Cajón de Sastre

Rufino Soriano Tena

Hacia una EU (o UE que es lo mismo) invencible

Entre los cuatro comentarios -sólo cuatro, ¡qué vergüenza!- que ha recibido  mi señoría he elegido los dos que transcribiré, ad pedem literae, unas líneas después. Y los transcribo así, en su literalidad, para que vuesarcedes puedan opinar en vivo y en directo, sin arrimar el ascua a mi sardina. Mi señoría, en principio, se abstiene, firma la crónica y se apresta a cobrar lo que por ella le pagan que, aunque no es mucho, es de lo que vivo y por ahora no debo quejarme, ya que sinceramente hago frente a la inflación que, además, no es tan abrumadora como ocurría en julio, cuyo valor llegó a encaramarse en más de los dos dígitos, aunque ese más apenas fue de unas décimas. Por eso, porque la vida me sonríe y mi señoría, pese a que el gobierno socialcomunista que tenemos no le entusiasma demasiado, debido a leyes como la del sí es sí, la del no es no y la del tampoco es tampoco (que ésta no sé si ya se ha publicado o se irá a publicar en breve); puesto que el gobierno, como digo, no acaba de ilusionarme, sobre todo por su quehacer legislativo que, además, en concreto la ley del sí es sí, que en la prensa británica la llaman la del yes is yes (disculpen vuesarcedes el alarde lingüístico), pues esa, según la oposición, parece que está provocando su propio incumplimiento. Pero ya se sabe cómo es la oposición. Para ella, con tal de que exonerar al actual y no sabemos hasta cuándo Presidente del Gobierno, doctor don Pedro I, son capaces de cualquier cosa. Pero en fin, soslayemos la política de momento y vayamos al grano, por no decir al forúnculo, que siempre resulta más tosco.

Y bien, el primero de los lectores que atrevido se ha a comentar algo (¿qué?) acerca del desopilante post que, bajo el título “Ganar más costando menos” pergeñó   en su día mi ilustre señoría -¡qué tontería!- ha sido don J. A. G. que ha manifestado lo siguiente:

“Mi querido y respetado Herr Professor de alambicadas (alusión a su química trasnochada) y confusas expresiones, sarcásticas y agridulces, no carentes de cierto ingenio jocoso “del segno al fine”.

Orgulloso portador de múltiples dolencias: amnesia, síndrome de Diógenes, pérdida habitual de anotaciones y ´scribopatía´, palabra inventada que no hay diccionario que la reconozca.

Todo lo cual es perdonable frente a la maravillosa longevidad (que no vejez) que ostenta impunemente en sus ingeniosas cuchufletas.

Pues a pesar de los pesares, estoy de acuerdo en sus confusas opiniones y naturalmente en las detalladas matemáticas que no explican cómo un mileurista puede gastar más de dos mil €/mes y eso pagando el IVA y todo, aunque defraudando desesperadamente como buen español del sí es sí.

He dicho”. Y en efecto, dicho ha, pero, ¿qué ha dicho? Ah, qui sait!, que dirían en Paris (Francia).

De cualquier forma, mi señoría quiere aclararle a don J. que lamento el desconocimiento que él ha acerca del significado de la palabra ´scribopatía´. No obstante, sepa, caro lector, que un etimólogo cualquiera le aclararía, en menos que canta un gallo, que la palabra en cuestión proviene del lat.scribo y del griego pathos y que estos pathos no son “aves palmípedas acuáticas, con el pico aplanado y patas cortas, con dedos unidos entre sí por una membrana, etc. etc.” como reza la RAE. No. Esos serían patos, pero no pathos. ¿Lo colige, señor A.? Y estos pathos significan padecimientos. De ahí que mi señoría considere su ´scribopatía´ como una enfermedad. Está claro.

El otro interviniente es don F. J. S. que tampoco me autoriza a dar su nombre sino solo sus iniciales, cosa que yo respeto. Este mozo, que es de ciencias y escribe esto:

“El problema es lo que en teoría económica llamaríamos distorsión en la generación de precios (que eso es el salario, un precio, pero no de la sal, sino de la fuerza laboral). Una subvención genera ese efecto, que eventualmente puede verse compensada por el hecho de ayudar a un fin más importante. Pero el efecto previsible es una reducción de los salarios privados bajo la expectativa de que éstos sean completados por el gobierno de turno, provocando un incremento del gasto público y generando pingües beneficios para los avispados empresarios. En su lugar, me parece mejor atajo obligar a los perceptores de la prestación por desempleo a aceptar cualquier trabajo, por fútil que resulte. Por ejemplo, limpiando grafitis, que los detesto y mi barrio está lleno. Podría darse la paradoja de que a un grafitero se le pagase por borrar sus propios grafitis y gastase el dinero percibido en comprar espray para subsiguientes grafitis, lo cuál sería una deliciosa demostración de la paradoja keynesiana. U obligar a formarse en un sector con un nivel bajo de desempleo (se me ocurre sexador de pollos).

Todas estas ideas las soltamos gratis; ante todo, patriotismo. Un saludo”.

Bueno, este lector, como pueden constatar vuesarcedes es, yo creo, más científico. Profesionalmente me suena que debe ser Ingeniero Naval o algo así y parece ser un lector empedernido. Tanto que se atreve a utilizar la palabra “fútil”, cosa a la que pocos o ninguno de vuesarcedes se atrevería, entre otras razones porque no sabe qué significa, pero no se preocupen, ya que para carencias lingüísticas de esta índole aquí tienen vuesarcedes a mi señoría que también es lector empedernido y les informa de que ´fútil´ proviene del lat. futilis, y que quiere decir “de poco aprecio o importancia”.  Y fíjense cómo el propio don F. introduce en su comentario una aclaración cuando habla de salario y va y dice que eso, o sea, que el salario “es un precio, pero no de la sal”, cosa que tiene su salero. Y luego habla de subvención, de incremento del gasto público, de los pingües beneficios para los avispados empresarios, de la paradoja de un posible grafitero y del desempleo de un sexador de pollos. ¡Alto ahí! Mi señoría no sabe, si a la sazón, eso del sexo y derivados es correcto o desde que se creo el Ministerio de Igualdad en España se ha de hablar de género, y por tanto advierto que hemos de escudriñar la lengua, que por ella muere el pez y si el pez ha muerto se acabó el concierto. ¡De qué sirve que el ilustre lector o comentarista suelte ideas gratis y acabe presumiendo de patriota…! No, no estoy de acuerdo con estas ideas. Es verdad que la culpa puede ser de mi señoría por no haber expuesto la pretendida estrategia de este trabajo. Vamos a ver. Lo que se pretendía con mi crónica inicial era que los  comentaristas, en una primera fase, verificaran el estudio que había hecho un viejo como yo, que además lo había hecho grosso modo, es decir, a lo bestia y con errores porque uno ya no da más de sí. Y una vez corregido por vuesarcedes y ya todo legal se elevaría a más altos y severos organismos, es decir, a una escala europea. A la EU -o UE porque da lo mismo-. Bueno, ¿y qué? Pues simple y llanamente que a continuación elevaríamos al Consejo Europeo la idea, primero, de que si Europa quiere ser Unida, cosa imprescindible para no ser vencida, la nación española está dispuesta unirse más aun a la E, pero claro, para eso tienen que darnos pasta, porque aquí las estamos pasando canutas, por no decir putas que es más grosero. Así es que España está dispuesta a que las fortunas más elevadas del continente nos ayuden, enviándonos abundante pasta, más que nada para que, conocida la idea esa, tan repetida en todas partes, según la cual en estos casos el que da, o sea, el dante no, el Dante Alighieri es otra cosa recibe más de lo que ha dado, pues eso, que nos transfieran euros a casca porro, porque si ellos con lo que nos den van a disfrutar más que nosotros, como nosotros nos pensamos pegar grandes  juergas, ellos se las pegarán aun mayores.

Y así, queridos corresponsales y el resto de vuesarcedes, llegado ha mi señoría a su tope de hoy para decir tonterías. El próximo día seguiremos perfeccionando nuestro plan de recibir subvenciones europeas para que los dantes sientan mayor placer que nosotros, que seríamos los recipientes o tomantes. ¿O no?

 

2-12-2022.

 

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Autor

Rufino Soriano Tena

Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Granada y Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Comillas (ICADE) de Madrid

Rufino Soriano Tena

Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Granada y Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Comillas (ICADE) de Madrid

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