En la política española, hay historias que parecen sacadas de una serie de suspense.
La última la protagoniza Víctor de Aldama, empresario conocido por su papel en tramas de hidrocarburos y comisionista de altos vuelos —nunca mejor dicho—, quien ha puesto en el centro del huracán al inefable José Luis Rodríguez Zapatero.
Según Aldama, no solo guarda información sensible sobre pagos millonarios procedentes de la Venezuela chavista al expresidente socialista, sino que ambos compartieron un vuelo privado nada menos que entre Caracas y Santo Domingo. Un trayecto que, en estos tiempos de investigaciones judiciales y sospechas cruzadas, vale más que mil palabras.
No es la primera vez que la sombra del régimen chavista planea sobre figuras destacadas del PSOE.
Pero el escándalo ha resucitado con fuerza tras las declaraciones públicas de Aldama, que no se ha limitado a lanzar insinuaciones: ha dejado claro que posee información comprometida —contenida supuestamente en un sobre— capaz de poner en jaque a más de uno.
«Que explique qué hacía conmigo en ese avión«, retó públicamente a Zapatero, dejando el balón botando en mitad del campo político.
El viaje Caracas-Santo Domingo: mucho más que un traslado
El episodio del vuelo privado se ha convertido en símbolo de las relaciones opacas entre política y negocios internacionales. Según relató Aldama en televisión y prensa, fue solicitado para trasladar a Zapatero desde la capital venezolana hasta República Dominicana. ¿Qué se discutió durante esas horas a bordo? ¿Era simplemente un favor entre conocidos o había algo más detrás? La ausencia de respuesta por parte del ex presidente socialista solo alimenta las especulaciones.
La elección de destinos tampoco es casual. Venezuela ha sido tradicionalmente clave para los intereses económicos del PSOE; basta recordar los acuerdos energéticos con PDVSA durante el mandato de Zapatero. Por su parte, República Dominicana figura como enclave estratégico para conexiones empresariales y políticas —con la influencia visible de José Bono—, lo que convierte ese trayecto en una suerte de pasarela entre dos epicentros del poder latinoamericano vinculado a España.
El “sobre famoso” y los pagos venezolanos: ¿de qué estamos hablando?
Aldama sostiene que guarda documentación —ese “sobre famoso” del que tanto se habla en tertulias políticas— relacionada con pagos millonarios provenientes de la petrolera estatal venezolana PDVSA. El contenido exacto no ha trascendido aún, pero según fuentes cercanas al caso, podría incluir detalles sobre transferencias destinadas a financiar actividades políticas internacionales vinculadas al socialismo español e incluso a la Internacional Socialista.
El precedente existe: la Audiencia Nacional juzgó hace poco al ex embajador español en Venezuela durante la era Zapatero, Raúl Morodo, acusado junto a su familia por percibir más de cuatro millones de euros sin justificación comercial desde PDVSA. Aunque Zapatero salió indemne de ese expediente —no llegó siquiera a ser investigado—, el escándalo demostró las conexiones entre diplomacia española y fondos venezolanos.
Zapatero: relaciones con China y vínculos con regímenes cuestionados
No todo acaba en Venezuela. La figura de José Luis Rodríguez Zapatero destaca también por sus estrechos lazos comerciales con China, país donde ejerce como puente privilegiado gracias a su influencia en Moncloa y sus contactos empresariales locales. El think tank Gate Center —del que es presidente del consejo asesor— busca precisamente “tender puentes” entre España y el gigante asiático.
Zapatero ha sido señalado por participar activamente como lobista para intereses chinos en España e incluso abogar por posiciones favorables a Pekín dentro de la política europea. Estas conexiones internacionales refuerzan el perfil del ex presidente como operador global dispuesto a explorar oportunidades junto a regímenes poco transparentes tanto en Latinoamérica como en Asia.
“Abrazos peligrosos”: Zapatero y los autócratas
El historial reciente muestra cómo Zapatero sigue abrazando públicamente a figuras señaladas por corrupción o violaciones graves de derechos humanos. Su defensa cerrada del gobierno chavista o su papel destacado en el Grupo de Puebla —cúpula internacional próxima al bolivarianismo— le han valido críticas desde todos los frentes políticos españoles.
Aldama no pierde ocasión para recordarlo con cierta ironía: “Zapatero sabe perfectamente lo que hay en ese sobre famoso”, insinuando así una complicidad activa con las tramas más oscuras surgidas al calor del petróleo venezolano o los negocios asiáticos. Para algunos analistas, ese empeño en salir ileso le permite jugar el papel de “jefe en la sombra” dentro del PSOE actual.
Negocios, comisiones y sombras largas
El nombre de Zapatero ha circulado estos días vinculado no solo al chavismo sino también a negocios poco claros con empresarios chinos. Fuentes políticas señalan comisiones y contratos opacos facilitados gracias a su red internacional, especialmente tras dejar la presidencia del Gobierno. El propio Pedro Sánchez habría recurrido a su predecesor para fortalecer relaciones con Pekín, desmarcándose incluso del consenso europeo cuando conviene.
Mientras tanto, Aldama mantiene viva la expectación sobre sus archivos secretos: no descarta hacer públicos documentos o grabaciones que implicarían directamente tanto a líderes socialistas como al entorno presidencial actual.
Detalles para no perderse
- El famoso “sobre” custodiado por Aldama podría contener pruebas sobre 250 millones de dólares procedentes supuestamente del régimen venezolano; un botín nada desdeñable para financiar estructuras políticas internacionales afines.
- Durante años, Raúl Morodo fue considerado uno de los hombres clave entre Madrid y Caracas; su caída judicial abrió grietas que ahora podrían ampliarse si Aldama decide tirar de la manta.
- En foros económicos chinos como el Boao Forum —la versión asiática del Foro Davos— es habitual ver a Zapatero codeándose con empresarios influyentes… mientras prepara la agenda internacional para Pedro Sánchez.
- El silencio ensordecedor mantenido hasta ahora por el ex presidente contrasta con la verborrea desafiante del empresario leonés: si esto fuera una partida de póker, nadie duda quién está guardando los ases bajo la manga.
En definitiva, el caso Aldama-Zapatero demuestra hasta qué punto se entrelazan política, negocios globales y secretos bien guardados bajo llave… o bajo sobre cerrado. La pregunta sigue flotando: ¿quién se atreverá a abrirlo primero?