Opinión / Desde mi escaño

Derroche preelectoral

Derroche preelectoral
Carteles electorales del PP, PSOE y CC.

¿Cuánto cuesta la precampaña electoral que están desplegando los partidos políticos, todos sin excepción? Ya sé que el dinero que ahora están gastando en decorar las vallas de nuestras ciudades y nuestras carreteras se pagan de su bolsillo o, mejor dicho, de la propia formación, bien por donaciones ¿desinteresadas? o con las perras de los propios afiliados. El caso es que no sale nada barato, alrededor de los 1.000-1.500 euros el alquiler mensual de una valla y teniendo en cuenta lo que algunos candidatos están acaparando, la cuenta sale nutridita.

Precisamente, en una época de crisis como la que estamos viviendo y al socaire de las nuevas tecnologías, concretamente con la abundancia de las redes sociales, los partidos políticos deberían de haber hecho un ejercicio de reflexión sobre la austeridad. No es lógico que nos tengan las calles empantanadas de retratos electorales, algunos incluso donde hay que hacer un sobreesfuerzo para distinguir al candidato o, en este caso, candidata (porque hay que ver que estropicio le han hecho a la pobre de Cristina Tavío, que parece más cercana a un casting de la serie V que a una aspirante al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, además con la belleza natural que atesora y sin necesidad de photoshop).

Me cuentan, por ejemplo, que el book que se ha hecho el candidato del PSOE al Ayuntamiento de La Laguna, Gustavo Matos, ha salido por un pico. Posiblemente, salvo que la memoria me falle, fue el primero de los líderes políticos que arrancó con su precampaña y lo hizo copiando el estilo del popular Ángel Llanos, es decir una presencia masiva por todos los rincones de Aguere para darse a conocer ante el electorado.

Los eslóganes, que han ido cambiando a medida que se acerca la cita con las urnas, discutiendo su idoneidad o inconveniencia, no han dejado indiferentes a nadie. Pero, precisamente, el excesivo protagonismo puede llevar a pensar que son muchas las perras invertidas y aún queda la campaña oficial, donde los partidos se dejan siempre el todo por el todo.

Y en Coalición Canaria, por ejemplo, me ha sorprendido el trasvase de carteles entre candidatos, especialmente en el caso de José Manuel Bermúdez, al que lo podemos encontrar en distintos puntos de La Laguna. No pasa así con Fernando Clavijo, el aspirante y casi seguro alcalde (ahora sí elegido en las urnas), cuya presencia sí que se ha limitado a la Ciudad de los Adelantados, posiblemente también porque su nivel de conocimiento es lo suficientemente enorme como para tener que publicitarse en la capital insular. Eso sí, volviendo a Bermúdez, también ha sorprendido el hecho de que aparezca con dos rostros diferentes, es decir, más manteca…

En definitiva, esperemos que pase lo más rápido posible esta precampaña y su posterior campaña y, puestos a pedir, que no duren más allá del 23 de mayo los carteles electorales. Sé que es una utopía, como también esperar que los partidos hubiesen tenido una pizca de concienciación con la situación de estrechez económica de muchas familias y se hubiesen limitado a una precampaña más virtual. Pero no, aquí se ha gastado hasta la saciedad…y eso que aún nos quedan dos meses para ir a depositar el voto.

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