Ya lo dice el clásico, que el poder cambia a las personas y, en muchos casos, sobre todo viniendo desde posiciones extremistas, las modera a más no poder.
Pablo Iglesias será, sin el menor género de dudas, un político al que las facultades de Políticas del futuro tomarán como un ejemplo digno de estudio sobre como alguien es capaz de metamorfearse y cambiar sus inamovibles principios por el simple hecho de tener una parte del poder.
El de Unidas Podemos, que es un auténtico especialista en cabalgar entre contradicciones, ha conseguido en apenas dos meses en el Gobierno de Pedro Sánchez revertir muchos de esos mandamientos que él consideraba intocables y que eran condición obligada y necesaria para prestar sus votos al PSOE.
Y no es de extrañar esta evolución interesada en un político que ya mintió a sus bases asegurando que él, aunque tuviera cargos en La Moncloa, viviría siempre en su humilde piso de Vallecas (Madrid) porque él no quería parecerse a esos prebostes que se iban a grandes casoplones, que su ideal era seguir manteniendo el contacto con el panadero, el lechero o el quiosquero.
Al final, sin tener siquiera la jefatura de la oposición, se mudó junto a Irene Montero a una finca exclusiva de la sierra norte de Madrid, en Galapagar. Por eso, ¿creen ustedes que se le va a caer la cara de vergüenza por incumplir otros principios?
DOLORES DELGADO, ‘MASTERCHEF’ TEZANOS Y LA REINA LETIZIA
Dies son los momentos más destacados que ha protagonizado Pablo Iglesias a la hora de tener que envainarse sus ‘principios’.
- Reina Letizia. Pablo Iglesias siempre mantuvo sus rifirrafes con la monarquía española y hasta mostró su repulsa hacia aquellos cargos políticos que se arrodillaban ante los Reyes, alabando por contra a la populista Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, por hacerle un feo tremendo a Felipe VI. Sin embargo, ahora el vicepresidente segundo del Gobierno no tiene empacho en seguir como un perrito faldero a la Reina Letizia en un acto en Galicia.
- Sáhara. Tampoco parece que la cuestión del Sáhara la vaya a mantener firme el líder podemita. Su secretario de Estado de Asuntos Sociales, Nacho Álvarez, mantuvo una reunión con una representante de la República del Sáhara Occidental. La cita se hizo pública en Twitter y al final el Gobierno de España tuvo que salir a apagar el incendio y al hombre de confianza de Iglesias obligarle a borrar sus tuits.
- ¡Vaya con las vallas! Pablo Iglesias se mostró siempre en contra no solo de las concertinas, sino también de la altura que tenían las vallas en Ceuta y Melilla. Sostenía que así no se podía solucionar el problema de la inmigración descontrolada. Pero ha sido pisar moqueta y tragarse la decisión del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de subir casi un tercio la altura de las vallas.
- Devoluciones calientes…y ardientes. Tres cuartas partes le pasa con el tema de las devoluciones en caliente. El político morado estaba en contra de las mismas y hasta aseguraba que el ministro Marlaska estaba en contra de las mismas. Bastó una nota de Interior desmintiendo a su vicepresidente segundo para que este ahuecase el ala y ya no dijera esta boca es mía.
- Corbetas a Arabia Saudí. Otro de los puntos que Iglesias se ha tenido que zampar como un bendito. Opuesto a que la empresa Navantia fabricase esas embarcaciones de guerra, algo que le costó ya un enfrentamiento con el podemita alcalde de Cádiz, José María González, ‘Kichi’, que veía una ocasión de oro para los parados de su ciudad, ahora da su brazo a torcer y queda más tocado que un barco en hundir la flota.
- La reforma laboral. Las prisas de Unidas Podemos para que la misma se derogase ahora chocan con un paso de tortuga desesperante. Esa reforma laboral de Zapatero, con enmiendas posteriores de Mariano Rajoy, puede quedar derogada, pero no antes de 2022 o de 2023. Ya saben, los podemitas son expertos en eso de ‘vísteme despacio, que tengo prisa’.
- Publicidad de las casas de juego y apuestas. Otro gol que le han colado a los de Iglesias, en concreto a su ministro de Consumo, Alberto Garzón, que poco menos que venía a acabar con esos salones y esas webs de apuestas, especialmente con la publicidad de las mismas y erradicar el patrocinio de las mismas en los equipos de fútbol, y al final se ha llevado el chasco de tener que ver como se podrá seguir dándole bombo a esas casas y que los clubes puedan seguir publicitándolas.
- Exministros en empresas públicas. El hoy vicepresidente segundo bramaba contra aquellos políticos, exministros y expresidentes que pasaban de estar en un escaño o en un Consejo de Ministros a tener responsabilidades en empresas públicas. Hoy, con la designación de Beatriz Corredor, extitular de Vivienda con Zapatero, en Red Eléctrica Española, el de Podemos baja la cabeza y calla.
- Dolores Delgado. Pablo Iglesias se tuvo que comer un tremendo sapo prácticamente recién estrenada su vicepresidencia con la intención de Pedro Sánchez de nombrar Fiscal General del Estado a la exministra de Justicia, la misma a la que el de Podemos había masacrado y pedido su expulsión de la vida pública por su amistad con el comisario Villarejo. Ahora, en cambio, ha pedido una oportunidad para ella.
- José Félix Tezanos. Tres cuartas partes sucede con el responsable del CIS. Cuando a este se le ocurrió poner en un artículo que era preciso apostar por el voto útil y decir que este era el del PSOE, en Unidas Podemos entraron en convulsión y exigieron su cese inmediato. A día de hoy, en cambio, no solo no se oyen voces contra Tezanos, sino que además este le ha dado en el último sondeo del CIS la tercera posición en intención de voto.
