La Marea de Pérez Henares

A Rajoy no le sirve solo con salvar a España

El presidente del Gobierno se va de vacaciones este verano algo más tranquilo que los anteriores. Desde luego mejor que aquel primer año, el 2012, donde ni siquiera pudo irse porque el país andaba por la cuerda floja del rescate-embargo y la quiebra inminente..¿Recuerdan aquella prima de riesgo en los 640, el bono a interés de 7,5%, colgado de una rama en el precipicio y con un griterío continuo exigiendo que se pidiera la intervención?. Aquello fue hace dos años, cuando la caida no parecía tener fin y los profetas del apocalipsis nos vaticinaban cada mañana el fin de los tiempos.

Un poco más aliviado, pero poco, fue el 2013. El desplome se había casi detenido pero no se comenzaba de arrancar. El coche seguía gripado y aunque se afanaban en cambiar piezas y ya nos prestaban para gasolina, aquello como mucho “tosía” un poco. Para remate llego el terrible accidente de Santiago de Compostela que nubló el verano.

Este año hay sin duda mejorías, aunque los “brazos de madera” de la catástrofe y la antojera partidista seguirán negando la evidencia aferrados a que las cosas están “mal, muy mal y peor que se van a poner”. Pero desde luego no es así y las gentes empiezan a percibirlo. De la puñetera “prima” ya no se acuerda nadie y de sus intereses, por debajo del 2,5, menos. La economia comenzó a repuntar y el motor por fin dio señales de vida y comenzo a carburar. Al principio con lentitud pero luego cogiendo cada vez más velocidad. El crecimiento del PIB se acelera, el turismo bate record, al tirón exportador se une el interno y una mayor demanda fruto de una recuperación de confianza y de esperanzas. Y ya ha llegado al paro. Después de la magnífica EPA pasada el presidente sabe que el mes de julio ha seguido siendo positivo en el empleo y que ya puede decir que el número de parados en las listas del antiguo INEM es ya menor que cuando recogió el testigo de Zapatero y aún le queda un año largo para mejorarlas. Esa es sin duda la idea fuerza y en lo que tanto el Gobierno como el PP pondrán y ponen todo el énfasis. Han salvado a España de la quiebra, la han librado del rescate y nuestra economia está de nuevo en marcha y a velocidad creciente en creación de riqueza y de empleo.

Eso no puede negarse. Con todos los peros que se quiera es obvio y constatable. Como también lo es que la lidia que está dando al órdago separatista catalán, sin andar a voces ni a la tremenda como le exigen los de arreglarlo en dos “patás” pero si manteniendo una indudable firmeza en los fondos no está siendo la peor de las fórmulas y en el otro lado se percibe cada vez más que su juego hace aguas ante la lye, la constitución, Europa, la economia y el sentido común. Una cierta sensación de un cierto embridamiento de los caballos desbocado después de la forzada confesión de Pujol se ha producido es la sensación con la que amanece agosto, aunque nadie duda de que el oleaje se encrespará en septiembre. En resumen, que don Mariano puede irse a relajarse un poco a su Galicia natal que es donde le gusta ir al hombre, previsible tambíen en esto.

Pero mejor será que sea consciente, si no lo es ya, que eso ya no le vale. Que antes pudiera parecer que si pero que ahora, eso, ya no es suficiente. Que sepa el presidente, que sepa el gobierno y que sepa el PP que eso ya no es garantia de que las gentes vuelvan a confiar en ellos. No vale con haber salvado a la Nación del desplome. La ciudadanía les exige, y con razón y sentido, otra cuestión esencial.
Rajoy ha de tener presente que existe una nueva exigencia de las gentes. Es la necesaria regeneración, la demostración de que se está en batalla y no en ocultación de la corrupción, que se está dispuesto a liderar sin pararse en que son de los mios o de los otros la limpieza a fondo de los establos de la política. Eso es hoy tan imprescindible como era de perentoria necesidad aquellas dramáticas medidas que debieron tomarse en el año 2012 para evitar la hecatombe. No vale con sellar las fosas sépticas. Que ademas han explotado todas. Hay que baldearlas, desinfectarlas y no dejar rastro de porquería. Por muy doloroso que sea y por muchos que susurren que el mal olor se pasa. Y uno en esto no tiene muy claro que Mariano Rajoy tenga la energia y la voluntad precisa para llevar a cabo ese verdadero trabajo de Hercules que es limpiar esos establos de Augias donde se lleva tantos lustros acumulando la mierda.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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