La Marea de Pérez Henares

Días de héroes y de títeres

España se ha emocionado ante el sacrificio de un joven héroe, Ignacio Echeverría, a este sí le cuadra la tantas veces y tan futilmente manoseada palabra, que dio su vida en Londres defendiendo a una mujer contra tres terroristas asesinos, y ante una familia que ha dado una lección de entereza y dignidad tras el añadido calvario de una burocracia cruel e inhumana. Sus hermanos, Ana y Enrique, con todo el dolor contenido, agradeciendo a los amigos de la victima y al Gobierno de España, “nuestro país”, por haber estado inequívocamente a su lado, expresando su amor y orgullo por su hermano muerto, han quedado grabadas en los corazones y en la retina de la gentes.

Desde el dolor compartido, aunque el suyo y el de sus padres sea incomparable, hay que decir que los españoles nos sentimos también muy profundamante orgullosos de Ignacio y de todos ellos. Y que sí, que es verdad que aquí, en nuestra patria, hemos aprendido al menos algo y es el poner por delante a las víctimas que también son las familias y, aunque no fue siempre así, y darles el trato y la consideración que merecen por encima de cualquier inaudito protocolo. La oleada de afecto y el cariño no pueden devolver la vida tan perversamente arrebatada pero si en algo pueden reconfortar a quienes antes que nadie han sufrido esa pérdida, que esta sea inmensa, como lo ha sido su coraje.

Días, pues, de homenaje a un héroe. Pero por seguir en nuestro marmotesco devenir político también del títere que no cesa y que solo preludia el siguiente esperpento. El jueves tuvimos primera sesión y ensayo en Madrid de la representación general programada para el próximo día 13, y martes, en el Congreso de los Diputados. Cristina Cifuentes fue la primera protagonista de la picota montada de Podemos como prólogo a la pira que se pretende preparar contra el Presidente del Gobierno. Moción de censura le llaman pero en realidad un nuevo spot publicitario, que ya de tan repetido, lo que descubre es que la mercancía que se pretende vender está cada vez más averiada.

La supuesta candidata podemita a la presidencia madrileña, de la que me cuesta recordar el nombre, no era más que la telonera de Pablo Iglesias, presente y protagonista, junto a la plana mayor morada, tanto en la platea del teatro en que convirtieron la Asamblea madrileña, como en todos los platos mediáticos, objetivo esencial de la charada, para cuando el macho alfa salga a la tribuna del Parlamento. Lo que allá va a decir ya lo sabemos y nos lo repetirán una y un millón de veces. Todo es podredumbre y catástrofe menos ellos y su Mesias. Su problema creciente es que aún teniendo constancia del olor a podrido, aunque no sea todo ciénaga ni todos los que ellos condenan corruptos, si algo también se huele la mayoría, cada vez más creciente, de la ciudadanía española es que si hay riesgo verdadero de catástrofe son precisamente ellos y que es allí donde no tardarían ni un tuit, su medida favorita, en llevarnos.

La moción contra Cifuentes, tras el Auto de Fe, más propio del Santo Oficio y de la Edad Media, al que la sometieron el otro día, donde tuvieron cómplices oportunistas, estaba de antemano fracasada. Pero el resultado ha sido aún peor que el aritmético. Por muchas alfombras de teles amigas que les pongan del primer envite han salido magullados. Y hay que ver como se quejan en el momento que les dan algo de su propia medicina. Quienes lo mas suave que dicen de sus rivales políticos es “ladrones, indignos, mafiosos, saqueadores, extrema derecha y criminales”, así de corrido y abarcando a ocho millones de votantes para empezar la cosa, se ponen a dar alaridos y a gimotear como plañideras en cuanto se les menta una beca, un Venezuela o no pagar la seguridad social de un asistente. Ellos, es otra de su características definitorias, son de púlpito, monólogo y palangana. En cuanto un periodista hace honor a su profesión, pregunta y repregunta ante el consabido mitin que nunca es respuesta, se descomponen, exigen un respeto al que nadie les ha faltado y se ponen como basiliscos azuzando a sus orcos en red para que linchen al autor de tamaño desacato.
Será mejor que empiecen a tener cuidado. Uno detecta que la bula y el compadreo, aunque tenga aún multitud de complacientes voceros y sigan dominando el Agitprop, están en retroceso y que sus títeres ya solo divierten y convencen a los abducidos e incluso algunos de estos se están quitando. Podemos corre el riesgo, ya sufrieron el jueves en Madrid una seria cornada, con estas “Pantomimas de Censura” de acabar por ser ellos quienes la sufran, de ser ellos los verdaderamente censurados.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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