Cajón de Sastre

Rufino Soriano Tena

Mañana barullo de damas o tinglado femenino

Vamos a ver: mañana es el Día Internacional de la Mujer. Lo digo porque luego habrá gente que protestará, y es que creía que el miércoles de esta semana era como un miércoles cualquiera. Y resulta que no, que es un miércoles especial, en el cual salen a la calle casi todas las mujeres que hay en el mundo y organizan un tinglado… Con decirles a vuesarcedes que el primer año de la pandemia, en este día hubo, por la manifestación que tuvo lugar, un montón de contagios entre los cuales estuvieron como víctimas ministras y otras damas de alto copete, evento que le comentaron a mi señoría otras ilustres damas que acudieron también al jolgorio a que me estoy refiriendo. Por cierto, que se me dijo también que una de las contagiadas fue una de las vicepresidentas del Gobierno que actualmente preside -y no sabemos hasta cuándo- el ilustre político don Pedro Sánchez, doctor en Economía, y sí, esta vicepresidenta, en lugar de recurrir a la atención de la sanidad pública lo hizo a la privada, cosa que se le criticó, porque siendo… Es decir, que una ministra de un Gobierno que tanto defiende la excelente calidad del servicio público en general recurra a la atención privada, cuando es ella la que enferma, no parece muy ejemplar. Y el caso es que ocurre esto tanto en el ámbito sanitario como acontece también en el de la enseñanza. ¿Vuesarcedes  creen que siendo el servicio educativo público de tan excelente calidad como dicen los miembros (y ´miembras´, por si alguno de mis lectores es socialista o ´socialisto´) del Gobierno que actualmente -y no sabemos hasta cuándo- preside el doctor en Economía don Pedro Sánchez, siendo -repito- la enseñanza pública de tan exquisita calidad -por supuesto mucho mejor que la privada-; cómo se explicarían vuesarcedes que la mayoría de los miembros del Ejecutivo lleven a sus hijos a centros privados y, en lugar de gratis tengan que soltar abundante pasta para pagar al centro escolar privado lo que en su caso cobren por el servicio educativo que reciban, siendo así que esa misma enseñanza, o mejor dicho, una de más calidad la tendrían gratis en el sector público? En efecto, si los miembros de este Gobierno prefieren una enseñanza privada por la que han de pagar, y es peor -según ellos- que la pública, que es gratis, ¿por qué la prefieren? Y llegado a este punto, a mi señoría se le ocurren reflexiones de más alto calado. ¿Qué diríamos de alguien a quien se le cobra un pastón por lo que sea, por un servicio de menos calidad que otro que se le ofrece ´gratis et amore´, que es mejor; qué diríamos: que es una persona no ya lista, sino equilibrada al menos? Pues no. Y si eso es lo que acontece con los políticos en el poder, malo. Muy malo. ¿Cómo van a elegir adecuadamente lo que más nos conviene a los españoles (y españolas, lo digo por si alguien socialista o `socialisto´ sigue leyéndome) unos señores (o damas, por lo mismo de antes) que optan por lo más caro y pagan, en lugar de hacerlo por lo que es de balde, es decir, sin coste alguno, y de más calidad? Miren vuesarcedes, si las cosas están como descrito les he, que Dios nos coja confesados. Si no, laureamus igitur. Pero claro, si aparte de saber elegir adecuadamente en esto de la enseñanza tienen que dedicarse a legislar como locos (ley de sólo el sí es sí, la Trans, la de educación de la ministra Celaá, la de paridad en la política y la empresa -ésta pendiente aún de aprobar-, etc.,etc.,etc.)… Por cierto, a juicio de mi señoría, la que parece que va ser terrible es precisamente ésta. ¿Que ha de haber el mismo número de damas que de caballeros en determinadas empresas? ¿O el 40 % de unas y el 60 % de varones? Si hacemos cuentas, en el Gobierno actual hay… Veamos: de los 22 ministerios, 14 están en manos femeninas y 8 en manos varoniles. Si se quiere llegar, por ejemplo, al equilibrio, o sea, al 50 % de unas y el 50 % de otros, habría que elegir qué cuatro ministras de las actuales tendrían que solucionar su problema de género (de sexo, diría mi señoría) si no querían irse del Ejecutivo a la calle. Bien es cierto que una cosa que podían hacer es irse las cuatro al Registro Civil y declarar que querían cambiar de sexo, es decir, masculinizarse. Y masculinizadas ellas, problema resuelto  : 11 damas y 11 damos, o sea, varones. Y en el ministerio de Igualdad, en el que también debe predominar abundantemente el número de señoras sobre el de señores, ¿qué? ¿Otra visita al Registro Civil? La verdad es que hay políticos que para dar sensación de que hacen algo crean la necesidad y luego la satisfacen a su manera. ¿O no?

 

7-03-2023.

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Autor

Rufino Soriano Tena

Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Granada y Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Comillas (ICADE) de Madrid

Rufino Soriano Tena

Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Granada y Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Comillas (ICADE) de Madrid

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