LA PRENSA PROGRE DEFIENDE A LOS TERRORISTAS DEL “PIM PAM PUM QUE NO EN QUEDI NI UN”

Los golpistas catalanes, dispuestos a seguir los pasos del País Vasco

Los golpistas catalanes, dispuestos a seguir los pasos del País Vasco

Estos días, siento vergüenza ajena al oír a tanto periodista frívolo e irresponsable defendiendo lo indefendible. Ahora toca ser blandos con los terroristas de Cataluña, esos angelitos kale borroka del “pim pam pum, que no en quedi ni un”. Cómo no va a apoyarlos Torra, ese ser tan contrahecho por fuera y por dentro, ese golpista vocacional que no deja de amagar y atentar contra nuestra Constitución. Compañero de timba de Sánchez, con quien comparte intereses y secretos, por mucho que les amenace con un 155 ad hoc para presentarse como hombre de Estado y salvador de la patria.

La prensa progre sirve a los diseñadores del caos, y no me cansaré de repetirlo, por eso me parece que siempre escribo el mismo artículo. Casi todo lo que acontece en estos tiempos de locura y despropósito hay que mirarlo con los ojos del Análisis con mayúscula. Hay que profundizar en los porqués de las cosas, de sus causas, de las causas de las causas, y el puzle se arma solo. Al final, vamos a parar a los mismos personajes, a los dueños del guiñol que persiguen la desestabilización mundial. Actúan aquí y allá y odian al ser humano. No toleran que aspiremos a la Libertad y que seamos capaces de cosas sublimes en cuanto conseguimos dejar atrás el primitivismo y la barbarie. Por eso su preocupación en animalizarnos, en anclarnos en los instintos básicos de la supervivencia, en dividirnos, en crear conflictos artificiales para avivar nuestras áreas profundas reptilianas. Sirven al inframundo y les molesta la luz. Por eso idean estrategias de perversión y tienen el punto de mira en la cuna de nuestros niños. Hacen lo indecible por atraer a la manada social a su causa, la mayor parte de las veces con apetitosas manzanas, aunque envenenadas como la de Blanca Nieves. Pero ya no quedan príncipes salvadores, así que, ¡atentos!, porque los planes son de demolición total y a corto plazo.

Da asco y a la vez pena, oír el argumentario machacón de los defensores de los terroristas de los CDR, con todo su plan para atacar, y no precisamente con pistolas de agua bendita o de jabón al estilo de Virgil Starkwell, el patoso protagonista de Take de Money and Run que tanto nos hizo reír con sus gags. No están los tiempos ahora para mucha risa, a no ser que se sea “bobo solemne” o tonto a secas. Estos fanáticos de ADN atravesado andaban con explosivos y no precisamente de fogueo.

Es preocupante que esta gente enemiga de España, tenga patente de corso para burlar e infringir la ley siempre que les pete, que se vote en el parlamento de la Generalidad la expulsión de la Guardia Civil y que no pase nada. Es preocupante también la desprotección de los cuerpos de seguridad del Estado frente a todos los que subvierten el orden establecido. Gracias a Zapatero y más gracias a Rajoy que pudiendo derogar y rehacer lo mal hecho y aprobado, dejó pasar el tiempo mientras arreglaba la economía. Como si eso fuera todo. Lo cierto es que entre los dos peores presidentes de la democracia dejaron a España patas arriba en lo moral, además de crear al okupa que sufrimos. ¡Quién arregla esto ahora! A Casado debe parecerle bien su antecesor, a juzgar por cómo se exhiben juntos. No sé a quién pretende seducir.

Incido en la escasa crítica, cuando no defensa, de todo tipo de delincuentes, incluidas las asesinas de niños, por parte de los medios. Lo de “mujer y negra” es de vergüenza. El periodismo hoy no se ejerce escribiendo o contando los hechos, como un servicio a la sociedad. Se funge mintiendo y tergiversando la verdad, siempre al servicio del poder y sus intereses aviesos. Todo lo contrario a su esencia primigenia, la razón de la profesión como bien de interés público. En estos tiempos, medio apocalípticos, es importante que sigamos siendo vigilantes del poder, sacando a la luz lo que se disfraza o se esconde, aunque sea a costa de perder subvenciones y anuncios, incluso el empleo. Siempre habrá una esquina y un altavoz para gritar lo que otros callan. Muchos periodistas mantienen el puesto e incluso se hacen millonarios a base de vender su alma a los poderosos, viéndose condenados a hacer basura política, a base de intoxicar a la sociedad con sus serviles mentiras. Se ha llegado a tales cotas de bajeza, que no es de extrañar que la profesión esté tan mal valorada por la ciudadanía. Hay que rescatar el código deontológico del vertedero.

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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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