Sólo dos detenidos

Tímidas cargas policiales y brutales agresiones de encapuchados proetarras contra el acto de Vito Quiles en la Universidad de Navarra

VÍDEO / Los facinerosos abertzales agreden de forma salvaje a un periodista

Vito Quiles y los proetarras en la Universidad de Pamplona (1)
Vito Quiles y los proetarras en la Universidad de Pamplona. PD

Campan a sus anchas y el Gobierno Sánchez consiente.

La brutal agresión sufrida este jueves por el periodista José Ismael Martínez en el campus de la Universidad de Navarra es sólo un botón de muestra de la impunidad con la que actúan en España violentos, proterroristas y facinerosos en España.

Pero no es un hecho aislado ni casual.

Es la consecuencia directa de años de señalamientos sistemáticos contra el periodismo independiente.

De tolerancia complaciente con la violencia callejera de la extrema izquierda abertzale.

De mirar a otro lado mientras esta crece a ojos vista.

Porque bajo el régimen del marido de Begoña, que necesita los votos de los herederos de ETA y de los separatistas catalanes para seguir en La Moncloa, la violencia viene siempre del mismo lado: el izquierdo.

Pamplona despertó el jueves bajo un manto de inquietud.

La Universidad de Navarra tomó la decisión de suspender todas las actividades presenciales a partir de las tres de la tarde por razones de seguridad.

La razón detrás de esta medida era la esperada llegada del controvertido agitador Vito Quiles, quien se encuentra en medio de su gira “España Combativa”, así como la convocatoria paralela realizada por grupos radicales y proetarras como Ernai, GKS y Jardun, que instaban abiertamente a “luchar contra el fascismo” justo en el corazón del campus universitario.

La tensión se podía sentir en el aire. Desde muy temprano, las fuerzas policiales desplegaron un considerable dispositivo tanto en el campus como en sus alrededores.

Esta acción, poco común en el entorno académico navarro, tenía como objetivo anticiparse a posibles alteraciones del orden tras la difusión en redes sociales de mensajes incendiarios y amenazas mutuas.

La rectora, María Iraburu, envió una carta a empleados y estudiantes defendiendo a la universidad como un “espacio de encuentro y convivencia pacífica”, al tiempo que alertaba sobre el riesgo de que la polarización social afectara al debate intelectual.

La gira de Vito Quiles: entre la provocación y la reivindicación

El itinerario de Vito Quiles, quien se autodenomina el “Charlie Kirk español”, ha sido planificado como una serie de conferencias en universidades a lo largo del país, con paradas en ciudades tan diversas como Barcelona, Madrid, Sevilla e incluso Buenos Aires. Enarbolando la bandera nacional y con un discurso desafiante, Quiles sostiene que “en España ya no hay libertad” y acusa a la izquierda radical de intentar silenciar el debate dentro de los campus.

Su “tour” ha generado protestas en cada una de sus paradas, pero sin duda, lo ocurrido en Pamplona ha sido lo más tumultuoso. Ni siquiera la anulación oficial del acto —primero por parte de la universidad y luego por el propio Quiles, quien alegó que las fuerzas policiales le habían advertido que no podían garantizar su seguridad— logró frenar a los sectores más radicalizados.

Disturbios y cargas policiales: la violencia se adueña del campus

A media tarde, el campus junto al barrio vecino de Iturrama se transformaron en un campo de disturbios. Cientos de jóvenes encapuchados, convocados por colectivos abertzales y antifascistas, comenzaron a volcar contenedores, encender bengalas y lanzar objetos hacia los agentes del orden. Los policías, superados en ciertos momentos por los acontecimientos, optaron por realizar cargas para dispersar a los grupos más violentos y evitar enfrentamientos directos entre bandos rivales.

Los disturbios no se limitaron al recinto universitario; se extendieron también por las calles adyacentes, causando daños al mobiliario urbano y generando preocupación entre los vecinos. El resultado provisional: dos detenidos y cuatro heridos, entre ellos cuatro agentes de la Policía Nacional, según confirmaron fuentes policiales así como la Delegación del Gobierno en Navarra. La universidad expresó su pesar por los “graves incidentes” ocurridos y reiteró su condena hacia cualquier forma de violencia.

Brutal agresión a un periodista: la libertad de prensa, en el punto de mira

Uno de los episodios más preocupantes del día tuvo como protagonista al periodista José Ismael Martínez, perteneciente a El Español. Mientras cubría los incidentes en el campus, fue agredido brutalmente por un grupo encapuchado mientras grababa imágenes de lo que estaba sucediendo. A pesar de identificarse como periodista y mostrar su acreditación, fue acorralado, insultado y golpeado hasta caer al suelo. Solo logró escapar buscando refugio junto a otros colegas. La agresión fue capturada en vídeo y llevó a que Martínez fuera trasladado urgentemente a un hospital para recibir atención médica.

Este ataque ha provocado una oleada de indignación dentro del gremio periodístico y ha reavivado el debate sobre el creciente hostigamiento que sufren los informadores en entornos marcados por una fuerte polarización política.

El papel de los grupos radicales y la escalada de tensión

La protesta fue impulsada principalmente por colectivos abertzales y proetarras como Ernai (las juventudes vinculadas a EH Bildu), GKS y Jardun. Estos grupos han sido señalados repetidamente por las autoridades policiales como instigadores detrás de incidentes violentos ocurridos en el norte del país. No es inusual que provoquen altercados ante actos organizados por partidos políticos considerados como derecha o ultraderecha; no obstante, esta vez la intensidad desbordó lo habitual —que solía limitarse a pancartas y cánticos— convirtiéndose en algo mucho más violento.

Desde la Delegación del Gobierno se condenaron estos hechos e informaron que no hubo advertencias sobre amenazas incontrolables hacia Quiles —como él mismo había afirmado en redes sociales— ni incautaciones previas ni recomendaciones específicas para cancelar su evento según fuentes oficiales. De nuevo, se entrelazan las narrativas sobre amenaza y censura con una realidad marcada por violencia callejera; una mezcla difícil para digerir por parte de la sociedad navarra.

Reacciones políticas y el debate sobre la convivencia universitaria

El incidente ha servido para avivar aún más las tensiones políticas. Desde sectores vinculados a la izquierda abertzale se insiste en frenar lo que consideran un avance del fascismo, legitimando así las protestas como actos defensivos frente a “provocadores”. En contraste, desde posiciones más conservadoras se denuncia un “totalitarismo antifascista” junto con críticas dirigidas al Gobierno liderado por Sánchez por su supuesta complicidad con EH Bildu y sus juventudes.

La universidad misma ha recordado que «la comunidad universitaria está compuesta por personas libres y responsables», haciendo un llamado urgente para mantener un espíritu basado en respeto mutuo y diálogo dentro del ámbito académico.

Curiosidades y datos llamativos

  • La gira “España Combativa” organizada por Vito Quiles toma inspiración directa del modelo estadounidense caracterizado por charlas provocadoras; rinde homenaje al activista conservador Charlie Kirk, fallecido recientemente en Utah, lo cual ha elevado aún más su figura entre sectores conservadores españoles.
  • Por primera vez en décadas, toda actividad presencial fue cancelada en la Universidad de Navarra, institución privada vinculada al Opus Dei debido al temor generado ante posibles brotes violentos.
  • El periodista agredido, José Ismael Martínez, no recibió ayuda inicialmente por parte de algunos manifestantes; sin embargo, otros reporteros presentes intervinieron para ofrecerle apoyo profesional —un gesto solidario muy valorado posteriormente en redes sociales.
  • Los grupos Ernai, GKSy Jardun han intensificado sus acciones contra eventos considerados “fascistas” dentro del entorno universitario norteño; su discurso combina elementos del independentismo vasco con luchas sociales.
  • Tras estos acontecimientos violentos, varias universidades españolas han decidido no permitir actos organizados por Vito Quiles dentro sus instalaciones con tal objetivo evitar que esta tensión se propague hacia otras regiones del país.

Pamplona vuelve así a convertirse nuevamente en laboratorio social donde las tensiones políticas son palpables. En este contexto tan polarizado parece que conceptos fundamentales como libertad de expresión o respeto a las diferencias están amenazados con desaparecer.

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