PREFIERO FÉMINA QUE TENGA CANAS
A QUIEN CARECE DE ELLAS Y SIN GANAS
Con un peón no quiero, no, casarme
(Así usaban los padres a sus hijas,
Como peones, de estrategias fijas,
En Roma; cómo de ello no apenarme),
Que se abra cual tijeras y a cortarme
El rollo se dedique (ojalá elijas
Que el goce sea mutuo y no le exijas
Que así se ponga o asá), sin amor darme.
Prefiero una mujer que tenga canas
En la cabeza, sí, y en el pendejo,
Y arrugas en la piel, en su pellejo,
A que esta sea tersa, mas sin ganas,
Y a que este su sin uña dedo meta
Por la húmeda rendija, ansiada meta.
Ángel Sáez García