Hay Ministros que ni para un soneto
Dan de sí, ni para una espinela
Hay Ministras, por más que una vela
A santa Rita, y bajo secreto
De confesión, le enciendan, lo obsoleto
Pidiéndole que convierta en estela
De su lucero o estrella que vuela,
No cruza el cielo, como un reto
Al sabiondo maestro Ciruela,
Que, sin saber leer ni escribir, puso escuela …
De ellos cada cual un mamotreto,
Y de ellas cada cuala un esqueleto,
No nos hiela el corazón, lo congela,
Sin ley ni rey, … ¡tan solo por decreto!.