Sesión Golfa

Juan Carrasco de las Heras

Una última vez

Ha sido un tema recurrente en esta sección el de acordarse del gran Kirk Douglas en la cercana fecha de su cumpleaños con la admiración del que hasta hace bien poco era el actor más longevo. Hace poco le felicitábamos por su 103 cumpleaños sin imaginar que tan poco después íbamos a tener que lamentar su fallecimiento. Recordemos a este gigante de la Edad Dorada del cine una última vez a modo de merecidísimo homenaje a un actor de época y de salud envidiable.

El 5 de este mes de febrero en su domicilio de Beverly Hills (California) ha muerto.

Hace ya veinte años que la Academia concedió a Douglas el Oscar Honorífico a toda una carrera, viéndolo octogenario y nunca premiado, por si acaso, no vaya a ser que nos deje, pensarían, que en Hollywood cuidan a sus ídolos (aunque Alfred Hitchcock no habría estado de acuerdo), y ahí tuvo el citado premio hasta traspasar la cotizada barrera de los cien años.

Kirk Douglas, profesionalmente mucho más que un personaje, mucho más que su inmortal Espartaco. Douglas fue también el protagonista de Veinte mil leguas de viaje submarino, El ídolo de barro, Cautivos del mal, El loco del pelo rojo (estos tres últimos papeles, sus tres nominaciones al Oscar), Duelo de titanes, Senderos de gloria, entre otros muchísimos inolvidables trabajos de su, evidentemente, dilatada carrera.

La luctuosa noticia fue dada por su archifamoso hijo Michael: “Para el mundo es una leyenda, un actor de la época dorada del cine, un filántropo comprometido con la justicia y con las causas en las que creía, pero para mí, para Joel y para Peter era sencillamente papá”.

De toda la historia, el intérprete más longevo junto a Olivia de Havilland (también 103 años) fue nominado tres veces al Oscar sin llegar a llevárselo a casa. Kirk Douglas escribió no sólo bastantes páginas de la gran enciclopedia de Hollywood, sino que también en la vida real redactó una decena de libros. El más famoso fue su primer volumen de memorias, El hijo del trapero. En el último, Yo soy Espartaco, se atrevía a entrar en detalles de la famosa caza de brujas a la que se sometió Hollyood.

En 1996, sufrió una embolia que le afectó seriamente al habla. Y en 2009, con 92 años, se subió a los escenarios con Before I Forget (“Antes de que olvide”), un monólogo de 90 minutos que él mismo había escrito sobre sí mismo. Todo un ejemplo de lo que fue su andadura vital. Invirtió buena parte de su fortuna en obras de caridad, principalmente en la lucha contra el alzhéimer.

Estuvo casado durante 65 años con su esposa, la centenaria Anne Buydens, la longevidad por bandera.

Finalmente Issur Danielovitch Demsky, ese era el nombre real que le otorgaron sus familiares de origen ruso judío, ha dejado de ser este año un clásico tema de conversación cuando cumple años y nos ha dejado de sobresaltar por su avanzadísima edad cada vez que sale por televisión con algún motivo. Descanse en paz, señor Espartaco…

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Juan Carrasco

Éste homínido ceutí es crítico de cine desde hace años en el diario El Faro de Ceuta, así como responsable del espacio cinematográfico y de opinión "Fila 7" en la web www.ceuta.com y colaborador en la emisora de radio Onda 0 con su sección semanal "El Cine en la Onda".

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