Declina el Sol, su luz se desvanece
y todo está perdiendo su color.
Ante la oscuridad, todo es temor;
ya la Naturaleza se estremece
cada vez más, conforme se anochece
pues que busca su presa el cazador.
Pobres animalillos, su temblor,
según pasan las horas, más acrece.
De no ser totalmente irracionales,
pues sólo del instinto están dotados,
buscarían la causa de sus males,
o por qué hay cazadores y cazados
si todos por igual son animales.
¿Lucharían por no ser devorados?
Ellos, no sé. Nosotros, los humanos,
cada vez somos menos ciudadanos.
