¿Qué ha cambiado para que ese pacto imprescindible para el futuro del país ya no tenga vigencia para ninguno de los dos partidos?
El PP se prepara para una campaña a cara de perro. Las encuestas internas que manejan en Génova hablan de ascenso; las más optimistas les sitúan en el entorno de los 130 escaños, siete más que los que obtuvieron el 20-D: un resultado así habría posibilidades de desbloquear la situación.
«Sólo con que Ciudadanos mantuviera los 40 escaños que obtuvo en diciembre, el PP podría tenderles la mano para intentar formar una mayoría buscando el puñado de votos restantes entre las fuerzas minoritarias», apunta Marisa Cruz en El Mundo.
Y es que no es lo mismo un PP con más de 130 escaños que un PP en el entorno de los 120 escaños. «Como tampoco es lo mismo un Podemos con 70 escaños que con 80 escaños. No digamos lo duro que será el día después para Sánchez si el PSOE pierde el listón de los 90 escaños o para Rivera si baja de 40 diputados», afirma Casimiro García Abadillo.
En La Razón agitan las desconcertadas aguas electorales socialistas con un sondeo que indica que el PSOE es la fuerza sobre la que recae la mayor parte de la responsabilidad del fracaso de repetir elecciones.
Y culpa al papel de Ciudadanos por haber sido determinante a la hora de no haber conseguido la alianza entre populares, socialistas y el partido de Albert Rivera, de manera que los encuestados consideran que este último se equivocó al centrarse en pactar con el PSOE.
El primer tracking electoral lo lleva La Razón y apunta a un importante castigo en intención de voto para los suscriptores del único pacto de gobierno en firme de la pasada legislatura, PSOE y Ciudadanos. Ambos partidos acentúan una tendencia a la baja que venía observándose durante las últimas semanas y pierden una décima los socialistas y dos los de Rivera para situarse, resectivamente, en un 20,7% y un 15,3% en intención de voto, siempre teniendo en cuenta la coalición entre Podemos e IU.
En El Mundo se hacen una pregunta inquietante a partir de una entrevista a Pedro Sánchez donde manifestaba su sorpresa porque «con un partido como Ciudadanos, con el que discrepamos profundamente en lo ideológico, hayamos sido capaces de llegar a un acuerdo y con una fuerza política más próxima como Podemos haya sido imposible».
Que Sánchez considere que las propuestas de Gobierno socialistas están más cerca de las de Pablo Iglesias que de las de Albert Rivera es un punto de partida a considerar en la larga campaña electoral que se avecina. ¿Para el PSOE ha sido sólo un mal menor el acuerdo con Ciudadanos o, como se vendió, el mejor intento para garantizar la gobernabilidad del país? ¿Qué ha cambiado para que ese pacto imprescindible para el futuro del país ya no tenga vigencia para ninguno de los dos partidos?
Mientras tanto, según el sondeo de GAD3 que publica ABC, el PSOE se estanca en la provincia de Madrid, y podría mantenerse como cuarta fuerza, con claras dificultades para obtener 7 escaños, lo que dejaría en el aire la elección de Eduado Madina, quien, según Sánchez, ya ha aceptado ser número siete.
Eduardo Madina ha sido la figura tras la que se han parapetado los críticos con el liderazgo de Pedro Sánchez. Y una de esas críticas ha sido la sultana andaluza Susana Díaz, que ahora parece que le cae bien el bilbaíno.
La mejor respuesta se la dio este 1 de mayo 2016 Juan Pablo Colmenarejo en ABC: «Que Susana Díaz apueste ahora por Eduardo Madina, a quien machacó apoyando a Sánchez en la elección del secretario general, no deja de ser un ejemplo más del nivel de la política en España, donde todo vale y da lo mismo».