Los científicos de la prestigiosa universidad británica Imperial College de Londres concluyen que las medidas puestas en marcha por el Gobierno de España han servido para salvar 450.000 vidas”.
Y puede que la conclusión sea fidedigna, y digo “puede”. Desearía tomarme un café con los “estúpidos” de la Imperial College para empaparme de sus conocimientos.
Una reunión distendida con quienes han desarrollado el algoritmo que permite calcular la eficacia de las medidas tomadas por el Gobierno para combatir la pandemia. Y, así, una vez henchido de saber, podría enterarme de una “puta vez” del número de fallecidos por Covid-19 en España. Hoy dice el tal Simón que el número de fallecidos es de 28.313 personas.
Hará unos días, uno de los asesores “listillos” del Presidente, un becario enchufado por Iglesias, leyó la noticia de la Imperial College y buscó apuntarse un tanto.
Entonces, el joven va y se lo cuenta “al de más arriba (uno con un sueldo de 6 dígitos)”, y este se lo relata al tuitero Sánchez, quien, a su vez, se lo “casca en un tuit” a Josep Lluis Clèries (Junts per Catalunya): «El estado de alarma ha servido, ha salvado vidas. Informes científicos independientes como el del Imperial College dice que se han salvado 450.000 vidas en España.»
¿Se puede ser más tergiversador, retorcido y vanidoso? La Imperial College de Londres no hace referencia al estado de alarma, apunta a las “medidas puestas en marcha por el Gobierno de España”, ¡algo muy diferente! A tenor del número de víctimas, si tan solo se hubiesen aplicado las leyes sanitarias existentes, coordinando a las Autonomías, se hubieran salvado, al menos, el mismo número de vidas.
Durante el periodo de… “en el Gobierno hacemos lo que nos de la gana & estado de alarma”, obviamente, se ejecutaron acciones para atajar la pandemia, muchas de ellas ineficaces a todas luces. Y, ¡vale de mentiras!, la finalidad del “estado de alarma” no ha tenido nada que ver con la gestión de la pandemia, el verdadero objetivo del Gobierno, que ni tan siquiera se molestaron en camuflarlo, ha sido que pudiesen legislar a sus anchas “abusando del poder”.
Al tuitero Sánchez le encantan los cantos de sirena. Sin embargo, es necesario que, antes de que vuelva a “canturrear” acompañado de su “lira mágica”, se fiche en la Moncloa a un “mileurista”, mediante estricta oposición, con el objeto de que recuerde a sus jefes que los números son muy desagradecidos y difíciles de “sobornar” una vez que han sido lanzados al aire.
Si la cifra oficial de fallecidos la ha establecido el Gobierno en 28.313, a tenor del tuit de Sánchez a Josep Lluis, podríamos concluir con lo siguiente: Si el Imperial College dice que se han salvado 450.000 vidas, quiere decir que conocían el número de muertos con las medidas tomadas por el Gobierno, o, lo que es lo mismo, sabían el número de fallecidos si el Gobierno no hubiese hecho absolutamente nada.
Sin embargo, la Imperial College, no podría determinar el número de vidas que se hubiesen salvado si el Gobierno hubiera tomado medidas diferentes a las que tomó. Verbigracia durante el mes de febrero: medidas de prevención, uso de mascarillas, teletrabajo, prohibir las concentraciones de personas (8M), acumulación de material sanitario, test…, etc.
Lo realmente importante es que la Imperial College nos diga cuántas personas habrían fallecido en escenarios diferentes al que existía cuando el Gobierno tomó “sus medidas”. Con ello, podríamos valorar cómo de bien (de mal) lo hizo el Gobierno. O también podrían respondernos a las preguntas siguientes: ¿Si los medios a disposición del Gobierno se hubiesen utilizado con eficacia y eficiencia, la cifra de fallecidos hubiese sido a día de hoy de 28.313? ¿Por qué hemos alcanzado la cifra de 28.313 víctimas? La Imperial College de Londres debería fichar a personas más capacitadas para estos tipos de trabajos.
En la gestión de la pandemia, a la fecha, parece que no fuera aplicable por la Justicia el principio de causalidad eficiente; “la causa de la causa es la causa de lo causado”. Quienes configuran el Gobierno “Sánchez-Iglesias”, han mirado de reojo el “anclaje al poder”, obviando la seguridad, el bienestar y el porvenir de los españoles. En el 8M se subordinó el contagio irrefutable de un virus insidioso y desconocido a las pataletas infantiles de la cultivada Ministra de Igual-da, quien ansiaba “su manifestación chupi-caneli”.
Los españoles estamos obligados, con cada puesta de sol, a preguntarnos: ¿Si no se hubiesen permitido las manifestaciones del 8M, siquiera la fatalidad de una muerte se hubiera evitado? Si la respuesta es sí, la “pareja de troleros” debería dar buena cuenta de sus decisiones ante los Tribunales. No se trata de saber cuántas vidas se han salvado con las medidas del Gobierno, ¡esa era su misión!
Se trata de saber cuántas vidas se perdieron por la incompetencia e ineptitud del Gobierno, sobre todo, por su desidia y cobardía con el 8M, por su “cerrar de ojos” ante las residencias de ancianos y por la nefasta gestión de los medios a su disposición.
El confinamiento y las decisiones económicas del Gobierno han hundido a la “Economía” de la nación. ¿EL Gobierno o la Imperial College de Londres serán capaces de evaluar, aunque sea por el “método Lastra”, el coste económico y las vidas que nos supondrá el “estado de alarma”? Seguro que no desarrollan ese algoritmo.
El desempleo puede que llegue a ser, incluso, más nefasto que el Covid-19. Algún día, aparecerá un estudio tan “científico” como el de la Imperial College, tasando el “coste social y económico” del confinamiento y el “cachondeo en las decisiones” del Gobierno, pero, para entonces, muchas empresas, autónomos y trabajadores no formaran parte del tejido productivo español; el Gobierno, lleno de vagos y maleantes, con la excusa del Covid-19 los han llevado “maniatados” al cadalso y, muchos otros, dentro de poco haremos el mismo recorrido.
Algún científico ha afirmado que «el desempleo aumenta un 20% la tasa de mortalidad», y no estoy capacitado para valorarlo. Sin embargo, afirmaré la evidencia: Existe una correlación positiva entre el desempleo y la “tasa de mortalidad”, y negativa con la “esperanza de vida”. Y que, una vez superada la pandemia, las correlaciones se verán afectadas negativamente por el abuso de medicamentos, sobre todo, de antidepresivos y opiáceos; el consumo de alcohol; el riesgo de suicidios; la delincuencia contra la propiedad; los delitos violentos…, etc.
Un Gobierno que se embarra con la teórica posibilidad de ejecutar un cambio de régimen para mantenerse en el poder, “In sécula seculorum”, con la que está cayendo, difícilmente podrá gestionar un escenario en el que asuma una correlación entre paro y mortandad. Estas “nuevas víctimas” no serán reconocidas por quienes exudan “dictadura y nepotismo”.
Más bien pronto que tarde, los pensionistas, los trabajadores, los autónomos, los empresarios, los parados…, a medida que la depresión nos “trinque”, al no encontrar una salida digna que satisfaga nuestras expectativas como ciudadanos libres, cuestionaremos el sentido de la vida.
El futuro incierto de la pos-pandemia no se arregla con otro confinamiento tipo “Gulag”, ni con “Pablenin” atemorizando a la ciudadanía, ni con decretos ley “cambiantes”, ni con los “Aló presidente”, ni con “Irenita” y sus correrías intelectuales, ni con el tal Simón, ni con Iglesias y Sánchez comprando votos con el Ingreso Mínimo Vital, ni con Marlaska destituyendo al coronel Pérez de los Cobos, o a quien se le cruce por el hecho de cumplir la Ley, y ni tan siquiera con Illa y Ábalos machacando al “sentido común”.
Los españoles deberíamos asumir con valentía que muy pronto llegará el día en el que le exijamos al Gobierno que deje de “imponernos” más restricciones para “luchar” contra las adversidades que se aproximan. Nos toca a nosotros, ciudadanos libres, exigir al “puto Gobierno” sus responsabilidades sobre la gestión sanitaria y económica.
Me temo que el número de “españoles cabreados” irá en aumento; y que la Fiscalía y la Abogacía del Estado en su “sí, bwana” nos hará tragar mucha quina. Necesitamos otro algoritmo de la Imperial College para conocer el número de fallecidos “reales” por la pandemia, a cuántos españoles mandará el Gobierno al desempleo con sus medidas sociocomunistas y el grado de “perdida de libertad” que estamos dispuestos a asumir. ¿Lo tuiteará Sánchez?