Pablo Iglesias se pone en plan verdulera podemita ante el popular Rafa Hernando

Rafa Hernando y Pablo Iglesias
Rafa Hernando y Pablo Iglesias

La Legislatura termina con un Pablo Iglesias convertido en todo un verdulero. Al podemita, que por mucho que ahora se ponga purista con los hechos que le vinculan de alguna manera u otra a la invitación del terrorista Arnaldo Otegi al Parlamento Europeo, le adorna una trayectoria de colegueo y buenrollismo con el entorno abertzale, se ha puesto hecho un basilisco con Rafael Hernando —Así quiere parar los pies el chuleta Espinar a sus oponentes: «¡Estás hablando con un portavoz en el Senado! ¡No se puede hablar así a un político!»–.

Y claro, aunque la hemeroteca está ahí y no pasa nada por consultarla de vez en cuando, Iglesias sabe que resta votos que personajes como Otegi aparezcan por el Parlamento Europeo y procura desmarcarse de esa invitación asegurando que quien le invita es el propio grupo Bildu. Lo que no se explica entonces es que si tuviera la conciencia tan tranquila por qué se pone así.

Tenía lugar el último pleno de la presente Legislatura y el del PP ha aprovechado la comisión de investigación sobre el accidente de Angrois para recordarle a Iglesias sus compadreos con los terroristas:

Ustedes no nos van a dar lecciones sobre temas de las víctimas, ni de accidentes, ni de los terroristas con los que ustedes hoy se codean en muchas ocasiones y se llevan al parlamento europeo

Iglesias, el mismo que desde esa posición dijo lo de la cal viva, y que en ese momento no tenía micrófono ni turno se ha puesto hecho una furia: «Eso es vergonzoso».

«Señor Iglesias no tiene la palabra porque no ha intervenido en el turno, espere un momento», le remató el presidente de la Cámara, Patxi López.

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