La pobre Eulàlia Lluch, aparte de víctima del terrorismo y socialista, tiene un conocimiento de la historia del siglo XX propia de un analfabeto.
Eulàlia Lluch es una de las hijas de Ernest Lluch, asesinado por ETA en 2000 y del que Gemma Nierga dijo la gran estupidez de que habría dialogado hasta con su asesino (en realidad, el pobre desdichado corrió y se escondió para salvar su vida, como se contó en la prensa). Ha estado siempre a favor de la negociación con los etarras. Bueno, es su opción. Como la de creerse el comunicado de ETA. Lo que ya no es tan agradable es que ella y su hermana Rosa digan a otras víctimas que se callen o que están manipuladas o que deben ser generosas. (Cuando los progres dan lecciones de moralina producen náuseas o carcajadas.)
En una entrevista en Público, Eulàlia Lluch da muestra de una ignorancia que en alguien 25 años más joven atribuiríamos a la LOGSE.
P: Siempre ha habido gente en contra del diálogo.
R: Si no lo acabamos hablando, ¿cómo vamos a acabarlo? ¿Cómo acabó la Segunda Guerra Mundial? Sentados en una mesa. Los dos bandos. ¿Cómo acaban los conflictos bélicos? Hay que sentarse a hablar, ser pacientes, prudentes y generosos.
Pues la Segunda Guerra Mundial acabó con Adolf Hitler pegándose un tiro en su búnker de Berlín, Benito Mussolini colgado cabeza abajo y con dos bombas atómicas devastando Hiroshima y Nagasaki. Después, en Japón y Alemania hubo dos juicios a los dirigentes supervivientes.
Los alemanes y los japoneses sólo se sentaron en una mesa para firmar la rendición incondicional a los Aliados.
¡¡La hija de un catedrático de universidad!! ¿Es que no ha visto El hundimiento o Vencedores y vencidos? Quizás como no estaban doblada al catalán… Ya no le pido siquiera que lea un libro.
CODA: Como algunos foreros desbarran y me achacan que si critico a Eulàlia Lluch porque no es de mi cuerda, etcétera, dejo lo que dijo esta señora (a quien deseo sinceramente deseo paz y olvido) cuando el alto el fuego «definitivo» de 2006:
la situación política actual es buena para que no se frustre este intento de encontrar un camino para llegar a la paz. Ha de ser ahora o nunca. (…) Yo tengo fe y confío porque hay un Gobierno en España que es muy abierto a escuchar, como mínimo a escuchar. Luego, ya hablaremos, pero por lo menos escuchar para ver qué proponen y yo creo que tarde o temprano, espero que temprano, se tendrá que dialogar.