Escaño Cero – Primer round


MADRID, 31 (OTR7PRESS)

¿Quién ha ganado el debate de investidura? Pues a mi juicio nadie, aunque con matices. Es evidente que Mariano Rajoy es el perdedor no solo porque no cuente con el apoyo suficiente para repetir como presidente.
Mariano Rajoy es buen parlamentario pero en este debate ha estado flojo, poco convincente, desganado, como quién sabe que está cumpliendo un trámite ineludible pero poco más.
Pedro Sánchez sin duda ha hecho su mejor debate. El líder socialista hizo un discurso demoledor, con contenido, serio y riguroso a la hora de manejar cifras. En fin que en mi opinión Pedro Sánchez nunca ha estado mejor que en este debate parlamentario. Supo resumir el profundo enfado de millones de españoles contra las políticas llevadas a cabo por el PP en estos años. El líder socialista no solo ha sabido acertar en el «fondo», en el contenido sino en las formas. No hizo un mitin (que es lo que sin embargo hizo Pablo Iglesias) sino un discurso político de altura. La única objeción que le hago a Pedro Sánchez es que después de todo lo que ha dejado dicho en la tribuna del Congreso sin embargo no de una opción, una alternativa real a los ciudadanos para salir de la situación de bloqueo en que el país esta. Porque lo que le ha faltado, una vez hecho ese discurso demoledor contra el gobierno Rajoy durante estos años de la crisis, es ofrecer una alternativa. Muchos ciudadanos podemos estar y estamos de acuerdo con su diagnostico pero ¿cuál es la solución para el problema?. El líder de la oposición no puede conformarse, ni intentar conformar a los ciudadanos con señalar con acierto todo lo que esta mal sino que a continuación tiene que dar una salida.
Pablo Iglesias hizo un mitin bien estructurado. El líder de Unidos Podemos es un dialéctico brillante aunque se le nota que no termina de coger el punto al escenario del Congreso y eso que él es un buen comunicador. Por eso me parece que ha sido más eficaz el discurso de Sánchez. A veces pienso que Pablo Iglesias se dirige solo a los suyos, que no son pocos esos millones de españoles que le han votado pero que se olvida del resto de los ciudadanos.
En cuanto a Albert Rivera estuvo en su papel, un papel harto difícil. Por una parte señalar todos los puntos negros del PP, la corrupción, las promesas electorales incumplidas, los modos y maneras de gobernar, etc, etc. Rivera no le ahorró a Rajoy pasar un mal rato diciéndole que no se fía de él y que por eso le ha hecho firmar un pacto en el que queden perfectamente especificadas una serie de medidas que marquen el camino del cambio y de la lucha contra la corrupción.
Albert Rivera, con otro estilo, fue igual de contundente que Sánchez o que Iglesias en sus criticas a Rajoy y al PP. La diferencia es que como bien explicó los ciudadanos han votado en las urnas unos resultados que obligan al entendimiento entre los partidos. Rivera recalcó que no le gusta Rajoy, que no se fía de él, que no es el socio que hubiera elegido pero que las circunstancias mandan de ahí que si le presta su apoyo para la investidura fallida es por sentido de la responsabilidad y eso si exigiéndole garantías escritas.
En realidad Albert Rivera es el único político que ha dado una solución a la situación de bloqueo aún sabiendo que eso le puede costar votos, que muchos de sus votantes no le comprenden y pueden pasarle factura en las urnas.
Pero las cosas son como son no como a cada cual le gustaría que fueran, y solo hay tres soluciones: o gobierna Rajoy con la abstención del PSOE, o gobierna Sánchez con el apoyo de Podemos y de los partidos nacionalistas e independentistas, o vamos a unas terceras elecciones. Es lo que hay aunque en este «primer round» el guión ya estaba escrito de antemano incluyendo el resultado.

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