¡O espabila el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, o le comen la tostada! El asunto, que superficialmente podría parecer una mamarrachada sin mayor trascendencia, tiene su enjundia y demuestra hasta qué punto hay quien prefiere bajar el diapasón con quienes quieren romper España.
La información la sirve El Confidencial Digital y demuestra que hay un miedo africano dentro de tribu monclovita a exacerbar los ánimos de los independentistas.
El caso es que con la llegada a las diferentes prisiones de Madrid (Estremera, Alcalá-Meco y Soto del Real) de ocho exconsejeros de Gobierno de la Generalitat de Cataluña y los líderes de Omnium Cultural y la ANC se ha despertado el ánimo patriótico de los presos y ha cabreado en cierta medida a los responsables de los recintos carcelarios.
Por ejemplo, viendo lo que pasó con los Jordis (Cuixart y Sánchez), no quieren que se repitan los mismos episodios con el exvicepresidente catalán, Oriol Junqueras, en la cárcel de Estremera y que le griten diariamente los consabidos ¡Viva España! y le pongan canciones de Manolo Escobar.
Los funcionarios de Estremera y Alcalá Meco han recibido la orden de evitar cualquier tipo de altercado similar y, además, de abstenerse de hacer comentarios como los realizados por los policías de la Audiencia Nacional. Por tanto, señalan las fuentes consultadas, en ambos centros penitenciarios «nadie dice ¡Viva España! ni cosas similares».