Los partidos buscan cerebros en caladeros ajenos a la política profesional a los que ofrecer un cartel electoral
Este domingo 12 abril 2015 Santos Juliá titula Del desprecio al experimento su Cuarta Página en El País.
Y es que definitivamente ni los políticos ni la política gozan de buen predicamento, no solo en España ni por razones coyunturales.
Añade:
Buena parte en el origen y esmerado cultivo del desprecio hacia el y lo político corresponde a la nueva especie de sujetos con vocación pública que en las primeras décadas de Estado liberal se llamaron escritores públicos y luego, cuando la masa mostró por vez primera su feo rostro en la calle, se identificaron como intelectuales.
Y concluye:
Parecía que el asentamiento de la democracia durante la segunda mitad del siglo XX como único horizonte de la política hubiera puesto fin a esta relación algo esquizofrénica entre intelectuales y políticos.