Eduardo Stein, presidente Especial Conjunto de ACNUR y OIM de los fugitivos y migrantes de Venezuela, mostró su profunda preocupación ante los actos violentos en la frontera de Chile contra los migrantes.
“Ante los últimos acontecimientos ocurridos en Iquique, en la frontera norte de Chile, quisiera manifestar mi más profunda preocupación, ya que estos actos de violencia van en menoscabo de los derechos humanos y deben condenarse categóricamente”, indicó el miércoles de 2 febrero.
El fin de semana pasado comenzaron en Iquique las protestas contra la entrada clandestina de migrantes y el aumento de violencia.
La tensión volvió aumentar esta semana en la Región de Tarapacá, se encuentra a más de 1.800 kilómetros al norte de Santiago, el lunes se produjeron cortes en las carretas, cierre de comercios e interrupción de operaciones en el principal aeropuerto.
El Presidente Especial Conjunto de ACNUR y OIM alentó a las “autoridades y los líderes de opinión” a promover “el respeto por la diversidad, al tiempo que constituyen un apoyo tanto a las personas en movilidad como a las comunidades que generosamente las reciben”
“La inclusión comienza a nivel comunitario, particularmente en zonas fronterizas y de primera acogida”, pues son quienes “han abierto sus puertas de manera incondicional para apoyar a los caminantes que llegan en situación de extrema vulnerabilidad”.
Se debe “reconocer estos esfuerzos y no dejar solas a estas comunidades, fortaleciendo, en primera instancia los servicios básicos que benefician tanto a la población local como a las personas refugiadas y migrantes”.
Esta zona ha percibido bastantes oleadas masivas de ingresos clandestinos de extranjeros, a consecuencia han creado un colapso de las pequeñas localidades fronterizas que tienen pocas infraestructuras y recursos.
Más del 7% de la población de Chile es migrante, los venezolanos son los más numerosos y a continuación les sigue los peruanos, haitianos y colombianos.
