José Rosado (Periodista Digital).- El nuevo ídolo de masas no vende discos, tampoco se vende a las mejores firmas o, al menos sólo se vende a una. Se trata del recién elegido presidente de Bolivia, Evo Morales, y de su jersey. Pocas veces unas rayas han conseguido tantas alianzas políticas como las del líder indígena.
La última proeza de tal montón de lana ha sido en sudáfrica, donde Morales intenta forjar otra «alianza política» con el presidente Thabo Mbeki. El líder cocalero llegó el pasado a martes al país africano con su flamante jersey y pese al calor de la región, visita que se prolongará tres días más. Este miércoles, Morales se reunió con Mbeki en lo que iba a ser una «visita de cortesía» de media hora que se dilató por otro de los grandes aliados del boliviano: la impuntualidad.
El presidente de Bolivia recordó su época como dirigente sindicalista y reconoció que nunca había pensado en la posibilidad de llegar a ser presidente del país andino. Sobre la «nacionalización» de los recursos de Bolivia, Morales aclaró que «cualquier país tiene derecho a ejercer su derecho de propiedad, pero eso no significa que vamos a expulsar o expropiar a las empresas petroleras».
Lo cierto es que algunas multinacionales tienen congeladas sus inversiones en Bolivia a causa de los últimos cambios políticos que han llevado al poder a Morales. Éste advirtió que las empresas que quieran invertir «serán socios, pero no dueños».
Para mejorar la situación, Morales también tuvo unas palabras para Estados Unidos en las que perdonó a la Casa Blanca «por tantas humillaciones» ocurridas en el pasado.
Morales, que ha pasado ya por Venezuela, España, Bélgica, Holanda, Francia y China, tiene previsto lucir rayas en Brasil y Argentina.
