Su trato con los funcionarios y el resto de internos es educado y participa en las actividades programadas
Lleva casi un mes entre rejas por un delito de tráfico de influencias, y a Jaume Matas su ingreso en la prisión de Segovia no le ha acarreado ningún trauma psíquico.
Su relación con sus compañeros de celda, en el módulo de la enfermería donde ahora se encuentra recluido -a raíz de que necesita cuidados diarios por su reciente intervención de oído-, es excelente.
Según informa José María Olmo en ‘El Confidencial‘, se encuentra acompañado del exauditor de Gowex, José Antonio Díaz Villanueva, en prisión preventiva por la quiebra de esta compañía.
SONOTONE
Desde que ingresó en la prisión hace ahora casi un mes porta un sonotone que le permite relacionarse con los funcionarios y el resto de internos.
El dispositivo incorpora un micrófono que el exministro lleva colgado del cuello como si fuera un medallón y que garantiza que el sonido le llegue aún en mejores condiciones.
Todos los días antes de que se cierren las celdas, Matas pide a los responsables de la prisión el cargador del aparato, lo deja enchufado durante la noche y lo devuelve a la mañana siguiente.
En estos momentos, el exministro del Gobierno de José María Aznar comparte su celda en la enfermería con un preso sombra, otro interno de la cárcel seleccionado por la dirección de la cárcel para acompañar a Matas y facilitar su adaptación a la vida penitenciaria.
Además de orientarle en las labores cotidianas, la labor del preso sombra consiste sobre todo en garantizar su integridad personal.
‘Ping-pong’ y ajedrez
Matas ya ha asumido la rutina de la cárcel. Su trato con los funcionarios y el resto de internos es educado y participa en las actividades programadas por la dirección del centro.
Las celdas de la enfermería se abren en torno a las ocho de la mañana, como las del resto de módulos. Los reclusos acuden a desayunar y luego salen al patio o participan en actividades deportivas en la zona del gimnasio.
El expresidente autonómico ha aprovechado ese tramo del día para jugar al ping-pong con otros internos. Después, en torno a las 13.30 h, comienzan a servirse las comidas. A las 14.15 h los presos tienen que meterse de nuevo en las celdas para pasar el tiempo de la siesta, hasta las 16.15 h, aproximadamente.
Luego hay otro rato libre para actividades dentro de los módulos. Matas suele utilizar esa ocasión para disputar partidas de ajedrez. El tiempo de ocio concluye a las 20 horas con el inicio de la cena. Y a las 20.30 horas los presos vuelven a sus celdas. Sólo unos segundos después, los barrotes se cierran hasta el día siguiente.
Llamadas
Al igual que todos los presos, Matas puede realizar llamadas a cinco número de teléfono distintos que hayan sido autorizados previamente por la dirección del centro.
También dispone de una comunicación a la semana de 40 minutos de duración en la sala de locutorio, con mampara, y de dos comunicaciones vis a vis o íntimas al mes de entre una hora y media y tres horas. El pasado 31 de julio ya recibió la visita de su esposa, Maite Areal.