El problema político con que se enfrenta, en estos momentos, nuestra democracia, la democracia española que tanto mola, es el producido por el equilibrio entre el número de votos que obtenido ha el bloque de la derecha y el de la izquierda. Los unos, 172 diputados; los otros, 178. Ha ganado, pues o, mejor dicho, parece que va a ganar la izquierda si gestiona adecuadamente la colaboración o pasteleo posterior al resultado de las urnas. Sin embargo, dicen que el partido que ha de gobernar es el PP porque es el más votado (el más votado de los partidos, entiendo). Sí, ese el problema que a la sazón tiene o ha nuestra democracia. Y en ello estamos. Ayer, S. M. el Rey de España, don Felipe VI inició sus entrevistas (que no ´entre-bestias´) con los políticos en general, y -si no estoy mal informado, que todo puede suceder- hoy recibirá a los líderes tanto del PP como de Vox y dell PSOE), y a ver qué acontece. Don Felipe VI lo que parece que ha de hacer es recomendar qué persona es, a su juicio, la más adecuada para presidir el Gobierno de España. Mi señoría no sabe por quién se inclinará el Rey, pero a mi juicio si la pretensión de Su Majestad no coincide con la de los políticos, me imagino cuántas personas entonces, al Rey no le hacen  ni caso, y quien le venga bien a los políticos será quien se hará dueño del cotarro. Se acabó. Y así ya tendremos un flamante Jefe de Gobierno. Y Presidente del Consejo de Ministras y Ministros, que creo que es lo mismo. Ahora, el problema es determinar, cuántos (y cuántas, que diría un socialista) va a ser, en conjunto, este colectivo. Hay que suponer que no van a ser 22 como en el del Gobierno que ahora se extingue o, mejor dicho, ya extinguido se ha, porque, dicho sea entre paréntesis (o sea, así) hablar de su gestión, de la gestión del numeroso equipo ministerial del que, lo siento, ha sido una auténtica catástrofe. Y eso que se ha hablado un número de asesores exagerado: algo así como más de setecientos, solo para la Moncloa. Por cierto, otro extremo del que no tengo ni idea es de la cuantía de pasta que se llevan los asesores así como si a estos se les retienen los impuestos legales y esas cosas. ¿No habrá alguno que otro que haga la trampa de inhibirse de sus deberes contributivos en favor de Hacienda? Porque aunque es verdad que “Hacienda somos todos” (aquí no creo que ningún socialista vaya a añadir el consabido “y de todas”). ¿O no?

Terminado de escribir el precedente post, a mi señoría, pese a lo sordo que está, le ha parecido oír que concluidas las entrevistas del Rey Felipe, él ha recomendado como aspirante ideal para presidir al Ejecutivo a don Alberto Núñez Feijóo. Tras esto, cómo va a evolucionar la  resolución del problema que hemos expuesto en la excelente crónica dada por este ilustre autor. ¿Cómo? ¡Ah!