Babylon: evolución
Digamos que Érase una vez en Hollywood, durante una Noche americana, comenzó este Crepúsculo de los dioses, en mitad de una bacanal de excesos de esos que le atribuyen a las estrellas de cine desde tiempo inmemorial, centrando la acción de comienzo de la película en un fiestón memorable que dura en metraje casi media hora. Porque, hablando