Reconforta en medio de este piélago en el que las tertulias televisivas están transformando el periodismo de opinión, topar de vez en cuando con alguien como Antonio Burgos, que este 20 de noviembre de 2019 lo borda de nuevo en el diario ‘ABC’, a propósito de la sentencia de los EREs andaluces y el escapismo de Pedro Sánchez.
Burgos hace referencia al ‘cordón sanitario’ que intentó levantar el PSOE tras la sentencia:
«Son tan cucos, que se las han ingeniado para que pareciera que el partido al que pertenecían los condenados por prevaricación y malversación en los ERE eran de otro partido distinto al que se ha sacado Sánchez de la manga».
«Sánchez se las ha ingeniado con todo su aparato de poder para hacernos creer que lo de Griñán y Chaves, Guerrero y compañeros de mangoleta, condena y futura trena eran de un partido distinto».
«La sentencia nos ha hecho volver a confiar en la independencia de la Justicia y en la separación de poderes, pero indigna que tanto Sánchez como dirigentes de otros partidos hayan reaccionado lanzando mensajes destinados a dar la impresión de que Griñán y Chaves son de otro partido».
«No debe olvidarse que los tan repetidos presidentes de la Junta, los dos, Chaves y Griñán, fueron también presidentes del PSOE, del partido con el que Sánchez nos quiere hacer creer que no tiene nada que ver con los ERE, que esos fueron «cuatro golfos», incrementados luego por lo menos a 21″.
«Si Sánchez no estaba allí ni tiene nada que ver con el partido condenado por los ERE, Susana Díaz es que nunca sucedió a Chaves gracias al dedo de Griñán. Son falsos testimonios. Susana tampoco tiene nada que ver con esos años de cárcel y de inhabilitación a sus antiguos compañeros».
Una inhabilitación, por cierto, que le hace mucha gracia para casos como el del jubilado Chaves:
«¿De qué cargo publico lo van a inhabilitar? Como no sea de ir a juzgar al dominó al hogar del pensionista… Y eso que para escuchar la sentencia se puso el antiguo uniforme oficial de aquel PSOE de las mayorías absolutas; una chaqueta de pana, como la que usaban en aquellos entonces Guerra y González».
Concluye el veterano y brillante periodista:
«por menos, por muchísimo menos que esta vergüenza de hechos probados y condenados le hicieron una moción de censura y echaron a Rajoy. No hay color. Sí, bueno, sí hay color; azul o rojo. Y lo que esos dos colores traen: las dos varas de medir, en la superioridad moral que se otorga la izquierda».