Lo más notable de la noche fueron, por este orden, el rojo deslumbrante de Letizia, el pinchazo de los zarrapastrosos independentistas catalanes que apenas reunieron medio centenar de manifestantes y la masiva afluencia de invitados de postín.
Este 7 de agosto de 2019 fueron alrededor de 600 los que se acercaron al Palacio de La Almudaina, de Palma, para saludar a a los Reyes y a Doña Sofía.
Los intentos de boicot alentados por Podemos y otros partidos republicanos o independentistas volvieron a pinchar en hueso, superados abrumadoramente los amargados por los cientos de personas se concentraron ante Palacio bajo el lema de «Gracias, Majestad».
Los Reyes entraron entre aplausos y vivas.
Dentro, Don Felipe, Doña Letizia y Doña Sofía recibieron a los representantes de la sociedad balear, encabezados por las autoridades: la presidenta balear, Francina Armengol, y el alcalde de Palma, José Hila, entre otros. Como es habitual, los de Podemos y MÈS se ausentaron.
Entre los invitados había representantes del mundo económico y empresarial, sindical (UGT, CC.OO. y USO), de la cultura, investigación, academias, colegios profesionales, organizaciones sociales y fundaciones, música, cine, teatro, gastronomía, arquitectura, confesiones religiosas, sanidad, turismo, emergencia y protección civil.
La Reina Letizia estrenó un nuevo vestido de rojo, entallado, de corte midi y escote halter que resaltaba su espléndida figura.
Lo combinó con unas sandalias doradas de la firma Jimmy Choo y el clutch Metropolitan Insignia de Carolina Herrera también dorado.
Ambos complementos los estrenó el pasado mes de marzo durante una cena en el viaje de Estado que Sus Majestades realizaron a Buenos Aires.
Como joyas, doña Letizia ha recurrido a unos pendientes en forma de aro de Coolook que pueden combinarse con piedras y a su inseparable sortija dorada de Karen Hallam.