Pepa Bueno, en su tribuna semanal en el diario El País, hace este 29 de enero de 2020 un canto a favor de la reunión que mantendrán el próximo 6 de febrero de 2020 en Barcelona el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, con el aún jefe del Ejecutivo catalán, el inhabilitado Quim Torra:
Para la también periodista de la Cadena SER, como no podía ser de otra manera, todos los males acontecidos en Cataluña es culpa de Mariano Rajoy y del Partido Popular:
Durante los Gobiernos de Rajoy se celebraron en Cataluña dos consultas ilegales, se declaró la independencia y cuatro políticos se fugaron de la justicia. Los tribunales hicieron su trabajo y nueve personas están privadas de libertad por quebrantar la ley. La división social y la degradación de las instituciones del autogobierno catalán son la herencia que ahora tienen que gestionar. El independentismo conserva hoy a los presos como única argamasa, pero sus estrategias se han bifurcado de forma evidente, aunque la proximidad de unas elecciones autonómicas unifique los discursos. Y se han bifurcado en el momento clave de aceptar las reglas o volver a ignorarlas.
Describe la ensoñación existente de que alguna de las formaciones catalanas principales, bien ERC o bien Juntos por Cataluña, pudiera asumir que la unilateralidad es una vía muerta:
Tras el otoño separatista, en Madrid —en todos los madriles— se suspiraba porque Junts per Catalunya y ERC —o al menos uno de ellos— asumiera que la unilateralidad es un camino sin salida. Aquel escenario deseado por todos es el que parece dibujar Esquerra, a pesar de toda la desconfianza acumulada en el tiempo. Solo quienes encontraron, a un lado y otro, la fuente de su supervivencia en votos pueden rechazar que, llegados a este punto, se exploren vías para tratar de salir del bucle que tiene a Cataluña sin Gobierno y al resto de España entre el hartazgo y el sobresalto.
Bueno, aun sabiendo que Torra es un político amortizado y quemado, considera que sigue siendo el legal presidente de la Generalitat:
Solo quienes adornaron con una épica salvapatrias el dramático relato de lo que pasó necesitan seguir magnificando cada una de las piedras y pedruscos con los que se tropezará en el camino. Sánchez y Torra se verán el 6 de febrero. La penosa encarnación de la figura del president de la Generalitat de Cataluña que representa Torra corresponde juzgarla en las urnas a los catalanes, y hasta que el Tribunal Supremo confirme o no la inhabilitación como diputado por desobediencia que tiene pendiente. Hoy sigue siendo el president por más que sea un activista que ignora a la mitad de su población y haya despojado de cualquier referencia institucional un cargo por el que generaciones de catalanes suspiraron y pelearon.
Critica el exhibicionismo de las banderas españolas e insiste en que hay que intentar el diálogo entre el Gobierno central y Cataluña:
Ni Esquerra va a abandonar la retórica independentista ni Torra va a devenir en líder responsable. Ni el Gobierno de España debería disfrazar la delicadeza, dificultad y necesidad de transparencia del camino que se dispone a emprender. Parlem, decían las pancartas blancas que aparecieron en Madrid cuando las banderas ahogaron la racionalidad. Dos años, mucho sufrimiento y mucha desconfianza después, no queda otra que intentarlo.

