EL EXPRESIDENTE DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA (PSOE) NO ES UN ENFERMO TERMINAL

Al socialista Griñán y a Sánchez se les acaban las excusas: el informe médico lo manda a prisión

"El paciente tiene un buen pronóstico: no tiene metástasis y ni siquiera necesitará ser intervenido quirúrgicamente, sino que se someterá a un tratamiento de radioterapia"

José Antonio Griñán.
José Antonio Griñán.

Se le van acabando las excusas.

El socialista José Antonio Griñán, expresidente de la Junta de Andalucía, empieza a ver cada vez más cerca su entrada en prisión.

La última baza por la que había apostado fuerte su defensa para evitar la cárcel se basaba en el cáncer que el político del PSOE sufría y que, por tanto, hacía impepinable su estancia fuera del presidio para recibir la atención médica necesaria.

Sin embargo, el argumento esgrimido por los servicios jurídicos encargados de velar por los intereses judiciales de Griñán acaba de verse desmoronado como un castillo de arena.

Así que, salvo que medie el indulto solicitado a Pedro Sánchez, harto complicado siendo 2023 un año de doble convocatoria electoral, a Griñán le tocará afrontar no solo los 15 años de inhabilitación para todo cargo público, sino que también tendrá que encarar esos seis años privado de libertad.

El digital OkDiario ha tenido acceso a un informe médico que desmonta el punto principal de los letrados que representan al político condenado por los EREs fraudulentos.

Según ese documento, el político andaluz no tiene metástasis. Sí es cierto que padece cáncer de próstata, pero el pronóstico es favorable y, por tanto, está muy lejos de que pueda ser considerado un «enfermo terminal».

Los forenses judiciales que han analizado las conclusiones médicas elaboradas por un perito forense del Instituto de Medicina Legal entienden que el socialista puede estar perfectamente entre rejas a la par que recibe el tratamiento médico:

Se trata de un enfermo con un tratamiento totalmente compatible con su estancia en prisión.

El propio informe del Hospital Universatario Virgen del Rocío es taxativo en este extremo:

El paciente tiene un buen pronóstico: no tiene metástasis y ni siquiera necesitará ser intervenido quirúrgicamente, sino que se someterá a un tratamiento de radioterapia.

Médicos forenses del Ministerio de Justicia tampoco albergan dudas sobre el estado de salud de José Antonio Griñán:

No es un enfermo terminal, no se va a morir por esta enfermedad, aunque sí con ella debido a su avanzada edad.

Y tampoco ven incompatible su estancia en la cárcel con el tratamiento al que debe someterse:

No debería serlo la enfermedad que padece, puesto que hay otros presos que se encuentran en la misma situación cumpliendo la pena impuesta.

Una de la posibilidades sobre la que ha trabajado la defensa de Griñán se basa en el artículo 104 del Reglamento Penitenciario que concede a los reclusos la posibilidad de que ante «una enfermedad muy grave con padecimientos incurables, según informe médico, con independencia de las variables intervinientes en el proceso de clasificación, podrán ser clasificados en tercer grado por razones humanitarias y de dignidad personal, atendiendo a la dificultad para delinquir y a su escasa peligrosidad».

Pero los forenses tienen claro que en el caso de Griñán ese cáncer de próstata es grave, pero no incurable ni tampoco puede calificar como enfermo terminal.

Es decir, que el expresidente socialista de la Junta de Andalucía no tendrá problema alguno en recibir el tratamiento médico requerido a la par que cumple la condena de seis años de prisión.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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