«La inteligencia militar es una contradicción en sus términos» Esta frase es de Groucho Marx. Si cambiamos la palabra militar por la palabra política, la frase se adaptaría más a los tiempos actuales donde la política – desgraciadamente – lo ha impregnado todo, yo creo que hasta el amor.
La frase quedaría así: «La inteligencia política es una contradicción en sus términos»
Una vez leí que la cantidad de inteligencia del universo, al igual que la cantidad de energía, es siempre la misma. La inteligencia no se transforma como la energía, podríamos decir, según esto, que el que es tonto a los quince años, lo es a los setenta.
Si esto fuera así los seres humanos de ahora seríamos menos inteligentes que nuestros ancestros, pues la inteligencia a repartir es la misma, pero el número de hombres y mujeres ha aumentado casi exponencialmente, por lo que cada uno recibimos menos cantidad de inteligencia. No hablemos de aquellos que, en esos segundos antes de nacer y a la hora del reparto de los cerebros, no se presentaron.
Lo cierto es que, si comparamos cualquier hombre del Renacimiento con uno actual, el del Renacimiento nos da vuelta y media en inteligencia, sabiduría y creatividad. Puede que esto de que la cantidad de inteligencia sea siempre la misma, sea verdad. Todo esto es aplicable a todos los hombres y mujeres de nuestros días y, por supuesto, a los políticos. Me pregunto yo. ¿Son inteligentes nuestros políticos? ¿acudieron al reparto de cerebros? ¿qué cantidad de la inteligencia recibieron? Veamos.
El término inteligencia proviene del latín intelligentia que a su vez se deriva de inteligere que es una palabra compuesta por dos términos: intus (entre) y legere (escoger).
Por lo tanto, etimológicamente el concepto de inteligencia hace referencia a saber escoger. El inteligente es aquel que, ante varias alternativas para la solución de un problema, elige la mejor. ¿Eligen nuestros políticos la mejor opción para la solución de los problemas? Desde mi punto de vista no. No solo no la eligen es que, además, crean problemas donde no los hay. Para mí nuestros políticos son astutos, pero no inteligentes. La RAE define así al astuto:» Agudo, hábil para engañar o para lograr artificiosamente cualquier fin». Como podrán comprobar la diferencia entre inteligente y astuto es clara y nítida.
Otra diferencia existe entre un astuto y un inteligente: el astuto consigue sus propósitos perjudicando a los demás – que es lo que hacen nuestros políticos -; el inteligente busca lo mejor para él al tiempo que busca lo mejor para los demás; aplicándose la frase de Platón: «Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro». Yo creo que nuestros políticos carecen de inteligencia, mucho más de inteligencia aplicada al bien general. Nuestros políticos basan todo en su astucia, no van de inteligentes, van de listillos y luego les pasa lo que les pasa porque la falsedad y la mentira tiene en común con la mierda que ésta siempre sale a la superficie. Esto no sería grave si esa mierda que sube solo manchara a ellos, lo malo es que la mierda que generan nos mancha a todos. España tiene un problema porque sus políticos no buscan el bien general ya que carecen de la inteligencia necesaria para ello, y entonces usan de la astucia buscando con ella obtener cualquier fin sin importarles ni España ni los españoles. Lo estamos viendo y viviendo desde el 20D.
«Y Dios dijo a Salomón: Por cuanto esto estaba en tu corazón, y no has pedido riquezas, ni bienes, ni gloria, ni la vida de los que te odian, ni aún has pedido larga vida, sino que has pedido para ti sabiduría y conocimiento para gobernar a mi pueblo sobre el cual te he hecho rey, sabiduría y conocimiento te han sido concedidos» Crónicas 1:11 y 1:12
¿Qué piden nuestros políticos antes de llegar al poder y después cuando lo han alcanzado? Nada parecido a lo que pidió Salomón