SOLO SALVA DE LA QUEMA A BEGOÑA VILLACÍS, VICEALCALDESA DE MADRID

Losantos sepulta a Ciudadanos y deja para el arrastre a Bal y Arrimadas

"En las generales de 2019, pasó de 57 escaños a 10, dimitió Rivera y el partido pudo volver a sus orígenes, irse al PP o disolverse"

Inés Arrimadas, Edmundo Bal, Federico Jiménez Losantos.
Inés Arrimadas, Edmundo Bal, Federico Jiménez Losantos.

Conoce los entresijos del partido naranja como si él mismo hubiese sido uno de los fundadores.

Federico Jiménez Losantos, que abrazó entusiastamente el nacimiento de Ciudadanos y cómo el partido de Albert Rivera supo meter la cabeza en la política catalana y después en la nacional, da por muerta y sepultada a esta formación.

El director de Libertad Digital cuenta este 4 de diciembre de 2022 que uno de los factores que ha acelerado la descomposición de esta fuerza hasta su casi completa desaparición se debe a la elección de Edmundo Bal como lugarteniente de Inés Arrimadas.

Losantos, eso sí, pone también en el debe de la presidenta naranja haberse fiado de este abogado del Estado:

Hombre de escasa formación ideológica y política, y por tanto susceptible de guiarse por lo que está de moda o sigue la mayoría, que en España es lo que manda la izquierda, al llegar al Congreso la ley del sólo sí es sí, Bal convenció al grupo parlamentario de Cs de apoyarla. E Inés, que ahora dice que estaba en desacuerdo, no lo estuvo cuando había que estarlo, según la interpretación de sus enemigos, que creen que lo aprovechó para inutilizar a Bal, del que desconfiaba, ante el futuro del partido, que debe resolverse ya o naufragar definitivamente.

Asegura el director de ‘Es la Mañana de Federico’ (esRadio) que al partido solo le queda ahora mismo una pieza con verdadera valía, la vicealcaldesa de Madrid:

El brillante y estrepitoso vallisoletano Francisco Igea lo planteó con su estilo habitual en las velaciones de la refundación, redefinición o lo que sea del partido naranja: «Hablemos del elefante en la habitación: hablemos del liderazgo de Inés Arrimadas». Porque, en efecto, esa era la cuestión, si se aceptaba o no el liderazgo de Inés, que traía como escudero en el partido a Guillermo Díaz y al que cambió por un rival asturiano, ambos nulificados por la declaración del único cargo importante que queda, Begoña Villacís. La vicealcaldesa de Madrid, dijo: «Yo no veo alternativa al liderazgo de Inés», lo que se tradujo como «Ni la sucedo, ni acepto que otro la suceda». Y entonces fue cuando Bal dijo: Yo.

Naturalmente, Begoña no se ha desdicho. Al revés, ha asegurado que dejará el partido si Bal se hace cargo de su dirección. Lo cual plantea varias salidas, todas malas. Edmundo puede renunciar, por esa presión, en cuyo caso la democracia interna se va al garete y las primarias por el sumidero. Inés quedaría a merced de poderes internos de escasa entidad: amigos que aparca por insuficientes o enemigos que convierte en aliados temporales. El tiempo de traicionarse una a otros, otros a una o traicionarse todos a todos.

Si Rajoy hubiese convocado elecciones…

Losantos cree que Ciudadanos pudo haber sido la gran esperanza si Mariano Rajoy no hubiese dado lugar a que Sánchez le presentase una moción de censura. De hecho, el comunicador turolense tiene la teoría de que el entonces líder del PP prefirió perder su poltrona vía moción antes que concurrir a unas elecciones que hubiese ganado el partido comandado entonces por Albert Rivera.

Pero también, subraya Losantos, todo es culpa también de una Arrimadas y del resto del partido por haber abandonado a su suerte a los catalanes cuando estos, en el año 2017, confiaron en los naranjas:

Este es el itinerario de la desafección de sus votantes: en las generales de 2019, pasó de 57 escaños a 10, dimitió Rivera y el partido pudo volver a sus orígenes, irse al PP o disolverse. Las encuestas les dan un escaño o ninguno para las generales y algún concejal en Madrid. Es el magro bagaje, la ruin expectativa de un partido que, como en tantas herencias pobres, se arruina disputándolas. Hace cinco años, si Rajoy dimite, hubieran ganado las elecciones. Fue una de las torvas razones para no hacerlo. Y si antes no hubieran abandonado Barcelona, hoy tendrían dónde volver. Ahora, en Madrid, no encuentran dónde sepultarse.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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