Carlos Herrera, como le sucede a muchos millones de españoles este 29 de abril de 2020, aún no le encuentra explicación ni lógica al plan de desescalada presentado en la tarde del 28 de abril de 2020 en el Palacio de La Moncloa por Pedro Sánchez.
Fue tal el batiburrillo con el que el presidente del Gobierno obsequió a los ciudadanos que el director de ‘Herrera en COPE‘ se las ha visto y deseado para explicarle a su audiencia en qué consiste la propuesta y, lo más importante, qué se esconde tras la misma.
Ayer asistimos a una intervención plomiza, lenta, espesa y sobre todo confusa. Si no entendimos bien las tres reglas del paseo de los niños, a ver cómo entendemos el galimatías de ayer.
Aclaraba Herrera que el problema del plan presentado por el Gobierno socialcomunista es que el ciudadano va a empezar a circular por la calle sin saber si está o no contagiado por el coronavirus:
Saldremos a la calle sin saber quiénes estamos infectados. El Gobierno tratará de descargar la culpa de un potencial rebrote sobre la supuesta irresponsabilidad de los ciudadanos. El plan de Sánchez es un volquete de ambigüedades para que parezca que están haciendo muchas cosas y se distraiga sobre el convencimiento general de lo mal que lo han gestionado todo. Este ‘no plan’ está urdido por la necesidad del negro panorama económico y por la de tratar que la ciudadanía no vea que en toda Europa se acaban las medidas excepcionales y se recupera la normalidad mientras aquí seguimos metidos en casa.
El director de ‘Herrera en COPE’ apuntó que la rueda de prensa del presidente del Ejecutivo le sugirióla imagen de ese trilero tratando de engañar al personal:
Sánchez estuvo descaradamente trilero. Por ejemplo, el presidente del Gobierno habló de que la Unión Europea iba a poner en marcha un fondo de recuperación económica de 1,5 trillones de euros. Pero, ¿cómo que un trillón? Si es el presupuesto comunitario es de 166.000 millones de euros.
Y criticó abiertamente que volviera a presumir de los datos sobre los tests realizados a los profesionales sanitarios y a pacientes potencialmente sensibles a estar contagiados por el Covid-19, pese a que la OCDE desmintió al propio Gobierno sacando una nueva clasificación que dejaba a España en el puesto 17 en esa materia:
Otra vez el bulo del ránking de la OCDE. Es mentira. Pero aquí da igual que cuentes una trola, porque, en estos tiempos líquidos, mañana ya estaremos en otra historia y por el camino vas engatusando a unos cuántos cándidos, que siempre los hay. Es la mentira con patas, es un trilero de marca mayor… y es el presidente del Gobierno.