Concepto
Nuestro primer local nació como churrería-cafetín y lo fundó en 1913 el bisabuelo de Julio Quiroga en el Puente de Ventas. Entonces, las churrerías en Madrid eran locales pequeños de azulejos blancos y olor a aceite. Tiempos en los que los vecinos o trabajadores de la zona se reunían en los bares de barrio sentados o de pie, y disfrutaban de su oferta gastronómica tradicional.
En La Antigua Bar evolucionamos renovando lo tradicional. Del azulejo blanco a la madera. Del cafetín a un bar espacioso donde podrás disfrutar de una merienda como en el mejor de los restaurantes. Mezclando saber y experiencia, no sólo en desayunos y meriendas sino también en las comidas y cenas. Las recetas de siempre traídas a nuestro presente.
El sitio donde quedar con tus amigos para picar algo de verdad, que siente bien y sobre todo auténtico, tradicional y casero desde 1913.
Este julio, La Antigua de 1913 ha abierto su tercer local en Madrid en la Plaza de Quevedo nº4, para acercar a esta zona tan concurrida un lugar donde se crea un ambiente informal, se come bien y que es perfecto para compartir con amigos y familia. Sin duda, un concepto renovado de lo que conocemos como un bar de siempre, manteniendo su esencia y magia.
La Comida
La oferta gastronómica de la Antigua de 1913 va de sol a sol. Empezando con unos deliciosos churros y porras que el maestro churrero prepara al momento para acompañarlo del chocolate espeso, casero y bien caliente, receta secreta de la bisabuela Juana.
Y el resto del día, esa comida clásica, tradicional, de toda la vida, hecha al momento con recuerdos de ayer y algunos sabores de hoy. Bocata de calamares, bravas tradicionales, patatas fritas al momento, ensaladilla rusa, pepito de ternera, tortilla de patata en su punto exacto, la coca…
Además de algún sello especial de la marca como el segundejo o la alpargata
¡Irresistibles!