Hemos ganado.
Y por goleada.
La Justicia condena a la Cadena SER a pagarnos 41.800 euros por bullying, por haberse dedicado ‘insistentemente’ a insultarnos: por vulnerar el honor de Alfonso Rojo, director de Periodista Digital.
La sentencia señala como autor principal a Héctor de Miguel, más conocido como ‘Quequé’, pero responsabiliza al conjunto de la empresa radiofónica del Grupo PRISA, por ‘connivencia‘ con el chistoso.
Y por eso, la cadena de Angels Barceló, Carles Francino y otros similares, tendrán que pagar hasta las costas.
No voy a subrayar que los de la SER andan boyantes, como dije de ATRESMEDIA cuando hace unos meses les ganamos también un juicio tuvieron que soltar 18.000 euros, porque la deuda del Grupo PRISA -propietaria de El País y la SER– pasa ya de los 756 millones de euros.
Lo que sí quiero dejar claro es que están colgados de la teta oficial y que sus sueldos, que siguen siendo opulentos, salen de las campañas publicitarias y subvenciones que pagamos los contribuyentes y con las que les engrasa regularmente el Gobierno PSOE-Podemos, en pago a los servicios que prestan al socialista Sánchez y compinches.
No son mucho esos 41.800 euros, comparado con sus deudas, pero no les va a hacer gracia tener ahora que apoquinarlos, más las costas correspondientes, y menos a gente como nosotros.
Los de la SER viven de prestado y en esas condiciones es complicado o imposible informar en libertad o ser ecuánime.
Por lo que se refiere a Periodista Digital, sólo me resta subrayar que nadie edita a nuestro editor, que soy yo.
Somos libres y siempre hemos optado por dar la batalla, contra quien sea.
Hay un natural temor que infunde el poderoso, máxime cuando le respaldan los dueños del dinero y políticos con mando, pero asumimos los riesgos
Merece la pena.
Dicen que a la gente se la conoce también por sus enemigos, pero si, además de por su tamaño, nos miden por la catadura de estos, seguro que aparecemos en lo más alto del ranking, porque desde nuestro nacimiento como diario online, hace ya más de dos décadas, hemos tenido reiteradamente rivales de la peor ralea.
La lista produce escalofríos y va desde Pablo Iglesias a Gonzalo Boye, excolaborador de ETA en un secuestro y abogado de Puigdemont, pasando por la exvicepresidenta socialista Carmen Calvo, el exministro Ábalos, chavistas, yihadistas y zarrapastrosos de todo pelaje, hasta llegar a Atresmedia y ahora a la Cadena SER.
La sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid casi me ha pillado de sorpresa, porque inicialmente, hace ya bastante tiempo, cuando acudimos a los jugados porque considerábamos vulnerado nuestro derecho al honor, intimidad e imagen, el juez de Primera Instancia desestimó nuestra demanda.
Fue nuestro abogado, Álvaro Rojo Quintana, quien por cierto es el mayor de mis hijos, el que contra viento y marea decidió seguir peleando y apelar.
Y la Audiencia ha terminado dándonos la razón en todo.
Les dejo aquí unos fragmentos de la sentencia, por si quieren entretenerse a conocer más detalles:
- En el caso que nos ocupa, sin mediar provocación directa por el Sr. Rojo al Sr. de Miguel, este le califica como “subnormal”, no una, sino hasta 16 veces, con evidente insistencia y animo recordatorio de su juicio peyorativo sobre el demandante, en comentarios de su programa radiofónico, canal de Youtube y en diversos tweets, para lograr una difusión continuada de dicha opinión con el propósito de lograr extenderla a una mayor audiencia, incitando a su difusión por cualquier red social, creando premios, dominios de web…
- Dicha difusión que pretendía extender tal muestra de desprecio hacia el Sr. Rojo, resulta probada con la documental reportada por el demandante en la demanda y en la Audiencia Previa.
- Resulta evidente, que los enfoques y modos de pensar del Sr. Rojo y del Sr. de Miguel, pueden no ser coincidentes, incluso ser notoriamente opuestos, pero tal discrepancia, no justifica ofensas notoriamente innecesarias al fin perseguido, que la realidad social actual no permite, ni tampoco ampara un pretendido ius retorquendi utilizado de modo reiterativo y continuado el insulto. Pues como ya sienta la doctrina que se ha expuesto, cabe amparar la ironía o el ingenio, nunca el insulto, en la connotación de humillación social, que tiene para cualquier persona, aun cuando sea un personaje público.
- No consideramos, nada irónico ni ingenioso, tildar de modo repetitivo de “subnormal” a una persona con la que se discrepa, exigiendo un premio con su nombre unido a tal apelativo para el demandante, o hacer un llamamiento en las redes sociales para lograr una vinculación inmediata de tal adjetivo peyorativo con el actor en google o Wikipedia alterando su perfil, o crear un dominio web en tal sentido. Consideramos que resulta lamentable un acoso semejante entre profesionales, semejándose a una cruel situación de bulling, que merece un justificado reproche social, pues se pretende provocar una situación de humor a costa de la humillación y denostación de una persona a nivel social.
- Consideramos que la expresión reseñada no solo es desagradable, ofensiva, e hiriente para la persona afectada, que se ve tachada de una merma intelectual por sus opiniones, sino que debe también tenerse en cuenta en este ataque al honor de D. Alfonso, el intento de los demandados de difundir y extender tal trato menospreciativo a la opinión de terceros por todos los medios de difusión posible, radio, canal de Youtube, cuentas de Twitter, páginas web…
- Repetimos que se trata de manifestaciones gratuitas e insultantes, ya que no se encuentran enmarcadas en una discusión propia del tema debatido en el programa de radio, sino que aparecen aisladas y fríamente planteadas en los comentarios. Constatándose, incluso que a veces se advierte algún compañero del programa, que el comentario referido al Sr. Rojo no viene al caso, dicha gratuidad de los comentarios lo encontramos igualmente en los «tweets», que se difunden a través de internet en una red social, y a las que no le podemos encontrar otra intención que la de la mera ofensa y mofa del demandante. Debiéndose tener en cuenta que el demandado conocía perfectamente que al difundirse en twitter, cualquier persona podría acceder a ellas y más concretamente los seguidores dentro de esta red social, a los cuales jalea cada vez que identifican el insulto de “subnormal” con el Sr. Rojo.
(Responsabilidad de la Cadena SER):
- Lo que implica, que esta conducta de connivencia con el autor de las expresiones menospreciativas durante sucesivos programas de la cadena, unida a la participación en los beneficios económicos derivados de la divulgación, determina que es procedente esta extensión de la responsabilidad, con carácter solidario, a la cadena radiofónica, SOCIEDAD ESPAÑOLA DE RADIODIFUSION SL, Cadena SER, en donde se han propagado las manifestaciones que constituyen la intromisión ilegítima, por el autor directo de dichos insultos.