme de coronel, en un coche negro sin blindar y con matrícula ET, sin
escoltas de ninguna clase (esas escoltas que sus señorías de los altos
tribunales de justicia reclaman ahora con insistencia a un Gobierno
cicatero que amenaza con quitárselas) tuve que atravesar centenares de
veces las peligrosas calles de las ciudades vascas a solas con mi
entrepierna y con un pequeño revólver en la mano derecha, bajo mi
portafolios, listo para escupir plomo.


Así durante años, sin quejarme lo más mínimo (mi profesión no me lo
permitía) no sabiendo nunca, cuando cada mañana cogía el vehículo, si
regresaría a mi despacho en el mismo o en otro, negro también, pero con una
corona en el cristal trasero. Como le ocurriría finalmente a otro compañero
mío, el único con categoría de coronel destinado en la misma ciudad que yo
que, curiosamente, se desplazaba siempre de paisano y en coche camuflado y
que murió ametrallado en un semáforo.


Años después, por luchar por unas Fuerzas Armadas más modernas y
profesionales, los generales franquistas ¡ojo, de 1990! Me señalaron la
puerta de la que había sido mi carrera (después de cinco meses en una
prisión militar) y tuve que reciclarme a escritor e historiador.


Así que figúrese, señor magistrado, y por eso le he contado una parte
sustantiva de mi vida profesional, la preocupación o la angustia vital (la
palabra “miedo” no la puede ni siquiera nombrar un militar, como les ocurre
a ustedes los jueces con la de “prevaricación”) que ha podido generar en mi
alma de soldado su cutre cédula de citación para que acuda a su Juzgado a
declarar por un presunto delito contra la corona. Es que desde ese fatídico
día vivo sin vivir en mí o, como diría el señor Rajoy, envuelto
permanentemente en un lío emocional. Pero no se preocupe, señoría, que voy
a ir. Sí, sí, voy a ir (si hay que ir se va…según el humorista Mota) pero
no para perder ni un solo segundo de mi tiempo hablando de ese presunto
delito que al parecer he cometido contra la panda sociofamiliar que habita
en La Zarzuela sino para hablar, si VS quiere, de los presuntos delitos del
rey Juan Carlos que es, en definitiva, el presunto delincuente y no yo.
Para lo cual, obviamente, tendrá VS que leerse y estudiarse (si no es
imposible que nos entendamos) todos los libros, artículos y documentos que
he parido (con perdón) durante los últimos veinte años.


Y nada más, señor magistrado-juez del JUCINAN 002. En anexo aparte le
señalo los libros y documentos que es preciso se lea previamente para la
buena marcha de la futura entrevista así como los documentos de diferentes
instituciones del Estado que ese Juzgado debería interesar de los
organismos competentes para la buena marcha de las diligencias previas que
acaba de emprender, instadas todavía no sé por quién. También le relaciono
la lista de personas que, a mi juicio, deberían aportar testimonio en
calidad de testigos.


Firmo el presente documento en Alcalá de Henares a 9 de abril de 2012
Juan Martínez

Imagen de portada tomada de google images
Fuente:
http://vegamediapress.net/not/797/martinez_ingles_cita_a_declarar_como_testigos_a_tejero__

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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