Pintan bastos en el periodismo canario, pero especialmente en Tenerife donde una de las cabeceras históricas se está viendo en serios problemas. Diario de Avisos, con un equipo directivo en la redacción recientemente remodelado, pretende que se le apruebe un Expediente de Regulación de Empleo que afectaría a 39 empleados. Y los que se queden, tampoco lo van a pasar mejor, ya que se va a proceder a una rebaja sustancial de los sueldos y a que las tareas que eran misión de tres o cuatro trabajadores sean realizadas por uno sólo.
Los compañeros de esta centenaria cabecera (120 años la contemplan) han creado un grupo en Facebook, No al ERE en Diario de Avisos, donde se denuncia «la política laboral de la empresa que está dejando languidecer lentamente como se desangra un cadáver. Todo gracias a la incompetente práctica de sus actuales dirigentes, que serán recordados como los gestores que cerraron este periódico».
Los periodistas, administrativos y personal de talleres resaltan que «esta empresa, Canavisa, ha presentado un ERE ante la autoridad laboral de Santa Cruz de Tenerife donde se despiden a 39 compañeros y se bosqueja un plan de ¿viabilidad? en el que se proponen entre otras cosas una rebaja de sueldos. Un plan totalmente incongruente con la realidad de este periódico, con máquinas y procesos de producción de hace 20 años y donde se pretende que el trabajo de tres personas lo realice una, a cambio de un sueldo aún más bajo que el actual, permanentemente congelado salvo el ridículo aumento del IPC anual, y sin poder garantizar las días de descanso semanales».
¿CRISIS?
Afirman los empleados del Diario de Avisos que «la empresa atribuye esta decisión a la crisis, pero ya desde hace varios años las pérdidas han sido continuas. El desvío de capital hacia otros proyectos paralelos interesados y el abandono de la inversión en el rotativo ha sido colaborador incansable en la mala situación, aparte de la política de enfrentamiento con las agencias de publicidad y demás medios, que ha restado credibilidad y fiabilidad del producto en el mercado. Increíblemente, a pesar de la situación, la empresa no ha modificado ni un ápice su política, como un avestruz que mete su cabeza bajo el ala, precipitando la situación actual».
Los trabajadores lamentan que «durante todos estos años hemos soportado múltiples afrentas, desde trabajar horas y horas por un sueldo mísero (hace unos años la paga ya era un 50% más baja que el resto de la prensa canaria), soportar a jefes sin preparación imbuidos de su cargo, (eso sí, obedeciendo a la voz de su amo), el desconocimiento de la gerencia y de la dirección de cómo se hace un periódico y cuánto personal es necesario para realizar un producto de calidad, la falta de disposición e ideas para renovar tanto la línea periodística como la propuesta publicitaria, y múltiples sucesos que han puesto a prueba la moral de cualquier compañero».
Los gestores, señalan, «han sido muy listos, llevando siempre a cabo tácticas de división del colectivo de trabajadores en la que todos hemos picado y colaborado sin querer, pero muy tontos a la vez, maltratando a los que le sacan el periódico día a día y propiciando la falta de interés y motivación de los mismos».