Estaba cantado y da la impresión de que no se pararán ahí las cosas, porque lo de María Dolores de Cospedal, pillada por culpa de su enrredador marido en turbias conversaciones con el más significado representante de eso que ha dado en llamarse ‘cloacas policiales’, no hay quien lo defienda (Cospedal y su marido encargaron también al comisario Villarejo espiar al hermano de Rubalcaba ).
La exministra de Defensa y ex secretaria general del PP ha anunciado este lunes que renuncia a su puesto en el Comité Ejecutivo Nacional del partido después de que en los últimos días haya trascendido su vínculo hace años con el excomisario José Manuel Villarejo (Cospedal y su marido encargaron al comisario Villarejo espiar a Javier Arenas).
Cospedal, que ha anunciado su decisión en un comunicado, mantiene por el momento el acta de diputada en el Congreso (Cospedal encargó «trabajos» a Villarejo, que llegó a Génova en el coche de su marido).
En su escrito, defiende que deja la dirección del PP para «evitar» que los «ataques» recibidos «se hagan extensivos a la formación política […] y a su actual presidente».
«Yo no he mentido nunca acerca de mi acerca del conocimiento del excomisario Villarejo y de haber mantenido algunas reuniones con él. Siempre lo hice pensando y sigo pensando que era mi obligación como secretaria general para tener toda la información posible acerca de los hechos que pudieran perjudicar a mi formación y en ese sentido actué, porque mi lucha contra la corrupción que pudiera afectar a mi partido ha sido siempre una prioridad».
La dirigente del PP se encuentra en el foco desde que hace días el portal Moncloa.com empezara a difundir audios suyos con Villarejo, actualmente en prisión. Si esos audios demostraban al principio que el marido de Cospedal, Ignacio López del Hierro, pidió al excomisario información sobre las investigaciones judiciales sobre la corrupción en torno al PP, después revelaron que Cospedal también habló con Villarejo, le convocó a su despacho en Génova y le hizo encargos como espiar al también dirigente del partido Javier Arenas o investigar al hermano del exministro y exlíder del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba (Raúl del Pozo avisa: «Las cintas de Villarejo están en manos de mercenarios que las ofrecen a los medios pidiendo un pastón»).
Pese a dimitir de la Ejecutiva tras el conocimiento de esas grabaciones, Cospedal manifiesta en su comunicado que «las manipulaciones que se están haciendo de las cintas publicadas tratan de ofrecer una imagen distorsionada de la realidad, son extractos editados que solo tratan de perjudicar y dañar» su imagen personal (El disparatado Borrell dice no saber quién es el excomisario Villarejo: ¡pregúntele a la ministra Delgado, que lo conoce bien!).
El escándalo ha llegado con la posición política de Cospedal ya muy mermada después del proceso de primarias vivido por el partido en julio para elegir al sucesor de Mariano Rajoy.
Tras quedar eliminada en la primera vuelta por detrás de Pablo Casado y Soraya Saénz de Santamaría, Cospedal cedió todos sus apoyos a Casado y optó por un perfil bajo con un puesto en la Ejecutiva y el acta de diputada (preside la Comisión de Exteriores de la Cámara y es vocal de la Diputación Permanente). Meses después, Cospedal renunciaba también al liderazgo del partido en Castilla-La Mancha.
Durante la última semana, varios sectores del PP hicieron presión a Casado para que dejara caer a Cospedal y no se enturbiase así la imagen de renovación del partido. Casado se limitó a restar importancia a las revelaciones y a esperar.
En la reunión de la dirección este lunes ha sido cuando Cospedal le ha trasladado su decisión.
En el aire queda una posible renuncia al acta de diputada, lo que supondría, de facto, su marcha de la primera línea política.
En este sentido, serán claves las nuevas revelaciones y los restantes audios por publicar de Cospedal y el excomisario.
Las reacciones a esta marcha no se han hecho esperar en el ruedo política. PSOE y Podemos han redoblado su exigencia hecha ya la semana pasada de que Cospedal deje su escaño, mientras que el PP, por voz de su secretario general, Teodoro García Egea, en rueda de prensa, ha remarcado que el renunciar al acta es «una cuestión personal» (La ministra Delgado, que llamó ‘maricón’ a Marlaska, ve ‘machista’ que la llamen ‘marioneta’ de Garzón).
Además, García Egea ha aprovechado la coyuntura para pedir la dimisión de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, por sus conversaciones también con Villarejo:
«Con la misma rapidez con la que Cospedal ha hecho esta renuncia, que Delgado se vaya del Consejo de Ministros».