La ofensiva alcanza un hito estratégico

Los rebeldes sirios capturan la ciudad de Hama y ponen contra las cuerdas a Bashar al-Assad

Se agita el tablero geopolítico de Oriente Medio, con Turquía, Irán, Rusia y EEUU jugando bajo y sobre la mesa

El presidente Bashar al-Assad y el reparto actual de Siria entre diversas facciones
El presidente Bashar al-Assad y el reparto actual de Siria entre diversas facciones. PD

En un giro dramático de los acontecimientos, las fuerzas rebeldes sirias -una confusa amalgama dominada por yihadistas- han capturado la estratégica ciudad de Hama, asestando un duro golpe al régimen de Bashar al-Assad.

La caída de esta urbe clave, situada a unos 200 kilómetros al norte de Damasco, marca este 6 de diciembre de 2024 un punto de inflexión en la guerra civil siria, alterar el frágil equilibrio de poder en la región y reaviva un conflicto que parecía haberse estancado.

Tras una semana de intensos combates, los grupos rebeldes, liderados por la alianza islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), anteriormente vinculada a Al-Qaeda, han conseguido rodear y finalmente tomar el control de Hama.

Esta victoria rebelde se produce apenas días después de la sorpresiva captura de gran parte de Alepo, la segunda ciudad más grande de Siria.

El objetivo de la coalición rebelde siria es derrocar al autoritario Assad, según afirma Abu Mohammad al-Jolani, el líder del principal grupoentre la oposición armada.

 Naim Qassem, secretario general de Hezbolá, ha prometido que el grupo libanés respaldará al gobierno sirio frente al avance de «grupos terroristas» que intentan sembrar el caos en el país.

«No lograrán alcanzar sus objetivos a pesar de lo que han hecho en los últimos días, y nosotros, como Hezbolá, estaremos al lado de Siria para frustrar los objetivos de esta agresión en la medida de nuestras posibilidades».

Hezbolá sostiene añadió que esta «agresión» está patrocinada por Estados Unidos e Israel.

Un avance relámpago que sacude al régimen

La ofensiva rebelde, que comenzó el 27 de noviembre, ha avanzado a un ritmo vertiginoso, tomando por sorpresa tanto al ejército sirio como a sus aliados internacionales. En apenas diez días, las fuerzas opositoras han logrado recuperar territorios que habían perdido hace años, demostrando una capacidad operativa y una coordinación que muchos creían ya inexistentes.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) reporta que los combates han dejado un saldo de más de 700 muertos, incluyendo al menos 110 civiles. La intensidad de los enfrentamientos y los bombardeos aéreos ha provocado un nuevo éxodo de miles de civiles que huyen de las zonas de conflicto.

Implicaciones estratégicas y geopolíticas

La captura de Hama representa mucho más que una victoria táctica para los rebeldes. Esta ciudad, situada en el corazón de Siria, es un nodo crucial en la red de comunicaciones y suministros del régimen. Su pérdida no solo corta la vital autovía M5, que conecta Damasco con el norte del país, sino que también abre la puerta a un posible avance rebelde hacia la capital.

Para el presidente Assad, la caída de Hama supone un revés significativo que pone en duda su capacidad para mantener el control efectivo sobre el territorio sirio. Este desarrollo amenaza con deshacer años de avances militares del régimen y podría forzar una reconfiguración del conflicto que muchos consideraban ya resuelto en favor de Damasco.

Reacciones internacionales y realineamientos regionales

La súbita reactivación del conflicto sirio ha provocado una oleada de reacciones en la comunidad internacional y ha puesto de manifiesto las complejas dinámicas regionales que subyacen a la guerra.

Turquía: ¿De espectador a actor principal?

El gobierno turco, que ha mantenido una presencia militar en el norte de Siria durante años, se encuentra ahora en una posición delicada. Aunque Ankara ha respaldado a algunos grupos rebeldes en el pasado, el avance del HTS, considerado una organización terrorista por muchos países, plantea nuevos desafíos diplomáticos y de seguridad.

El ministro de Relaciones Exteriores turco, Hakan Fidan, ha declarado que “Damasco debe reconciliarse con su propio pueblo y con la oposición legítima”, en lo que parece ser un intento de distanciarse de los elementos más radicales de la insurgencia mientras se mantiene la presión sobre Assad.

Rusia e Irán: Aliados en apuros

Los principales aliados internacionales de AssadRusia e Irán, se enfrentan ahora a una situación complicada. Moscú, que intervino militarmente en 2015 para salvar al régimen sirio, ha intensificado sus bombardeos aéreos en un intento de frenar el avance rebelde. Sin embargo, con sus recursos militares ya estirados por el conflicto en Ucrania, la capacidad de Rusia para sostener un esfuerzo prolongado en Siria es cuestionable.

Irán, por su parte, se encuentra en una posición igualmente precaria. Teherán ha invertido enormes recursos en apuntalar al régimen de Assad, viendo en Siria un eslabón crucial en su «eje de resistencia» contra Israel y Estados Unidos. La pérdida de Hama y el potencial colapso del control gubernamental en el centro de Siria representarían un duro golpe para los intereses estratégicos iraníes en la región.

Estados Unidos: Un dilema estratégico

La administración estadounidense se encuentra ante un dilema. Por un lado, el debilitamiento del régimen de Assad, largamente considerado un paria por Washington, podría verse como una oportunidad. Sin embargo, la prominencia de grupos islamistas radicales en la ofensiva rebelde plantea serios problemas de seguridad y política exterior.

El Departamento de Estado ha emitido un comunicado llamando a todas las partes a “ejercer la máxima contención y a proteger a los civiles”, al tiempo que reitera su compromiso con una “solución política negociada” al conflicto sirio. No obstante, la rapidez de los acontecimientos sobre el terreno podría forzar a Washington a reconsiderar su postura de relativa no intervención en Siria.

Un futuro incierto para Siria y la región

La captura de Hama por las fuerzas rebeldes marca el inicio de una nueva y peligrosa fase en la guerra civil siria.

Con el régimen de Assad enfrentando su mayor desafío en años, y las potencias regionales e internacionales recalculando sus estrategias, el futuro de Siria y, por extensión, de todo Oriente Medio, parece más incierto que nunca.

Los próximos días y semanas serán cruciales para determinar si el avance rebelde puede sostenerse y expandirse o si el régimen y sus aliados lograrán reagruparse y contraatacar.

Lo que está claro es que la guerra en Siria, que muchos creían en sus etapas finales, ha entrado en una nueva y potencialmente decisiva fase.

Las implicaciones de estos desarrollos se extienden mucho más allá de las fronteras sirias. El recrudecimiento del conflicto amenaza con desestabilizar aún más una región ya volátil, con potenciales repercusiones en países vecinos como LíbanoJordania e Irak.

Además, el resurgimiento de grupos islamistas radicales

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