POLÉMICA EN LA CÁMARA BAJA POR LA REVOCACIÓN DE UN PERMISO A VOX

Marcos de Quinto estalla ante el veto de Francina Armengol al documental sobre la historia corrupta y criminal del PSOE

La Mesa del Congreso impide la proyección de "Lo que nos ocultaron", un filme que vincula al partido socialista con casos de corrupción

Censura y y descarada.

Y también bastante miedo a la verdad histórica, a la memoria.

La tarde del lunes 19 de mayo se vivió un episodio de alta tensión política en el Congreso de los Diputados.

A escasas horas de su proyección programada, la Mesa de la Cámara -controlada por PSOE y Sumar– decidió revocar la autorización previamente concedida para exhibir el documental «Lo que nos ocultaron», una cinta que recrea lo que denominan la «historia criminal» del PSOE.

La decisión, impulsada por Sánchez desde La Moncloa y ejecutada por la socialista Armengol desde la Cámara baja,  ha desatado un agrio enfrentamiento entre los grupos parlamentarios y ha reabierto el debate sobre el sistemático ataque a la libertad de expresión en España.

El documental, dirigido por Carlos Saura Medrano con guion de Marcos de Quinto, Juan Carlos Girauta y Javier García Isac, había sido solicitado por el grupo parlamentario de VOX para su proyección en una de las salas del Congreso. Sin embargo, la mayoría progresista de la Mesa, controlada por PSOE y Sumar, decidió cancelar el acto argumentando que su contenido «imputa actividades delictivas a otro grupo parlamentario».

Los protagonistas de la polémica

El filme cuenta con un equipo de guionistas de marcado perfil conservador. Juan Carlos Girauta, exeurodiputado de Ciudadanos y actual miembro del Parlamento Europeo en las listas de VOX, junto a Marcos de Quinto, también exeurodiputado de la formación naranja, son dos de los artífices del proyecto. A ellos se suma Javier García Isac, vinculado históricamente a grupos ultraconservadores desde la Transición y autor de un libro titulado precisamente «Historia criminal del PSOE».

La plataforma «Pie en Pared», impulsada por De Quinto y Girauta, junto a otras figuras como la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre o Alfredo Timermans, exsecretario de Estado de Comunicación durante los gobiernos de José María Aznar, respalda esta producción audiovisual que ya fue presentada el pasado 8 de mayo en el colegio mayor CEU San Pablo de Madrid.

La controversia en las redes sociales

Fueron precisamente las declaraciones de Marcos de Quinto en redes sociales las que encendieron todas las alarmas en la Mesa del Congreso. El exvicepresidente de Coca Cola publicó un mensaje en X (antes Twitter) que anunciaba la presentación en términos provocadores: «A los diputados socialistas les vamos a reservar las primeras filas para que no se pierdan ni un detalle de su verdadera y criminal historia. Si es necesario, contrataremos psicólogos para que les atiendan a la salida. Somos muy conscientes de que un choque, así, de repente, con la VERDAD, puede resultar traumático con personalidades débiles y poco formadas».

Este tono desafiante alertó a los miembros de la Mesa sobre el verdadero contenido del documental, que hasta ese momento desconocían cuando habían autorizado su proyección para la tarde del lunes 19 de mayo.

El contenido polémico

«Lo que nos ocultaron» pretende mostrar los supuestos vínculos del socialismo español con «hechos violentos y crímenes políticos silenciados», según sus promotores. El documental hace un recorrido por distintos episodios históricos y casos de corrupción que han salpicado al PSOE a lo largo de su historia, como el caso Filesa, relacionado con la financiación ilegal del partido a través de empresas tapadera que entre 1988 y 1990 cobraron importantes cantidades por estudios de asesoramiento que nunca llegaron a realizarse.

También se mencionan otros escándalos como el caso AVE, relacionado con supuestas comisiones ilegales obtenidas por la adjudicación del proyecto del tren de alta velocidad Madrid-Sevilla, o el caso SEAT, sobre el presunto pago de 175 millones de pesetas por parte de la compañía automovilística al PSOE para la recalificación irregular de terrenos.

Las reacciones políticas

La prohibición de la proyección ha generado una airada respuesta por parte de Vox, que ha calificado la decisión como «censura pura y dura» y «una vulneración de la libertad de expresión y del ejercicio de la función parlamentaria». Santiago Abascal, líder de la formación, ha denunciado la «completa deriva antidemocrática de este Gobierno y de las instituciones que, como el Congreso, han asaltado».

Por su parte, desde la Mesa del Congreso defienden que la decisión se ajusta a los criterios establecidos para autorizar actos extraparlamentarios, que excluyen aquellos que imputan delitos a grupos parlamentarios. Fuentes parlamentarias han señalado que la mayoría progresista optó por anular la convocatoria al considerar que vulneraba estos criterios.

El debate sobre la libertad de expresión

Este episodio ha reabierto el debate sobre los límites de la libertad de expresión en las instituciones democráticas. Mientras unos defienden que el Congreso no debe ser escenario para la difusión de contenidos que acusan de actividades delictivas a partidos políticos sin sentencias firmes, otros argumentan que la prohibición constituye un acto de censura incompatible con una democracia plena.

El caso recuerda a otros debates similares en democracias vecinas. En Brasil, por ejemplo, el magistrado Alexandre de Moraes sostuvo en un caso similar que «quien no quiera exponerse al ridículo, que se quede en su casa y que no sea candidato», subrayando que no existe «una norma constitucional que limite preventivamente el contenido de debate público».

El humor político como arma de crítica

La sátira y el humor político han sido históricamente herramientas fundamentales para la crítica del poder. Como señaló el magistrado brasileño Celso de Mello, «el humor como causa y la risa como consecuencia constituyen elementos de deconstrucción de un orden autoritario, impregnado de corrupción, cuya nocividad debe ser neutralizada por la práctica democrática y las expresiones populares».

Sin embargo, el caso del documental «Lo que nos ocultaron» plantea interrogantes sobre dónde situar la frontera entre la crítica legítima y la acusación sin pruebas, especialmente cuando se utilizan instalaciones públicas para su difusión.

Antecedentes de casos de corrupción

La corrupción política ha sido una constante en la historia reciente de España, afectando a diferentes partidos. En el caso del PSOE, escándalos como el caso Filesa marcaron la última etapa del gobierno de Felipe González. Más recientemente, el llamado «caso Koldo» ha salpicado al actual gobierno de Pedro Sánchez, involucrando a Koldo García, exasesor del exministro José Luis Ábalos, por el supuesto cobro de sobornos relacionados con la compra de mascarillas durante la pandemia.

Según las investigaciones, Koldo habría facilitado contratos públicos al empresario Víctor de Aldama para la adquisición de material sanitario, beneficiándose personalmente con unos 10.000 euros mensuales. Este caso ha llegado a salpicar al propio exministro Ábalos, de quien se han revelado mensajes de WhatsApp intercambiados con el presidente Sánchez.

Un episodio más en la polarización política

La prohibición del documental en el Congreso se enmarca en un contexto de creciente polarización política en España. La tensión entre los bloques ideológicos ha alcanzado cotas preocupantes, con acusaciones cruzadas de autoritarismo y falta de respeto a las instituciones.

El episodio de «Lo que nos ocultaron» refleja esta realidad, donde cada decisión es interpretada en clave partidista y utilizada como munición en la batalla política. Mientras unos ven censura, otros hablan de protección de la dignidad institucional. El debate sobre los límites de la libertad de expresión en las instituciones democráticas sigue abierto.

Como dato curioso, el documental «Lo que nos ocultaron» no es el primer intento de utilizar el formato audiovisual para denunciar supuestos casos de corrupción política. En 2014, el programa «Salvados» de Jordi Évole ya emitió un especial titulado «Ciudadano Klemperer» que abordaba diversos casos de corrupción política en España. La diferencia es que aquel trabajo periodístico analizaba casos de corrupción de diversos partidos, mientras que «Lo que nos ocultaron» se centra exclusivamente en el PSOE, lo que ha aumentado la controversia sobre su proyección en una institución como el Congreso de los Diputados.

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