La Marea de Pérez Henares

Caamaño es un «genocida» de besugos y lubinas

(Dedicado a mi amigo embrujaondas Carlos Herrera, depositario máximo en España de una virtud en peligro de extinción: el sentido del humor)

El nuevo ministro de justicia ¡pesca!. Escándalo. Caamaño es un “asesino” de lubinas y besugos. Y Zapatero lo es de truchas. Como buen leonés, era aficionado a la pesca con “mosca” en la que sus paisanos son maestros. Ambos siguen la estela de Felipe González y de Rodriguez Ybarra, que presumían de sus artes piscícolas aunque el primero ocultaba celosamente que algún “tirito” si pegaba también por Quintos de Mora. ¿Pero como es que nadie se lleva las manos a la cabeza e incluso se alardea del delito?.

Pues porque pescar está todavia, que todo lo andará el talibanismo ecologico y el animalismo disneyano, muy bien visto, es hasta ecologista, mientras que la caza esta demonizada. Aunque insisto en no desviar el disparo: lo de Bermejo no ha sido por cazar sino por la reunión furtiva con Garzón y cazar , además, de furtivo y sin licencia.

Pero a lo que vamos. O sea, que sacudirle un tiro a un jabalí es un crimen, pero clavar a un pez con un anzuelo de acero de la boca, extenuarlo al pobre bicho, sacarlo de su elemento y dejarlo asfixiarse lentamente (los buenos pescadores les dan muerte rápidamente con un golpe) tiene bula de la ñoñeria políticamente correcta. Más cruel parece incluso que la bala.

Lubinas, besugos, barbos, truchas, sardinas, arenques, sargos, salmones, merluzas, salmonetes y todo un sin fin de congéneres de mares y rios no estarían en absoluto de acuerdo. ¿poque aquí no se elevan las compungidas voces que acusan de matar por diversión, de depredar por placer?. ¿Por qué hemos de colegir que una perdiz tiene mas “derechos animales” que un pulpo o un conejo o una liebre que un langostino o una nécora, que también son criaturas “inocentes”, esto de inocentes hay que recalcarlo mucho, hijos todos de la madre Naturaleza?. Que a los crustáceos y mariscos varios, además o se los comen ¡vivos!, lo más natural desde luego y como de manera habitual pasa en la ,bucólicamente y mentirosamente idealizada, madre Naturaleza . Eso o después de sacarte del agua fresquita te hierven.

Un crimen . Ya lo decía el otro día cuando confesé que había matado al abuelo de Bambi. Pues que el bonachón de Caamaño –eso dicen y esa pinta tiene así a primera vista el hombre- confiese que es un genocida de besugos.

N o señor. No hay justicia, señor nuevo ministro. Se lo digo porque usted señalaba que no cazaba poniendo cara de bueno. Y no. Usted pesca . Y aquí hay que tratar a todos los depredadores por el mismo rasero. Lo demás es trampa. Que por muy mema que sea, que lo es, no deja de ser trampa.

Nota y compromiso: pasadas las elecciones y analizadas las consecuencias prometo que abriremos un debate sobre otro aspecto que se une al señor Caamaño: sus relaciones con la masoneria. En concreto con la Gran Logia de españa. Don Jeronimo Saavedra ha hecho pública esa condición. En mi época de reportero en Tiempo hice algunos extensos y muy notorios entonces reportajes sobre la Masonería, muy alejados de la visión franquista y de algunos historiadores de la cuerda. Muchos dirigentes socialistas, hasta que Felipe Gonzalez desplazó a la anterior cúpula, lo erán. Algunos sigue habiendo pero tambien en muchos otros partidos, sobre todo catalanes. Hablaremos pues de masoneria, de su imagen en España tan alejada, por ejemplo, de la que tienen en Inglaterra donde ello constituye motivo de orgullo. Igualmente sucede en muchos paises Iberoamericanos y en Estados Unidos muchos de cuyos presidentes históricos lo fueron. En suma, que abrieremos un debate sobre la masoneria. Creo que promete. Pero por ahora vamos a estar ocupados unos días con el inevitable Garzon y con las urnas.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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