OPINIÓN

Anián Berto: «El ‘tocomocho’ del Gobierno no esconde la bolita a los transportistas»

Anián Berto: "El 'tocomocho' del Gobierno no esconde la bolita a los transportistas"

La solución no puede estar en manos de quién provoca el problema. Muchas gasolineras suben 5 céntimos, antes que tengan que bajarlos

Los transportistas no terminan de arrancar y el Gobierno no logra persuadir a este sector castigado por los precios astronómicos de los carburantes, crisis de intermediarios y negación de regulación de precios. Bajará el combustible 20 céntimos/litro, pero en unos días subirá 30. Fácil de entender, cuando ya ha explosionado el IPC hasta el 9’8 %. Un alto nivel de inflación que habría que retrotraerse a la gestión de otro Gobierno socialista, este de 1.985 y presidido por Felipe González, para conocer un desastre similar.

Pero, para más inri, ‘quién hizo la ley, hizo la trampa’. Muchas gasolineras en su mercado libre, ya se han apresurado a subir 5 céntimos para, cuándo llegue en los próximos días la rebaja anunciada por Sánchez, ya esté compensada con la subida. Simple, si me obligas a bajar yo subo. No es la solución, sino el nuevo ‘tocomocho’ del Gobierno. Trampas, trucos e incógnitas que no satisface ni a transportistas, ni proveedores y tampoco a gasolineras. Todos ellos conocen donde está ‘la bolita’.

A todo ello, deja en evidencia la innecesaria existencia de viejas confederaciones sindicales afines a los partidos socialistas y comunistas, ambos forman parte del problema. La solución no se puede esperar de quién provoca el desmadre. Este Gobierno social-comunista, está fuertemente alineado con los supuestos defensores de los trabajadores. Las asociaciones solapadas, sin apoyar las reivindicaciones del transportista, ganaderos, pescadores o agricultores. Entre otras revueltas de distintos colectivos, tratándose más de una ‘Huelga General’ que el descontento de unos pocos.

De ahí que las ‘Plataformas’ en estos sectores estén obligadas a organizarse y luchar desde el tajo por sí solos, demostrando que de nada sirven las subvenciones económicas a los obsoletos sindicatos y asociaciones políticas. Al revés, se fortalecen con los miembros del Gobierno y van contra aquellos que salen de sus postulados, que no comulgan con sus ideologías o no sacian su sed fanática en el mismo pesebre.

‘No va a haber más reuniones’. He dicho. Es el mensaje dictatorial y autocrático que la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez Jiménez, ha enviado frente a los micrófonos de la prensa a los transportistas españoles protestantes. Una falta de consideración, irreverencia y dejación de sus funciones.

Con altivez arrogante y clara disposición despótica deja clara las intenciones de su ministerio: criminalizar a los huelguistas y someterles a la sumisión de sus decretos. Un auténtico ‘puñetazo en la mesa’, más propio de dictaduras bolivarianas que de la soberanía nacional española, donde aún se entiende que corresponde al pueblo.

Es oportuno recordarle a la ministra nuestra Carta Magna, explicarle que la Democracia Monárquica Parlamentaria recoge que España es un Estado democrático, de derecho y de bienestar, con una economía de mercado. Y si sus representantes actuales no les valen a los trabajadores, estos son soberanos para acreditarse con legítimos derechos para salvar sus intereses. Además son dueños de su trabajo y los mejores administradores de sus recursos.

Las asociaciones y sindicatos representan a algunos, pero los trabajadores de base manifiestan contundentemente que, ‘ a ellos no les representan, y esos acuerdos no solucionan los problemas de los autónomos, pyme’s y camioneros de base’.

La citada ministra, representante gubernamental pública, arguye a la falta de entendimiento de los transportistas y les insta a; ‘qué se lean el acuerdo’, en tono irónico y a modo de lección escolar para que capten sus propuestas. Insistentemente los transportistas le transmiten, ‘que no quieren subvenciones, sino dar un servicio a cambio de poder vivir de su trabajo’.

Es oportuno recordarle a Raquel Sánchez que no hay nada más razonable que poder trabajar a cambio de un salario digno y no ‘a pérdidas’. Por otra parte, es irrefutable las motivaciones de los transportistas, la necesidad perentoria y el hambre. Es decir; el bolsillo y el estómago.

La ministra muestra un pulso a la razón, con actitudes cargadas de soberbia, simplonas y acordes con otras declaraciones anteriores, siempre en dirección a atacar en defensa propia y proteger a sus sindicatos, echándoles a la opinión pública encima y descargando sus culpas y responsabilidades directas

Las entidades sindicales UGT y CC. OO, que ha caído hasta un 13’9 % de afiliados en España, no dicen ni mu y se escudan tras los eslóganes y acusaciones tendenciosas de la ministra, sin fundamentos, pero con dirección a ridiculizar la imperiosa decisión de establecer precios al trabajo personal y denunciar los tejemanejes de intermediarios.

Los transportistas no piden ni ayuda ni paguitas, y dicen que ‘no es posible que haya cuatro o cinco intermediarios’. La ministra les dijo que se comprometía a no trabajar a pérdidas, pero sin compromiso escrito ni continuidad, solo a corto plazo, hasta junio y sin fiabilidad alguna.

Una guerra sucia, que va minando las probalidades del más débil. Cada día que pasa la protesta se debilita, menos camioneros en la lucha, unos desisten y se dan de baja de autónomos, otros ofrecen sus camiones en venta y muchos siguen en la brecha. Sobre todo, recuerdan que defienden los intereses de todos y animan a no desmayar, esperando el amparo de la sociedad y la comprensión de los consumidores.

Anián Berto
Periodista – escritor

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