La UO argumenta que algunos manifestantes observaron movimientos extraños de las cámaras
El desfile de la semana institucional de la Guardia Civil, celebrado con motivo de su patrona, la Virgen del Pilar, no fue precisamente un camino de rosas para el ministro del Interior. Alfredo Pérez Rubalcaba tuvo que interrumpir su discurso ante el elevado tono de los abucheos que protestaban contra él.
El titular de Interior aseguró que con el actual Gobierno se ha incrementado el número de guardias civiles en 15.000 y que el cuerpo todavía «necesita modernizarse sin perder su carácter militar».
Por otro lado, ayer se conoció que una de las asociaciones que convocaron la manifestación del
18 de septiembre ha denunciado que el Ministerio del Interior pudo investigarles durante la marcha. La Unión de Oficiales ha pedido a la Agencia de Protección de Datos que solicite a la Dirección General las imágenes que ese día grabaron sus cámaras de seguridad.
CONSECUENCIAS QUE AÚN COLEAN
Las consecuencias de la manifestación de guardias civiles celebrada el pasado 18 de septiembre en Madrid aún colean. Algunos de los asistentes sospechan que el Ministerio del Interior les está vigilando. Al menos es lo que se desprende de la queja que ha puesto la Unión de Oficiales (UO), una de las asociaciones convocantes, ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).
La asociación solicita al organismo que reclame a la Dirección General de la Guardia Civil -situada en la madrileña calle de Guzmán el Bueno, donde se celebró la protesta- los vídeos que grabaron sus cámaras de seguridad entre las 11 y las 15 horas del día de la movilización.
En concreto, piden que «se inspeccione el contenido de los ficheros en los que se almacenan las imágenes obtenidas a través de las cámaras de seguridad instaladas alrededor de las dependencias de la Guardia Civil».
La UO argumenta que algunos manifestantes observaron «movimientos extraños de las cámaras destinadas a vigilar la seguridad del acuartelamiento». Entiende que esto «genera una duda más que razonable de que dichos medios técnicos hubiesen sido utilizados para fines distintos a los que tiene autorizados y que no son otros que proteger el propio edificio».
La asociación profesional considera que se trata de indicios suficientes para pensar que ha podido «haberse afectado el derecho a la protección de datos no sólo de los participantes en la manifestación, sino de personas anónimas y ajenas al acto que circulasen por la vía pública» durante la protesta masiva.
QUEJAS DE LOS MANIFESTANTES
Asimismo, y en la línea de ser objeto de la vigilancia del ministerio, fuentes de las asociaciones convocantes aseguran haber recibido quejas de algunos manifestantes que reconocieron a agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) entre los asistentes.
Desde el instituto armado -fuentes oficiosas- aseguran que es habitual a presencia de miembros de los servicios secretos en manifestaciones críticas, como aquéllas que concentran a un gran número de adeptos, las que organiza la izquierda abertzale u otras que el CNI considera relevantes desde el punto de vista de la estrategia de seguridad del Estado.
Pocos esperaban, por lo tanto, su presencia en esta marcha. «Normalmente cada cuerpo aguanta su
vela», explica un miembro de la Guardia Civil en referencia a que, si es el instituto armado el que convoca una manifestación, también es éste el que se ocupa de la seguridad durante la celebración del evento.
Pero es que, además de los agentes de los servicios de inteligencia españoles, también se mezclaron con los manifestantes miembros de la Brigada de Información de la Policía y de la Guardia Civil (antiterrorismo).
Generalmente, tanto los ser vicios secretos como los de Información de las fuerzas de seguridad del Estado se cuelan en las movilizaciones con la intención de recoger imágenes o pistas que sirvan para perseguir a los delincuentes.
De ahí la extrañeza de las fuentes citadas de encontrarse con estos agentes en plena manifestación para reivindicar derechos laborales. Miles de agentes se concentraron el citado día para protestar contra la larga jornada de trabajo que sufren los guardias civiles, asunto que ha enfrentado a las asociaciones profesionales con el ministerio durante los últimos meses.
Después de diversos encuentros entre ambas partes y pocos días antes de que se celebrase la marcha, la
Dirección General de Policía y Guardia Civil hizo pública una propuesta de reforma de la jornada laboral que rebajaba en 14 el número de días que los agentes trabajan al año.
Originalmente publicado en La Gaceta.