DESPEDIDA DE RUBALCABA
Ya se iba la paloma, ya se marchaba;
puesta en pie la Cámara lo despedía
y emocionado Alfredo les sonreía,
aunque por dentro su corazón lloraba.
Alababa el parlamento a Rubalcaba
y con él compenetrado se sentía,
demostrándonos a todos empatía
con aquel camarada que se ausentaba.
Aplaudían la constancia y el esmero
y las trampas, las mentiras y el afán
de sus muchas ayudas a Zapatero
y lo bien que había escondido al faisán.
Y aunque España está hundida en una tragedia
el Parlamento sigue con su comedia.
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Por Salvador Freixedo
Último libro del autor:
«LA EXPAÑA DE Z»
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