En el partido naranja se barajan los nombres de Villacís y Cantó como 'alternativa'

Las trampas de Sánchez y la miopía de Arrimadas aceleran la marcha de Ciudadanos hacia la ‘muerte’

Tras la debacle en Cataluña, todo indica que Ciudadanos quedará literalmente en cuadro cuando se celebren elecciones autonómicas en Madrid, este 4 de marzo de 2021

Las trampas de Sánchez y la miopía de Arrimadas aceleran la marcha de Ciudadanos hacia la 'muerte'
Inés Arrimadas y Pedro Sánchez. PD

En Ciudadanos reina la desolación.

Dirigentes y militantes del partido que llegó a soñar con sustituir al PP como formación hegemónica en el centroderecha español, se ven ya al borde del colapso.

Para evitarlo, con desesperación, se lanzan nombres como el de Begoña Villacís o Toni Canto, como posibles recambios de Inés Arrimadas, pero nada parece ya suficiente para evitar la muerte como partido político.

Tras la debacle en Cataluña, todo indica que Ciudadanos quedará literalmente en cuadro cuando se celebren elecciones autonómicas en Madrid, este 4 de marzo de 2021.

La operación diseñada por Inés Arrimadas y Pedro Sánchez, para sacar al PP de los Gobiernos autonómicos, se ha traducido en un gigantesco fiasco, que inevitablemente conduce a la defunción de Ciudadanos.

La rápida respuesta de Isabel Díaz Ayuso ha demostrado que los naranjas han sido víctimas del socialista Sánchez, que se ha servido de la ambición de la máxima dirigente de Cs para tratarla como tonta útil, en una operación que ha embarrancado a las primeras de cambio.

A día de hoy, Cs es un partido en vías de extinción marcado con el estigma de la traición.

En estas circunstancias, la dirección de Ciudadanos se está planteando nombrar para los próximos comicios en Madrid un candidato alternativo al amortizado Ignacio Aguado, que en las últimas horas no hace otra cosa que ir de víctima por las televisiones. Suspiros de un perdedor que soñó con el puesto de Ayuso y ha salido trasquilado.

La cuestión es que Aguado se aparta del perfil que busca Ciudadanos, que ha barajado la posibilidad de nombrar a Ángel Garrido, ex presidente de la Comunidad de Madrid en sustitución de Cristina Cifuentes y que, molesto por el hecho de que Pablo Casado apostara en su día por Ayuso como candidata, decidió abandonar el PP.

Sea quien sea el elegido, las dudas de la formación de Arrimadas demuestran que Ayuso ha cogido a Ciudadanos con el pie cambiado y que ahora se encuentra en una encrucijada de muy difícil salida.

El torpe movimiento de Arrimadas, utilizada como una marioneta por La Moncloa, sólo le valdrá para hacerse con el poder en Murcia durante dos años, pero ha arruinado por completo el futuro político de una formación que ha quedado retratada: rascas y no hay nada.

En estas circunstancias, Madrid puede ser su tumba política. Nunca un viaje a ninguna parte como el emprendido por la formación naranja habrá resultado más estúpido. Arrimadas se ha lucido.

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