Pedro Sánchez, a través de su ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, prepara una reforma radical en nuestras leyes para regularizar a miles de ciudadanos extranjeros que hoy viven en España de manera irregular.
La excusa es “agilizar” el mercado laboral pero las intenciones, tal y como ha podido saber Periodista Digital de fuentes socialistas solventes, van por otro camino: dar papales a los hasta ahora “ilegales” para arrancar miles de nuevos votantes, muy probablemente para el PSOE de Sánchez, algo que podría provocar un vuelco electoral a favor de la izquierda, a quien las encuestas le auguran una derrota en las urnas frente a PP y VOX.
Las intenciones del Gobierno se conocían este pasado viernes de forma oficiosa pero ‘oficial’ ya que lo publicaba el diario progubernamental y sanchista, El País.
El borrador del real decreto busca principalmente ampliar la contratación en origen con el objetivo de beneficiar a otros trabajadores más allá de los temporeros; permite que los estudiantes extranjeros trabajen; pero crea una nueva vía –aquí esta lo importante aunque se oculta dentro del borrador- para que las personas en situación irregular logren obtener los papeles si estas se forman en sectores laborales para los que se necesita personal, dicho de otra forma: nuevos ciudadanos españoles con todos los derechos, lógicamente, como el del sufragio.
El texto pretende facilitar el emprendimiento individual de ciudadanos extranjeros y el trabajo autónomo de los extranjeros, informa el mismo medio.
La Secretaría de Estado de Migraciones rechaza detallar por el momento el contenido del borrador del real decreto en el que trabajan y destacan que el procedimiento normativo “está en una fase muy inicial” y, por lo tanto, sujeto a cambios.
En su primera intervención en la Comisión de Trabajo del Congreso de los Diputados, Escrivá anunció sus planes de elaborar durante su mandato un “cambio de modelo” de la Ley de Extranjería para “fortalecer las vías de acceso legal” a España, con el objetivo de flexibilizar las vías de entrada a través del mercado laboral. Su primer objetivo, facilitar la inclusión de los menores extranjeros no acompañados una vez cumplen la mayoría de edad, salió adelante el pasado mes de octubre tras meses de retraso por las discrepancias expresadas por el Ministerio del Interior.
Ahora, su cartera se centra en ir más allá. El ministro de Inclusión ha descrito en varias ocasiones el sistema de autorizaciones de residencia existente en España como “complejo y disperso”, por lo que durante su mandato se comprometió simplificar la “excesiva heterogeneidad” de los permisos, así como los ámbitos de vigencia de estos.
Ya desde entonces, el ministro evidenció su objetivo económico de los planes de flexibilizar la entrada al mercado laboral de ciudadanos extranjeros, insistiendo en la necesidad de la inmigración para sostener el mercado laboral y el Estado de Bienestar. Sobre este enfoque se basará, según el contenido de la reforma publicado en El País, el nuevo real decreto.
