Diez días después del anuncio del alto el fuego de los asesinos se han escuchado un abanico de análisis que van desde que el comunicado es el triunfo definitivo del Estado democrático frente a los delincuentes, a que esto ha sido una cesión plena a la banda.
El punto más interesante de analizar parece ser, el origen de esta derrota. En la tertulia de Antonio García Ferreras, «Al Rojo Vivo» se consideró que las dos fechas claves eran la negociación de José Luis Rodríguez Zapatero y el Acto de Anoeta de Arnaldo Otegi en 2004.
NI ANOETA, NI RECHAZO DE VIOLENCIA SIN LA LEY DE PARTIDOS
El Acto de Anoeta consistió en que el brazo político de los terroristas, la llamada izquierda abertzale, dijo por primera vez que estaba dispuesta a renunciar a la violencia para poder volver a la legalidad. Aunque no fue hasta el pasado noviembre de 2010 cuando por fin dieron el paso —La izquierda abertzale presenta en Bilbao los estatutos del nuevo partido— y acataron la legalidad y es por eso por lo que Bildu pudo presentarse a las elecciones.
Pero el análisis de «Al Rojo Vivo» parece obviar el detalle de que para querer volver a ser legales, previamente tenían que haber sido declarados ilegales. Luego siguiendo ese razonamiento parece lógico señalar que la clave para el cambio de Batasuna/Bildu está en el Pacto Antiterrorista PP-PSOE. Aquel pacto sacó adelante la Ley de Partidos, que fue la que dejó fuera de la ley en 2002 a todo partido que no condera la violencia, suspendiendo a Batasuna.
Una ilegalización, por cierto, que fue muy criticada por líderes de opinión de aquel momento como Iñaki Gabilondo:
La ilegalización de Batasuna es un error y va a crear muchos más problemas de los que pretende solucionar (Gabilondo en «La Pelota Vasca», 2003)
Los terroristas hicieron todo lo posible en 2006 para que el Gobierno derogara la Ley de Partidos. No hubo cesión, y al final fue la propia izquierda abertzale la que tuvo que ceder y hacer ¡por fin! unos estatutos en los que rechazaba la violencia.
De acuerdo a este razonamiento el inicio de la derrota del terrorismo no sería ni la conferencia de San Sebastián, ni el Pacto de Estella ni el Acto de Anoeta. Sería el Pacto Antiterrorista Aznar-Zapatero del año 2000.