Parece ser que levantó gran expectación el debate televisivo entre los líderes de los dos principales partidos. No es de extrañar, pues un enfrentamiento cara a cara entre esos dos personajes no ocurre todos los días, máxime en este país que últimamente es tan democrático.
¿Quién ganó?, ¿quién perdió? Hay opiniones para todos los gustos o conveniencias, orientadas indudablemente por la ideología política de quien la expresa. Por eso no vamos a entrar en ese terreno, seríamos otro más a caer posiblemente en el mismo error. Además, en estos debates, cada contendiente se auto presenta como el mejor, haciendo responsable de todos los males a su contario, y ya estamos cansados de ese rollo.
No obstante, hay algo que si deseamos comentar. En un debate es habitual que un contendiente interrumpa al otro, pero una cosa es eso y otra muy distinta es levantar la voz y no dejar hablar, al contrario, eso es avasallar, es un signo de prepotencia por parte de quien así actúa.
No nos gustó que uno de los contendientes procediese de esa manera, aunque teniendo en cuenta quien lo hizo, a lo que nos tiene acostumbrados, tampoco nos extrañó.
Hasta hemos pensado, quizás equivocadamente, que el motivo de tal comportamiento fue una manera de intentar que el otro perdiese los estribos y quedar el autor como víctima cara a la galería. Si fue así, desde luego “le salió el tiro por la culata”.
En cualquier caso, no nos extrañó dado el autor. Una persona a la que sus ansias de figurar, de ser el primero en todo, lo pierden. De una persona que se salta tranquilamente la Constitución por veces, sin asumir ninguna responsabilidad, se puede esperar cualquier cosa.
Tengamos en cuenta que es amigo y creemos que admirador de un dirigente latinoamericano que recientemente ha manifestado su convicción de que el concepto de democracia “es relativo”. ¿Cómo se entiende eso? Quizás que democracia es solo lo que digo yo.
Así no es de extrañar que la Junta Electoral Central acabe de abrir un expediente sancionador a esa persona por saltarse la “neutralidad institucional”, pues ha expuesto “apreciaciones valorativas con connotación electoralista”, en una rueda de prensa después del último Consejo Europeo en Bruselas. Por cierto, se ve que no aprende, pues hace tres años ya lo sancionaron por la misma causa, o le da todo igual con tal de hacer lo que le viene en gana.
Esperemos que no lleguemos aquí a lo de un partido europeo cuya presidenta mantuvo en el senado nacional que “estamos restringiendo la libertad, pero lo estamos haciendo por el bien común”
Su prepotencia y ganas de figurar debería emplearlas, por ejemplo, en plantar cara a Gran Bretaña y pedirle explicaciones de por qué Gibraltar ha construido un número notable de viviendas en terrenos ganados al mar, es decir, en aguas territoriales españolas según el Tratado de Utrecht.
Cada vez es más frecuente la ya “no noticia” de que Correos va a tener muy difícil el poder cumplimentar todos los votos que le lleguen. Las cifras del posible problema son alarmantes. Nos preguntamos qué hará su amigo, al que nombró Presidente del organismo con un buen sueldo. Endeudar ya lo ha endeudado notablemente. ¿Será capaz de salvar la situación?
Lo único que tenemos claro es que la situación está muy complicada, puede ocurrir cualquier cosa, y más teniendo en cuenta que a alguno le conviene que así sea, para justificar sus posibles actuaciones posteriores.
