Palpito Digital

José Muñoz Clares

Aún se transparenta en el sistema capitalista que una de sus aspiraciones de máximos es la esclavitud, cuando una parte de los humanos viven reducidos a la categoría de cosa y sus dueños medran a costa de la libertad de los demás. Y el capitalismo, dejado a sí mismo, recupera a marchas forzadas la esclavitud como la más productiva forma de relación empresario-trabajador, y lo hace como la cabra tira al monte: porque es su medio natural.

Igualmente se le transparenta a nuestro sistema político su pasado despótico de hace apenas unas décadas, incluidos componentes que van desde el yo no pasaré hambre ni privación alguna, hasta el, si puedo, me desplazaré en jet porque soy yo así de exclusivo. Soy la abeja reina, la clave del enjambre, la persona imprescindible y me lo merezco todo porque desde estas alturas no se ven ciudadanos sino súbditos, cosas.

Juntemos los dos pasados ominosos: en China, donde el emperador fue sustituido por una corte comunista esencialmente mentirosa y corrupta, los más conspicuos empresarios han implantado el sistema 9/9/6, equivalente a que el trabajador que quiera ser bien valorado – y mantener su empleo – debe trabajar de 9 a 9 seis días a la semana, sin cobrar horas extra y sin derecho a protestar. El único derecho que le queda es el de siempre: despedirse y afrontar el hambre, que es la suerte de los pobres.

¿Así que ese es el secreto de la Gran Muralla China? Una muchedumbre organizada según la cultura de las hormigas, trabajando laboriosamente para enriquecer y proteger aún más a quienes ya son ricos indecentes, bajo el mandato de un neo emperador supuestamente laico – China es más supersticiosa que Europa cristiana -, soportado por la base teórica de alguna inexorable ley histórica de las varias que se inventaron en el siglo XIX para sustituir a la religión.

Puede que la que se nos viene encima sea una esclavitud orientalizante que ya alcanza peligrosamente a África, a Europa y a América latina. Japón, que sí tiene un emperador autoasumido, va a sufrir en breve una crisis inimaginable: con motivo de la abdicación del emperador se va a conceder a los japoneses unas vacaciones especiales de 10 días, en un país acostumbrado a ni siquiera tomarse enteras las dos semanas de vacaciones que le corresponden al año. A nosotros un puente nos pone de buen humor desde un par de meses antes de que lo disfrutemos; a los japoneses les resulta inquietante el hecho de tener diez días de vacaciones porque no saben qué hacer con sus hijos, con su tiempo, que están acostumbrados a que no sea suyo, y con su vida en general, que se justifica más por una jornada extenuante que por un ocio sabiamente administrado.

Así que vuelve la esclavitud, por mucho que se camufle, y esta vez los vientos soplan de oriente, que es mucho decir. China, India y sus vecinos suman más de la mitad de la población mundial. De entre el resto, los europeos somos los únicos cuyo sistema político se ha construido en torno a un sistema impositivo que intenta ser justo – sigue sin serlo del todo – y a una seguridad social que incluye asistencia médica y pensiones, que es el camino a seguir para un futuro que esperamos mejor. Pero no todos los contendientes de esta campaña lo entienden así. Vox quiere desmontar las pensiones y que sea el trabajador el que se busque la vida ante la enfermedad y la vejez. Podemos quiere instaurar un gobierno en plan chavista que acabe con las libertades que tenemos, y lo hace sobre el viejo argumento de ¿libertad para qué? El PP está encantado resucitando a Aznar, defendiendo la tumba de Franco y aproximándose a una ultraderecha que nunca, nunca, le fue ajena. De Cs sólo cabe destacar la perplejidad en que vive, acosado por unos y otros tal como siempre le ocurrió al que quiso ocupar el centro que, ahora, lo quiere el PP, el PSOE y, según días, hasta el mismo Iglesias.

Nos quieren llevar a la vida 9/9/6. Se trata de no votar a quien diga dar un paso en tal dirección.

 

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José Muñoz Clares

Colaborador asiduo en la prensa de forma ininterrumpida desde la revista universitaria Campus, Diario 16 Murcia, La Opinión (Murcia), La Verdad (Murcia) y por último La Razón (Murcia) hasta que se cerró la edición, lo que acredita más de veinte años de publicaciones sostenidas en la prensa.

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