Un tramposo y esta vez le ha salido mal.
Para cabreo de sus socios, los xenófobos separatistas de Junts, que tienen la impresión de que el marido de Begoña les ha querido tomar el pelo.
Dicho esto, se lo tendría que hacer mirar también el PP, porque lo de sus socios alemanes flirteando en este asunto con el amo del PSOE, no es de recibo.
La política española atraviesa estos días uno de sus episodios más surrealistas y tensos.
El Gobierno Sánchez trató de vender, durante menos de 24 horas, la idea de que Alemania estaba dispuesta a discutir la oficialidad del catalán en la Unión Europea.
Sin embargo, el globo se pincha casi instantáneamente: Berlín desmintió cualquier cambio significativo, dejando claro que “la inclusión de nuevas lenguas oficiales requiere una modificación de los Tratados Europeos”, algo que no está ni cerca del horizonte político alemán.
Este episodio ha sido interpretado por Junts per Catalunya como la gota que colma el vaso.
El partido liderado por Carles Puigdemont, que este lunes celebra una ejecutiva en Perpignan para decidir si rompe definitivamente con el PSOE, considera la maniobra de Sánchez como una “mentira más” y una humillación pública. “Nunca nos fiamos de él”, afirman voces cercanas a Puigdemont.
La tensión llega a Perpiñán: ¿ruptura definitiva con el PSOE?
El clima en Junts es de máxima frustración. La reunión en Perpiñán será extensa y crucial: la dirección del partido evaluará el acuerdo alcanzado en Bruselas —el pacto que facilitó la investidura de Sánchez— y discutirá la posibilidad de romper con el Gobierno.
El descontento no es nuevo y se siente profundo: la ley de amnistía sigue sin permitir el regreso de Puigdemont, mientras que la oficialidad del catalán en Europa permanece estancada, al igual que otras reivindicaciones como la transferencia de competencias en inmigración.
- La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, intensificó la presión el jueves al afirmar que “ha llegado la hora del cambio” y que si el Gobierno no actuaba, “lo harían ellos”.
- La militancia será consultada sobre una posible ruptura mediante una votación telemática que podría llevarse a cabo esta misma semana.
- Puigdemont, quien ya había anticipado en agosto que “en otoño sucederían cosas”, cuenta ahora con argumentos suficientes para respaldar su postura sobre una desconexión total con Sánchez.
El “papelote” y la política de gestos vacíos
El intento de Sánchez por presentar un respaldo alemán se concretó en un documento apresurado difundido por Moncloa, presentado como una declaración conjunta entre España y Alemania. No obstante, dicho texto carecía de firmas, sellos o cualquier garantía diplomática. Berlín solo se comprometía a “abrir un diálogo” para “encontrar una respuesta”, siempre que fuera “aceptable para todos los Estados miembros”.
- La oficialidad del catalán, euskera y gallego ha fracasado ya siete veces en el Consejo de la UE; durante el último intento, el 18 de julio, las tensiones entre los representantes español y alemán fueron palpables.
- El Gobierno alemán, a través del portavoz Stefan Kornelius, confirmó que “nada ha cambiado” y que la postura del canciller Friedrich Merz sigue siendo la misma desde su visita a La Moncloa: no abrirá el debate sobre los Tratados por este asunto.
Un tablero fragmentado y una Cataluña ingobernable
La crisis entre Junts y el PSOE acontece en un contexto político fragmentado en Cataluña. De acuerdo con encuestas recientes, Junts perdería 14 diputados y el PSC también se vería afectado negativamente. La ascensión de partidos como Aliança Catalana (ultraderecha independentista) y Vox complica aún más las posibilidades de gobernabilidad. La legislatura bajo gestión de Sánchez se encuentra al borde del abismo: si Junts retira su apoyo podría hacer trizas la mayoría parlamentaria e incluso abrir paso a nuevas elecciones anticipadas.
- Los integrantes de Junts contemplan incluso presentar una moción de censura instrumental, aunque sin Feijóo como candidato; dejan claro que cualquier decisión se tomará “a fondo” y sin un calendario definido.
- Desde su parte, el Gobierno intenta calmar las aguas asegurando que no se siente amenazado; califica las advertencias provenientes de Junts como meros “juegos de palabras”.
La política desde Moncloa: gestos y excusas
Desde los alrededores de Sánchez sostienen que “el cambio en Cataluña desde 2018 es indiscutible”, aunque reconocen que algunas cuestiones, como la oficialidad del catalán, no dependen únicamente del Gobierno español. “Estamos haciendo nuestro trabajo; esto requiere tiempo”, afirmó el presidente desde Bruselas.
- Para Junts, lo único concreto tras dos años negociando son los dispositivos para traducción simultánea en el Congreso; lo demás son promesas incumplidas y excusas vacías, incluida la amnistía prometida.
- El papel mediador internacional, con reuniones mensuales celebradas en Suiza y actas escritas, tampoco ha logrado desbloquear los temas centrales.
El desencanto del independentismo y el desgaste de Sánchez
El episodio del falso apoyo alemán no solo ha irritado a Junts; también ha reforzado el escepticismo entre los independentistas respecto a las promesas hechas por Sánchez. “A Puigdemont le falta un compromiso real por parte de Sánchez sobre este tema; lo último ha sido un fingimiento que terminó siendo un fiasco”, resume un portavoz cercano a Junts.
El propio Partido Popular interpreta este gesto como “un conejo sacado de la chistera” sin contenido real alguno; consideran que ha sido una maniobra para ganar tiempo ante las presiones ejercidas por Junts. Sin embargo, esta jugada ha servido más bien para incrementar las desconfianzas y acentuar esa sensación generalizada de desgaste dentro del actual mandato legislativo.
Claves del momento político
- Reunión crucial en Perpiñán: Junts pone su futuro a prueba dentro de su alianza con el PSOE.
- Falsa promesa sobre el catalán: Alemania desmiente cualquier cambio significativo y deja malparada a Moncloa.
- Crisis profunda en confianza: Puigdemont y Junts sienten nuevamente que han sido engañados por Sánchez.
- Fragmentación catalana: La irrupción extrema derecha junto al debilitamiento de los grandes partidos complica aún más la situación.
- Gobierno tambaleándose: Sin respaldo por parte de Junts, Sánchez podría perder su mayoría parlamentaria e inducir una crisis institucional.
El último movimiento realizado por Sánchez no solo ha resultado ser menos impactante ni efectivo como esperaba; además ha agudizado aún más las tensiones existentes y colocado a la legislatura ante una difícil decisión. En Perpiñán se determinará si finalmente el independentismo corta vínculos definitivos con La Moncloa; parece claro que las promesas vacías ya no tienen cabida aquí y los gestos han perdido toda credibilidad.
